"Amarás a tu prójimo..." Lv. 19:18
El amor se da en la cercanía, no en la algomeración.
El que dice "yo amo a todo el mundo... mundo, aquí te va mi corazón.... yo los quiero a todos.", en realidad se está escondiendo en la multitud y evitando el verdadero amor sacrificial que implican las relaciones interpersonales.
El mandamiento se trata de amar a TU prójimo, no de amar a todo el mundo. Es algo personal y cercano, y que requiere no solo de sentimientos, sino además de compromiso, voluntad, razonamiento, sacrificio.
No hay que voltear a ver a otro lado, mí prójimo está ahí, cercano. no hagamos como aquel que "...queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?" (Lucas 10:29)
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sábado, 17 de diciembre de 2011
Amarás a tu prójimo - 3
"... razonarás con tu prójimo..." Lv. 19:17
Amar al prójimo incluye una dimensión intelectual, razonar con él.
No todo es sentimental, existen ocasiones en que es necesario tener un diálogo donde se pueda reestablecer la relación y tratar de manera adulta con algún conflicto o diferencia, eso es amor.
Este mandamiento es contrario al espíritu de nuestra época de relaciones frágiles, donde todos son amigos hasta nuevo aviso. Donde las relaciones se rompen y una de las partes no acepta ni siquiera el diálogo más sencillo. Donde las personas se esconden valorando "la paz personal". Y al referirme a la paz personal, estoy haciendo alusión a ese horrible valor donde todo lo que importa es que no me hagan sentir mal, que yo esté en paz y que lleva a las personas a aislarse de los demás, no meterse en las vidas de otros, a que no les importe nada ni nadie, solo su "paz personal". Ese tipo de paz, hace que no se desee razonar con el prójimo.
Pero el mandamiento de Dios es claro, "razonarás con tu prójimo", eso demuestra que lo amas. Que estás dispuesto, de manera adulta, a dialogar para llegar no a una "paz personal", sino a estar en paz con tu hermano, a una paz corporativa.
Amar al prójimo incluye una dimensión intelectual, razonar con él.
No todo es sentimental, existen ocasiones en que es necesario tener un diálogo donde se pueda reestablecer la relación y tratar de manera adulta con algún conflicto o diferencia, eso es amor.
Este mandamiento es contrario al espíritu de nuestra época de relaciones frágiles, donde todos son amigos hasta nuevo aviso. Donde las relaciones se rompen y una de las partes no acepta ni siquiera el diálogo más sencillo. Donde las personas se esconden valorando "la paz personal". Y al referirme a la paz personal, estoy haciendo alusión a ese horrible valor donde todo lo que importa es que no me hagan sentir mal, que yo esté en paz y que lleva a las personas a aislarse de los demás, no meterse en las vidas de otros, a que no les importe nada ni nadie, solo su "paz personal". Ese tipo de paz, hace que no se desee razonar con el prójimo.
Pero el mandamiento de Dios es claro, "razonarás con tu prójimo", eso demuestra que lo amas. Que estás dispuesto, de manera adulta, a dialogar para llegar no a una "paz personal", sino a estar en paz con tu hermano, a una paz corporativa.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
Amarás a tu prójimo - 2
¿Quién da este mandamiento?
Por que uno recibe órdenes de muchas fuentes, pero, dependiendo de quién venga es la manera en que se considera la orden. Si es algo opcional, o algo que podemos ignorar o si es algo realmente serio y necesario atender con prontitud y responsabilidad.
"...amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová." (Levítico 19:18)
Quien da este mandamiento es Dios mismo.
Bueno, pero alguno podrá decir por el contexto del pasaje, que este mandamiento se dió solo para el pueblo de Israel. "Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a toda la congregación de los hijos de Israel..." (Lv. 19:1-2)
Sin embargo, este mismo mandamiento es ratificado en el Nuevo Testamento por el Señor Jesucristo, quien nos mandó amar al prójimo. El apóstol Pablo también les escribió a los hermanos de la iglesia en Roma, que toda la ley se cumple en amar al prójimo. Santiago escribió que la ley real se cumple al amar al prójimo. El apóstol Pedro escribe a los creyentes sobre el amor fraternal y Juan, sobre andar en amor, manifestando así que amamos al Padre y a su Hijo Jesucristo.
Vemos, pues, que este mandamiento no es esclusivo para el pueblo de Israel, sino para todo el pueblo de Dios en todas las edades.
Y este mandamiento, refleja también el carácter mismo de Dios. En este mandamiento podemos ver lo que Dios aprecia y cómo es que él considera que la cosas debieran de ser. Este mandamiento revela su amor y su santidad.
Por que uno recibe órdenes de muchas fuentes, pero, dependiendo de quién venga es la manera en que se considera la orden. Si es algo opcional, o algo que podemos ignorar o si es algo realmente serio y necesario atender con prontitud y responsabilidad.
"...amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová." (Levítico 19:18)
Quien da este mandamiento es Dios mismo.
Bueno, pero alguno podrá decir por el contexto del pasaje, que este mandamiento se dió solo para el pueblo de Israel. "Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a toda la congregación de los hijos de Israel..." (Lv. 19:1-2)
Sin embargo, este mismo mandamiento es ratificado en el Nuevo Testamento por el Señor Jesucristo, quien nos mandó amar al prójimo. El apóstol Pablo también les escribió a los hermanos de la iglesia en Roma, que toda la ley se cumple en amar al prójimo. Santiago escribió que la ley real se cumple al amar al prójimo. El apóstol Pedro escribe a los creyentes sobre el amor fraternal y Juan, sobre andar en amor, manifestando así que amamos al Padre y a su Hijo Jesucristo.
Vemos, pues, que este mandamiento no es esclusivo para el pueblo de Israel, sino para todo el pueblo de Dios en todas las edades.
Y este mandamiento, refleja también el carácter mismo de Dios. En este mandamiento podemos ver lo que Dios aprecia y cómo es que él considera que la cosas debieran de ser. Este mandamiento revela su amor y su santidad.
Siete sellos, siete trompetas y siete copas - Apocalipsis
"...Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados... Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré
sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados... y os heriré aún siete veces por vuestros pecados... y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados..." (Levítico 26:18, 21, 24, 28)
El propósito de Dios al enviar sus juicios, es que el hombre se arrepienta y se vuelva a él.
Unos salen de la tribulación, por medio de la muerte y se presentan delante del Padre y del Hijo, adorándoles por la salvación.
Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero... Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. (Ap. 7:9, 10, 14)
Otros en cambio, persisten en sus pecados y no dan gloria a Dios.
Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.(Ap. 9:20-21)
El propósito de Dios al enviar sus juicios, es que el hombre se arrepienta y se vuelva a él.
Unos salen de la tribulación, por medio de la muerte y se presentan delante del Padre y del Hijo, adorándoles por la salvación.
Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero... Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. (Ap. 7:9, 10, 14)
Otros en cambio, persisten en sus pecados y no dan gloria a Dios.
Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.(Ap. 9:20-21)
Satanás: Con sed de ser adorado. Ap. 13
"...y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a
la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra
ella?"
"...Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase."
Satanás está sediento de adoración que hará todo lo necesario para obtenerla. Los hombres que no adoran a Cristo, serán engañados por él, amenazados e impedidos para realizar operaciones comerciales a menos que le adoren.
¡¿Y él es quien acusaba a Dios, de que sus seguidores no le adoraban de balde?!
"¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
"...Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase."
Satanás está sediento de adoración que hará todo lo necesario para obtenerla. Los hombres que no adoran a Cristo, serán engañados por él, amenazados e impedidos para realizar operaciones comerciales a menos que le adoren.
¡¿Y él es quien acusaba a Dios, de que sus seguidores no le adoraban de balde?!
"¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
El trono de la bestia - Ap. 16
"El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas..."
Aún el trono de la bestia está bajo el juicio de Dios.
Aunque tiene un trono y establece un reino, el anticristo no es soberano.
El reino y el imperio pertenecen AL QUE ESTA SENTADO EN EL TRONO Y AL CORDERO.
Aún el trono de la bestia está bajo el juicio de Dios.
Aunque tiene un trono y establece un reino, el anticristo no es soberano.
El reino y el imperio pertenecen AL QUE ESTA SENTADO EN EL TRONO Y AL CORDERO.
martes, 13 de diciembre de 2011
El dragón frustrado - Apocalipsis 12
Apocalipsis nos muestra a Satanás como un dragón furioso, pero que no gana una.
"Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese..." PERO "...su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono"
"Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles" PERO "...no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado"
Y a los que parecía que el dragón había derrotado, por haberles dado muerte, resulta que se encuentran celebrando.
"Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte."
Luego, "el dragón... persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón." PERO "... se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto"
Entonces, el dragón "...arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río." PERO "...la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca"
"Entonces el dragón se llenó de ira"
En contraste, Cristo es el Alfa y la Omega... y su plan eterno no será frustrado por nada ni nadie.
Él es soberano y se las sabe de todas, todas.
El viene otra vez a reinar.
"El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está."
"Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese..." PERO "...su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono"
"Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles" PERO "...no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado"
Y a los que parecía que el dragón había derrotado, por haberles dado muerte, resulta que se encuentran celebrando.
"Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte."
Luego, "el dragón... persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón." PERO "... se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto"
Entonces, el dragón "...arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río." PERO "...la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca"
"Entonces el dragón se llenó de ira"
En contraste, Cristo es el Alfa y la Omega... y su plan eterno no será frustrado por nada ni nadie.
Él es soberano y se las sabe de todas, todas.
El viene otra vez a reinar.
"El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está."
lunes, 12 de diciembre de 2011
Amarás a tu prójimo como a ti mismo
Amarás
a tu prójimo
como (te amas)
a ti mismo.
(Levítico 19)
Amarás
- Verbo en modo imperativo indicando un mandamiento.
- Es ordenado por alguien
- Es ordenado a alguien
- Refleja el carácter de la persona que da la orden.
- Quien recibe la orden ha de estar capacitado para obedecerla.
- Es ordenado, deseado... posible.
- Esta en tiempo futuro, expresando progresión en el tiempo... a partir de un determinado momento en tu vida: amarás y continuarás amando.
- Es singular, personal.
A tu prójimo
- El amar tiene un objeto (o mejor, sujeto) determinado, personal y posesivo.
- El objeto es singular
- El amor no se da en la aglomeración, sino en la cercanía.
Como (te amas) a ti mismo
- El amar al prójimo tiene un parámetro de comparación real, presente y conocido.
- El amar tiene un parámetro de comparación concreto.
- El amar puede ser reflexivo y transitivo.
Del contexto
- El mandamiento esta relacionado con la santidad corporativa.
- El mandamiento tiene que ver con acciones concretas, así como palabras y sentimientos.
- El mandamiento tiene que ver con la justicia.
- Este tipo de santidad empieza desde el hogar.
- El mandamiento tiene que ver con Dios.
lunes, 28 de noviembre de 2011
Apocalipsis - Inicio y Fin
Apocalipsis 4-5
Todo empieza y termina delante del Trono de Dios.
Se equivocan los que piensan que todos los juicios apocalípticos empiezan por orden de satanás, el anticristo, las sociedades secretas que mueven "los hilos" del mundo o las sociedades de poder e imperios.
Todo el juicio comienza cuando el Cordero, abre el rollo y va rompiendo los sellos.
"Porque de Él y por Él y para Él son todas las cosas..."
Todo empieza y termina delante del Trono de Dios.
Se equivocan los que piensan que todos los juicios apocalípticos empiezan por orden de satanás, el anticristo, las sociedades secretas que mueven "los hilos" del mundo o las sociedades de poder e imperios.
Todo el juicio comienza cuando el Cordero, abre el rollo y va rompiendo los sellos.
"Porque de Él y por Él y para Él son todas las cosas..."
viernes, 25 de noviembre de 2011
Juicio y Redención
El que juzgará al mundo es Aquél que lo creó y lo sustenta.
El que juzgará al mundo es Aquél que lo amó de tal manera que derramó su sangre para salvarlo.
El que juzgará al mundo es Aquél que vendrá otra vez y por el cual gime el creyente, la creación misma y aún el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos.
Y al juzgar al mundo... lo estará también redimiendo.
Librando total y definitivamente del mal.
El que juzgará al mundo es Aquél que lo amó de tal manera que derramó su sangre para salvarlo.
El que juzgará al mundo es Aquél que vendrá otra vez y por el cual gime el creyente, la creación misma y aún el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos.
Y al juzgar al mundo... lo estará también redimiendo.
Librando total y definitivamente del mal.
Adoración - "crescendo" (Apocalipsis 4-5)
La adoración va creciendo hasta llegar al punto culminante en que toda la creación explota en adoración a Dios Padre y a Jesucristo.
1. Los cuatro seres vivientes (4:8)
2. Los veinticuatro ancianos (4:10)
3. Los cuatro seres vivientes + Los veinticuatro ancianos (5:8-9)
4. Millones de ángeles + Los cuatro seres vivientes + Los veinticuatro ancianos (5:11)
5. Todo lo creado. (en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra, en el mar y todas las cosas) (5:13)
1. Los cuatro seres vivientes (4:8)
2. Los veinticuatro ancianos (4:10)
3. Los cuatro seres vivientes + Los veinticuatro ancianos (5:8-9)
4. Millones de ángeles + Los cuatro seres vivientes + Los veinticuatro ancianos (5:11)
5. Todo lo creado. (en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra, en el mar y todas las cosas) (5:13)
Adoración en "dos movimientos" (Ap. 4-5)
Canto al Creador y sustentador del Universo.
"Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir."
"Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas."
Canto al Redentor.
"Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra."
"El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza."
"Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos."
"Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir."
"Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas."
Canto al Redentor.
"Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra."
"El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza."
"Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos."
Adoración celestial - La centralidad de Dios (Ap. 4-5)
En este pasaje observamos que Dios es el centro de la adoración. Todo está alrededor del trono de Dios.
"y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono uno sentado."
"había alrededor del trono un arco iris"
"Y alrededor del trono había veinticuatro tronos"
"y del trono salían relámpagos..."
"y delante del trono ardían siete lámparas..."
"y delante del trono había como un mar de vidrio..."
"y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes..."
"se postran delante del que está en el trono..."
"echan sus coronas delante del trono..."
"y vi que enmedio del trono... estaba en pie un Cordero..."
"Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos."
"y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono uno sentado."
"había alrededor del trono un arco iris"
"Y alrededor del trono había veinticuatro tronos"
"y del trono salían relámpagos..."
"y delante del trono ardían siete lámparas..."
"y delante del trono había como un mar de vidrio..."
"y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes..."
"se postran delante del que está en el trono..."
"echan sus coronas delante del trono..."
"y vi que enmedio del trono... estaba en pie un Cordero..."
"Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos."
lunes, 3 de octubre de 2011
Al que venciere
Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. Ap. 3:21
¡Ahora sí, que te pasaste, Señor!
... y Satanás muriendo por sentarse en tu trono.
y tú lo ofreces de pura gracia en Jesucristo!
¡Ahora sí, que te pasaste, Señor!
... y Satanás muriendo por sentarse en tu trono.
y tú lo ofreces de pura gracia en Jesucristo!
Cristo - El vencedor
Apocalipsis 19:11-21
El rey vencedor llega rápido.
Es decir, no encuentra rival que le detenga.
Tal vez tarda un poco en venir... pero cuando viene, llega pronto.
Nadie le puede detener.
Aún, personajes que en capítulos anteriores del apocalipsis, se veían temibles y poderosos,
resultan que no son rivales para El Señor.
Derrotados, lanzados, encadenados...
Cristo, es El Vencedor.
El rey vencedor llega rápido.
Es decir, no encuentra rival que le detenga.
Tal vez tarda un poco en venir... pero cuando viene, llega pronto.
Nadie le puede detener.
Aún, personajes que en capítulos anteriores del apocalipsis, se veían temibles y poderosos,
resultan que no son rivales para El Señor.
Derrotados, lanzados, encadenados...
Cristo, es El Vencedor.
martes, 14 de junio de 2011
Desarrollo de la Vida Espiritual para el Liderazgo
DESARROLLO DE LA VIDA ESPIRITUAL PARA EL LIDERAZGO
Monografía presentada a Dr. Brian Rice y John Hilliard
Facultad Teológica Sud Americana / Recursos Estratégicos Globales / Seminario Bíblico de Puebla
Por José Luis García Antonio / Fecha de conclusión y envío: Julio 15, 2008
Introducción
El ser humano, desde su perspectiva finita, tiene la tendencia a pensar en la vida eterna en términos de tiempo, como una vida sin fin. Sin embargo el apóstol Juan nos presenta una perspectiva de la vida eterna en términos de relación, esto es, la vida eterna es tener una relación con el Dios personal y trino, revelado en su Hijo Jesucristo, eso es conocerle. Como Tony Evans escribe:
Y este es el mensaje que anuncia el apóstol, no un mensaje de una vida sin fin, sino el de una vida en una verdadera comunión con Dios Padre y con su Hijo Jesucristo, una comunión que lleva a los creyentes a tener también comunión entre ellos mismos.
Así que lo más importante y trascendental a lo que una persona puede dedicar su finita vida, es a profundizar en esa comunión, ayudar a otros a crecer también en la comunión con Dios y anunciar a aquellos que aún se encuentran lejos, que en Dios Padre hay comunión a través de su Hijo Jesucristo y que ésta es la verdadera vida eterna, la vida en la luz, la vida en amor, la vida en libertad, ¡una vida en comunión!
Esta es la esencia de la vida espiritual, una relación de amor, profunda y creciente con Dios Padre y con su Hijo Jesucristo por el Espíritu Santo en la comunión de Su iglesia. Y esta vida espiritual es la base de cualquier otra dimensión en la vida, en lo familiar, en lo relacional y en el liderazgo de la iglesia.
Pero, la búsqueda de la intimidad con Dios, es más que tan solo para tener un liderazgo o ministerio efectivos; el centro de la intimidad con Dios, no es el hombre o su ministerio, ni sus múltiples necesidades, sino Dios mismo, su gloria y adoración y su disfrute para siempre, por que Dios es glorificado cuando yo disfruto de él. Y mientras la comunión con Dios crece, el carácter de la persona va siendo transformado a la semejanza de Cristo.
También es necesario hacer notar que la vida de comunión con Dios, lleva necesariamente a una vida de comunión con la gente, pues el que ama a Dios, ama también a la gente. Nadie puede argumentar que vive aislado de la gente con el propósito de estar en comunión íntima con Dios. Y además, es en la comunidad en donde es desarrollado el carácter cristiano, pues la gran mayoría de las virtudes cristianas solo pueden ser expresadas en comunidad. Finalmente, Dios mismo en la Santísima Trinidad nos modela la vida en comunidad.
Así que, en este escrito, el autor presenta seis aspectos de la vida de Cristo a desarrollar en su propia vida, por medio de seis correspondientes disciplinas espirituales para ejercitarse en esa vida de comunión, no sin antes hacer claro el papel del Espíritu Santo y de las diversas circunstancias de la vida en la transformación del carácter, además de la necesidad de determinación, fe, humildad y perseverancia en la prosecución de esta imagen de Cristo. El desarrollo de esta vida espiritual será pues esencial para el ministerio pastoral en este caso particular, aunque, desde luego, para todo en la vida.
I. Visión personal de la semejanza de Cristo.
Al crecer en la comunión con Dios, el creyente va siendo transformado a la imagen de su Hijo Jesucristo. Así pues, Jesucristo es, además de amigo, maestro y rey, el modelo ideal para la transformación espiritual. Una visión clara de la vida de Cristo, como es presentada en los Evangelios, será nuestra mejor guía en el desarrollo de nuestras vidas.
A. Cristo como modelo de santidad.
En los Evangelios observamos al Señor Jesucristo luchando contra las tentaciones del Diablo (Mateo 4:1-11). Buscando vivir una vida agradable a Dios. Pero ello no significa que no llevaba una vida gozosa, pues él sabía vivir en santidad con gran alegría. Ni tampoco, en busca de la santidad, se aislaba de la gente que era considerada inmunda, ya sea ceremonial o socialmente, por el contrario, convivía con ellos y su “toque” de santidad purificaba al más inmundo; la lepra sanaba, el flujo de sangre se detenía, los muertos resucitaban y los despreciados de la sociedad recibían el evangelio. Fue tentado en todo, pero sin pecado. Fue amigo de los pecadores, pero santo.
B. Cristo como modelo de misericordia.
También, Cristo es el ejemplo de la compasión y la misericordia. Frecuentemente lo encontramos atendiendo a la gente y sus necesidades; no con propósitos ocultos o manipuladores, sino con un interés sincero, extendiéndoles sus manos de amor.
En una ocasión, se compadeció de las multitudes y les empezó a enseñar.
Atendía tanto a sus necesidades físicas como espirituales; y su llamado sigue siendo a ir y aprender lo que significa “misericordia quiero y no sacrificio”, y en especial, nos llama a hacer misericordia a las viudas, a los huérfanos y a los pobres.
C. Cristo como modelo de una vida conforme a la Palabra de Dios.
Sin duda, Cristo es también ejemplo de una vida entregada a la proclamación del evangelio, y no solo la proclamación, sino la vida de acuerdo a la Palabra de Dios; a tal grado que daba cumplimiento a toda ella de una manera obediente y entregada, aún y cuando en ello le fuera la vida. (Mateo 5:17, 26:54; Juan 4:34; Hebreos 10:7)
El evangelio era su vida, su alimento, su proclamación, su enseñanza y su gran comisión a nosotros. Haremos bien en hacer nuestra la causa del evangelio, viviéndolo, proclamándolo, apoyando y sirviendo para su progreso en todo el mundo.
D. Cristo como modelo de vida contemplativa.
Por otra parte, el que Jesucristo se ocupara de la proclamación del evangelio y de las necesidades de la gente, no le hacía descuidar sus tiempos de meditación, oración y contemplación en comunión con el Padre. Tenía momentos a solas con el Padre. Su vida espiritual en lo “secreto” era más que evidente en su ministerio público. Era, evidentemente, una persona de oración, que llama a todos los creyentes a orar. Una persona de meditación profunda, que invita a meditar y reflexionar teológicamente, en medio de esta vida acelerada y turbada. (Mateo 26:39; Marcos 1:35)
E. Cristo como modelo de vida controlada por el Espíritu.
En todo momento, Jesús actuó dirigido por el Espíritu Santo; lleno de Él ministró a la gente, y en Cristo tenemos ejemplo de la vida controlada por el Espíritu. Nosotros hemos de andar en el Espíritu, manifestar su fruto, servir de acuerdo a su potencia y ser guiados por su sabiduría. (Mateo 4:1; Hechos 10:37-38)
F. Cristo como modelo de vida consagrada a la gloria de Dios.
Para el Señor, no había distinción entre lo sagrado y lo secular, entre actividades espirituales y mundanas, todo en su vida era hecho para la gloria de Dios; cada actividad era verdaderamente un momento de adoración, así fuera predicar el evangelio, caminar, comer, orar; todo en su vida tenía honor. (Lucas 13:10-17)
Puesto que Él es el ejemplo a seguir, sus pisadas llevarán al creyente por sendas de santidad y de misericordia, lo llevarán a proclamar y vivir el evangelio, a buscar momentos para contemplar y adorar a Dios, y a vivir en el poder del Espíritu Santo para la gloria y la honra de Dios.
II. Prosecución intencional de la semejanza de Cristo
A. La determinación del corazón.
La semejanza de Jesucristo no se da casualmente, hay que ser intencional en seguir sus pisadas. El discípulo de Cristo es una persona obediente, que intencionalmente desea desechar las obras de las tinieblas y los pensamientos contrarios al reino de Dios; para abrazar la nueva vida. Quiere desechar la antigua manera de vivir, despojarse del viejo hombre con sus hechos y andar en novedad de vida.
Para poder ser transformado a la semejanza de Cristo, tiene que tomar resoluciones del corazón, resoluciones que le lleven a amar a Dios con todo su ser y a aborrecer el pecado. Como el joven Daniel quien propuso en su corazón no contaminarse, o como José quien ante la tentación no quiso ofender a Dios, ni a los hombres.
Ahí es donde comienza la vida de transformación del discípulo, con la resolución del corazón, la cual es producida por el mismo Espíritu de Dios, quien pone en el corazón de los discípulos, el deseo de ir tras la santidad. Es Dios quien quiere transformarlos a la imagen de su Hijo Jesucristo y es Él mismo quien provee de todo lo necesario para que esto pueda ser posible. (Romanos 8:29) Como también escribe Tomás de Kempis:
La respuesta de los creyentes, a la gracia del Señor, ha de ser como la de un hijo obediente, no conformandose a los deseo mundanos, sino despojándose de ellos y decidiendo dedicar sus vidas al Señor; y comprobar así que esa es la vida abundante, la vida que fluye como un río de agua viva, la vida gozosa con delicias a su diestra para siempre.
B. La fe.
En esta prosecusión intencional de la semejanza de Cristo, el creyente debe de tomar en cuenta, la fe. Primero, creyendo que es posible avanzar en el desarrollo de la semejanza de Jesucristo, “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.”
Y segundo, sabiendo que las disciplinas espirituales sin fe no son más que ejercicios vanos. Es necesaria la fe, por que sin ella es imposible agradar a Dios. Al acercarse a Dios, al consagrar su vida a Él, al obrar según la potencia del Espíritu, al abstenerse de diversas cosas, todo lo ha de hacer con fe, sabiendo que Dios es galardonador de los que le buscan. (Hebreos 11:6)
C. La humildad.
La búsqueda de la imitación de Cristo, ha de realizarse con humildad, porque “Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes.” Pues solo el humilde puede verdaderamente adorar a Dios.
Es necesaria la humildad para evitar la tentación del ser religioso de compararse con otros y sentirse superior, midiéndose por medio de acciones externas, como aquel fariseo que de pie en el templo oraba consigo mismo alabándose por su propia piedad y menospreciando al publicano que postrado suplicaba a Dios por misericordia.
Humildad, para no imponer sobre otros, disciplinas o cargas pesadas, legislando así sobre las conciencias de los hombres.
D. La perseverancia.
Y perseverancia, porque es fácil desmayar en el bien hacer. Perseverancia, porque el camino es largo y estrecho, y pocos son los que lo andan. Perseverancia, porque el afán de este mundo y sus deseos ahogan el amor del creyente y lo enfrían. Perseverancia, porque las dificultades de la vida, tientan al discípulo a claudicar. Perseverancia, porque el Señor viene, y el que retrocede no agradará a su alma. Perseverancia como aquellos antiguos hombres que alcanzaron buen testimonio delante de Dios. (Hebreos 11)
III. Medios de la transformación espiritual.
Los medios de la transformación espiritual son diversos, divinos y humanos. Dado que el ser humano es un ser complejo y que la transformación es un proceso radical, se requiere de la intervención divina, de su poder; sin embargo, el Señor, también nos exhorta a ser transformados y nos deja responsabilidades en esta transformación. Nos llama a no conformarnos a este mundo, sino transformarnos para comprobar su buena voluntad (Romanos 12:2).
A. La obra del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo que nos fue dado, nos va transformando a la misma imagen de Cristo, produciendo en nosotros el fruto de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; dándonos dones preciosos para su servicio; enseñándonos y guiándonos a toda verdad; derribando nuestros argumentos contrarios a la Palabra de Dios; provocando en nosotros sed de Dios y haciéndonos sentir su tristeza por el pecado.
Sin el ministerio del Espíritu Santo, estaríamos abandonados a nuestros pobres esfuerzos humanos que no son capaces, en ocasiones, ni de seguir una dieta para bajar de peso.
Juntamente con el Espíritu Santo, tenemos la obra intercesora de Jesucristo, quien desde la diestra del Padre aboga por nosotros, pues conoce nuestra debilidad y se compadece, dándonos oportuno socorro (Romanos 8:34). También, Dios Padre, está realizando esta obra de transformación, para presentarnos delante de él santos y sin mancha con gran alegría. (Judas 24)
Así pues, tenemos a la Santísima Trinidad comprometida en la obra de nuestra transformación a la semejanza de Cristo. Pero primordialmente al Espíritu Santo. Y esta transformación que opera el Espíritu Santo lo hace tanto en lo individual como en lo colectivo, es decir, la obra del Espíritu Santo no lleva necesariamente al creyente a una vida individualista, por el contrario. Como lo expresa Gordon D. Fee:
B. Las circunstancias de la vida.
El Señor, en su suprema sabiduría que rige todas las cosas en el mundo, utiliza las vicisitudes de la vida para irnos transformando, para desarrollar en nosotros la paciencia, la santidad, la humildad, un carácter semejante al de Jesucristo.
La Escritura dice, que el mismo Señor Jesucristo, pasó por la gran variedad de circunstancias humanas, excepto el pecado, y nunca se halló en él maldad, engaño o que haya atribuído despropósito alguno a Dios.
En ocasiones, las circunstancias serán de abundancia, de bonanza y gozo; y es ahí donde hemos de aprender a bendecir a Dios y glorificar su inmensa bondad para con nosotros. En otras ocasiones, las circunstancias serán de estrechez, dolor y tristeza; y en medio de ellas también hemos de aprender a ver el amor de Dios y el desarrollo del caracter que quiere producir en nosotros. Bueno sería poder decir como el apóstol Pablo: “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado... todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
C. Las disciplinas espirituales.
Al buscar desarrollar la vida espiritual, el autor reconoce que, lo que está a su alcance y en lo que se le requiere participación, es precisamente en las disciplinas espiriruales, dado que el Espíritu Santo, obra según sus designios y que las circunstancias están fuera de su control, lo mejor que puede hacer es, por medio de una vida disciplinada, preparar su vida en comunión con Dios para así tener la correcta perspectiva de la vida, pues “el conocimiento de Dios da la capacidad de dar la respuesta correcta a las circunstancias de la vida.”
Y este conocimiento de Dios o desarrollo de la vida piadosa, se obtiene por medio de lo que Juan Amós Comenio, llama las tres fuentes de donde hemos de beber.
El autor, consciente de su propia limitación y de sus propias tendencias, ha elegido adoptar un plan para desarrollar su propia vida espiritual, escogiendo seis diferentes disciplinas espirituales, tratando de enfocarse equilibradamente en cada una de las seis cualidades mencionadas anteriormente, de las cuales el Señor Jesucristo es modelo.
1. Ayuno.
El Señor Jesucristo tomaba tiempos de ayuno, como cuando estuvo en el desierto luchando con el Diablo, de esta manera estaba sujetando a su cuerpo en abstinencia. También los santos de diferentes épocas han practicado el ayuno, como Moisés, Daniel, Pedro, Pablo, Lutero, entre muchos otros.
Sabemos que los alimentos son buenos, dados por Dios para el sustento de nuestros cuerpos, son también buenos en el desarrollo de las relaciones humanas, al compartirlos con otros o darlos para suplir necesidades. Además, en su dimensión espiritual, nos llevan a dar gracias al Señor por su provisión y depender de Él por el pan nuestro de cada día.
Pero el practicar el ayuno, no es con el fin de demostrar de alguna manera, ni si quiera insinuar, que los alimentos son malos o el cuerpo despreciable. Sino para buscar el desarrollo de la abstinencia, que pueda ser un aliado en contra de la tentación, en contra de los deleites pecaminosos y nos lleve a vidas templadas y enfocadas en Dios; no a vidas autocomplacientes y egoístas.
En busca de desarrollar la vida de santidad, el autor se propone ayunar semanalmente, dedicando un tiempo especial a la oración y la meditación de la Palabra, junto con tiempos de silencio y contemplación en adoración. Y es muy probable que el Espíritu le guíe a tiempos de confesión y restauración.
2. Visita a huérfanos
El Señor nos manda tener cuidado de las viudas, los huérfanos y los pobres. Él mismo, se hace llamar “padre de huérfanos” y tiene especial cuidado de ellos. (Santiago 1:27)
Entendiendo que hay dos cosas escenciales para aprender lo que significa “misericordia quiero”; primero, es necesario el contacto continuo en comunión con Dios y segundo, el contacto cercano con las personas. Pues al estar en comunión con Dios, uno puede llenarse de Su mismo sentir y aprender de Su propio corazón a ver a las personas con un ojos compasivos. Y al estar en contacto con las personas, se puede aprender a apreciar sus vidas y conocer sus anhelos, necesidades, problemas y pensamientos.
El autor se ha propuesto con la ayuda de Dios, hacer visitas periódicas a un orfanatorio de la localidad para servir como voluntario en los quehaceres del lugar, tener tiempo de amistad genuina con los niños o apoyar económicamente o en especie a las diversas necesidades.
Al estar en este plan de visita al orfanato, ha de cuidar su corazón de tener intereses ocultos como el tratar de “convertirlos” o que llegar a considerarlos solo como parte de su “ministerio”. Sino que procurará de manera consciente y determinada, verlos como personas a quienes Dios ama, y procurar desarrollar una verdadera amistad con ellos.
3. Lectio divina
Con el propósito de procurar una vida conforme a la Palabra de Dios, el autor se propone meditar en ella por lo menos tres ocasiones por semana, utilizando la metodología aprendida en clase, llamada “lectio divina”. Una manera antigua de leer las Escrituras y meditar en ellas; y al hacerlo, escuchar para que las palabras específicas de Dios queden impresas en la mente y el corazón.
4. Oración contemplativa
Buscando contempar a Dios y adorarle, teniendo cada vez una imagen más clara y brillante de su persona, el autor, buscará tiempos de oración contemplativa.
Para ello, determinará una selección de Salmos para orar cada uno de ellos de manera personalizada, ya sea para adorar a Dios, para interceder por otros o para dar expresión a sus propios pensamientos y anhelos.
En el deseo de aprender a orar, como los discípulos pidieran al Maestro, buscará estar abierto a la dirección del Señor, con un corazón receptivo a la realidad de la presencia de Dios.
Estos tiempos de oración contemplativa, serán combinados con tiempos de silencio y soledad, donde alejado del bullicio de la vida diaria, pueda ser consciente de su propia alma, de la real y cercana presencia de Dios; y la vida pueda enfocarse en las cosas importantes que el Señor quiere mostrar.
5. Ceder al trabajo del Espíritu
Dedicará tiempos específicos para, conscientemente, pedir y procurar la guía del Espíritu Santo en su vida, ya sea en la guía para la toma de decisiones, en el servicio de otros, en la proclamación del evangelio, en la adoración y en esfuerzos concretos por guardar la unidad del cuerpo de Cristo.
Sin duda, este será un tiempo también, de alabanza al Señor, pues como dice Gordon D. Fee, el Espíritu Santo produce un canto nuevo al Señor.
6. Mapa espiritual
Con el propósito de observar la obra de Dios en su vida, aún antes de haber conocido a Cristo e incluso, a través de actividades y circunstancias que pudieran ser consideradas como no religiosas; desarrollará durantes los próximos meses, un “mapa espiritual”, según el modelo explicado en clase. El cual dejará visible evidencia del actuar de Dios y llevará a la adoración, a la confesión, a descubrir patrones de conducta, a tener gratitud a diferentes personas que Dios usó y sigue usando en su vida, para efectuar su desarrollo en la comunión con Dios y con los creyentes.
Este será un ejercicio mental y reflexivo que le ayudará a construir una herramienta gráfica, que le ayude a ser consciente de la actividad de Dios y a ver desde una perspectiva de honor a la vida propia y a la de otros, además, de desarrollar gratitud y un sentido de esperanza en que la obra de Dios continuará en su vida quitando las tinieblas que aún quedan y llevándole en la luz, hasta que el sol brille en su cenit.
Esperando, con la ayuda de Dios, en fe y humildad, perseverar en este sencillo plan; que luego podrá ser autoevaluado y actualizado con nuevas formas y actividades; pero procurando desarrollar las mismas seis áreas de manera equilibrada.
Y, aunque algunas de las disciplinas aquí referidas son de carácter privado, se buscará tener siempre presente que el desarrollo de la vida espiritual se da en comunión no solo con Dios, sino también con los hombres. En la vida relacional “unos a otros” para animarnos, alentarnos, enseñarnos, amarnos, soportarnos y acompañarnos en oración.
Conclusión
El liderazgo, y en realidad toda la vida, requiere de una vida espiritual de comunión con Dios. Y ésta vida de comunión con Dios, transformará la vida del discípulo, ya que nadie puede estar en comunión con Dios sin ser transformado. El modelo de la transformación es el Señor Jesucristo, quien es modelo de santidad, misericordia, obediencia a la Palabra de Dios, vida contemplativa, vida controlada por el Espíritu y vida dedicada a la gloria de Dios.
Y aunque, los medios para efectuar esta transformación son humanos y divinos, el trazar un plan, por medio de elegir seis disciplinas espirituales que corresponden a la búsqueda del desarrollo de las seis cualidades antes mencionadas en el Señor Jesucristo, dan una pauta ordenada e intencional a seguir.
Que el Señor nos auxilie para perseverar en el bien hacer, con fe y humildad. Y que al hacerlo disfrutemos de él y de la comunión de los santos.
La vida del buen religioso debe resplandecer con toda clase de virtudes, para que interiormente sea tal cual exteriormente les parece a los hombres.
Y justamente debe ser mejor interiormente de lo que exteriormente aparece; porque nos mira Dios, a quien debemos infinito respeto donde quiera que estemos, caminando en presencia suya puros como los ángeles.
Bibliografía
Comenio, Juan Amós. Didáctica magna. Madrid, España. Primera edición. Editorial Porrúa, Colección Sepan Cuántos Núm. 167, 2006.
Etienne, R. H. Jesús, modelo de educadores. Buenos Aires, Argentina. Editorial Poblet, 1943
Evans, Tony. Nuestro Dios es maravilloso. EE.UU. Primera Edición. Casa Bautista de Publicaciones, 1998.
Fee, Gordon D. Pablo, el Espíritu y el pueblo de Dios. Miami, Florida, EE.UU. Biblioteca Teológica Vida. Editorial Vida, 2007.
Hughes, R. Kent. Las disciplinas de un hombre piadoso. Miami, Florida, EE.UU. Editorial Patmos, 2004
Kempis, Tomás de. Imitación de Cristo. México, D. F., Versión del Pbro. Agustín Magaña Méndez. 60ª Edición. Ediciones Paulinas, 2002
McIntosh, Gary L. y Rima, Samuel. Cómo sobreponerse al lado oscuro del liderazgo. La paradoja de la disfunción personal. Lake Mary, Florida, EE.UU. Casa Creación, 2005
Piper, John. Los deleites de Dios. Miami, Florida, EE.UU. Meditaciones acerca del placer que siente Dios en ser Dios. Editorial Vida, 2006.
Reina Valera. La Santa Biblia. México, D. F., Sociedades Bíblicas Unidas, Revisión 1960.
Ryrie, Charles C. Equilibrio en la vida cristiana. Grand Rapids, Michigan, EE.UU. Editorial Portavoz, 1996.
Monografía presentada a Dr. Brian Rice y John Hilliard
Facultad Teológica Sud Americana / Recursos Estratégicos Globales / Seminario Bíblico de Puebla
Por José Luis García Antonio / Fecha de conclusión y envío: Julio 15, 2008
Introducción
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.”
“...lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.”
El ser humano, desde su perspectiva finita, tiene la tendencia a pensar en la vida eterna en términos de tiempo, como una vida sin fin. Sin embargo el apóstol Juan nos presenta una perspectiva de la vida eterna en términos de relación, esto es, la vida eterna es tener una relación con el Dios personal y trino, revelado en su Hijo Jesucristo, eso es conocerle. Como Tony Evans escribe:
Conocer a Dios implica más que conciencia, más que información y más que una experincia religiosa. Conocer a Dios es tenerlo transmitiéndole a usted lo que él es; es entrar en una relación con Dios, de tal manera que lo que él es afecte lo que usted es... así pues, cuando hablo de conocer a Dios, estoy hablando de tener la conciencia, la información y la “experiencia religiosa” afectando su vida y siendo parte de lo que usted es.
Y este es el mensaje que anuncia el apóstol, no un mensaje de una vida sin fin, sino el de una vida en una verdadera comunión con Dios Padre y con su Hijo Jesucristo, una comunión que lleva a los creyentes a tener también comunión entre ellos mismos.
Así que lo más importante y trascendental a lo que una persona puede dedicar su finita vida, es a profundizar en esa comunión, ayudar a otros a crecer también en la comunión con Dios y anunciar a aquellos que aún se encuentran lejos, que en Dios Padre hay comunión a través de su Hijo Jesucristo y que ésta es la verdadera vida eterna, la vida en la luz, la vida en amor, la vida en libertad, ¡una vida en comunión!
Esta es la esencia de la vida espiritual, una relación de amor, profunda y creciente con Dios Padre y con su Hijo Jesucristo por el Espíritu Santo en la comunión de Su iglesia. Y esta vida espiritual es la base de cualquier otra dimensión en la vida, en lo familiar, en lo relacional y en el liderazgo de la iglesia.
Pero, la búsqueda de la intimidad con Dios, es más que tan solo para tener un liderazgo o ministerio efectivos; el centro de la intimidad con Dios, no es el hombre o su ministerio, ni sus múltiples necesidades, sino Dios mismo, su gloria y adoración y su disfrute para siempre, por que Dios es glorificado cuando yo disfruto de él. Y mientras la comunión con Dios crece, el carácter de la persona va siendo transformado a la semejanza de Cristo.
También es necesario hacer notar que la vida de comunión con Dios, lleva necesariamente a una vida de comunión con la gente, pues el que ama a Dios, ama también a la gente. Nadie puede argumentar que vive aislado de la gente con el propósito de estar en comunión íntima con Dios. Y además, es en la comunidad en donde es desarrollado el carácter cristiano, pues la gran mayoría de las virtudes cristianas solo pueden ser expresadas en comunidad. Finalmente, Dios mismo en la Santísima Trinidad nos modela la vida en comunidad.
Así que, en este escrito, el autor presenta seis aspectos de la vida de Cristo a desarrollar en su propia vida, por medio de seis correspondientes disciplinas espirituales para ejercitarse en esa vida de comunión, no sin antes hacer claro el papel del Espíritu Santo y de las diversas circunstancias de la vida en la transformación del carácter, además de la necesidad de determinación, fe, humildad y perseverancia en la prosecución de esta imagen de Cristo. El desarrollo de esta vida espiritual será pues esencial para el ministerio pastoral en este caso particular, aunque, desde luego, para todo en la vida.
I. Visión personal de la semejanza de Cristo.
Al crecer en la comunión con Dios, el creyente va siendo transformado a la imagen de su Hijo Jesucristo. Así pues, Jesucristo es, además de amigo, maestro y rey, el modelo ideal para la transformación espiritual. Una visión clara de la vida de Cristo, como es presentada en los Evangelios, será nuestra mejor guía en el desarrollo de nuestras vidas.
A. Cristo como modelo de santidad.
En los Evangelios observamos al Señor Jesucristo luchando contra las tentaciones del Diablo (Mateo 4:1-11). Buscando vivir una vida agradable a Dios. Pero ello no significa que no llevaba una vida gozosa, pues él sabía vivir en santidad con gran alegría. Ni tampoco, en busca de la santidad, se aislaba de la gente que era considerada inmunda, ya sea ceremonial o socialmente, por el contrario, convivía con ellos y su “toque” de santidad purificaba al más inmundo; la lepra sanaba, el flujo de sangre se detenía, los muertos resucitaban y los despreciados de la sociedad recibían el evangelio. Fue tentado en todo, pero sin pecado. Fue amigo de los pecadores, pero santo.
B. Cristo como modelo de misericordia.
También, Cristo es el ejemplo de la compasión y la misericordia. Frecuentemente lo encontramos atendiendo a la gente y sus necesidades; no con propósitos ocultos o manipuladores, sino con un interés sincero, extendiéndoles sus manos de amor.
En una ocasión, se compadeció de las multitudes y les empezó a enseñar.
“Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas.”En otra ocasión, tuvo compasión de las multitudes y les dió de comer.
Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen que comer… y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió… y los pusieron delante de la multitud… y comieron y se saciaron…
Atendía tanto a sus necesidades físicas como espirituales; y su llamado sigue siendo a ir y aprender lo que significa “misericordia quiero y no sacrificio”, y en especial, nos llama a hacer misericordia a las viudas, a los huérfanos y a los pobres.
C. Cristo como modelo de una vida conforme a la Palabra de Dios.
Sin duda, Cristo es también ejemplo de una vida entregada a la proclamación del evangelio, y no solo la proclamación, sino la vida de acuerdo a la Palabra de Dios; a tal grado que daba cumplimiento a toda ella de una manera obediente y entregada, aún y cuando en ello le fuera la vida. (Mateo 5:17, 26:54; Juan 4:34; Hebreos 10:7)
El evangelio era su vida, su alimento, su proclamación, su enseñanza y su gran comisión a nosotros. Haremos bien en hacer nuestra la causa del evangelio, viviéndolo, proclamándolo, apoyando y sirviendo para su progreso en todo el mundo.
D. Cristo como modelo de vida contemplativa.
Por otra parte, el que Jesucristo se ocupara de la proclamación del evangelio y de las necesidades de la gente, no le hacía descuidar sus tiempos de meditación, oración y contemplación en comunión con el Padre. Tenía momentos a solas con el Padre. Su vida espiritual en lo “secreto” era más que evidente en su ministerio público. Era, evidentemente, una persona de oración, que llama a todos los creyentes a orar. Una persona de meditación profunda, que invita a meditar y reflexionar teológicamente, en medio de esta vida acelerada y turbada. (Mateo 26:39; Marcos 1:35)
E. Cristo como modelo de vida controlada por el Espíritu.
En todo momento, Jesús actuó dirigido por el Espíritu Santo; lleno de Él ministró a la gente, y en Cristo tenemos ejemplo de la vida controlada por el Espíritu. Nosotros hemos de andar en el Espíritu, manifestar su fruto, servir de acuerdo a su potencia y ser guiados por su sabiduría. (Mateo 4:1; Hechos 10:37-38)
F. Cristo como modelo de vida consagrada a la gloria de Dios.
Para el Señor, no había distinción entre lo sagrado y lo secular, entre actividades espirituales y mundanas, todo en su vida era hecho para la gloria de Dios; cada actividad era verdaderamente un momento de adoración, así fuera predicar el evangelio, caminar, comer, orar; todo en su vida tenía honor. (Lucas 13:10-17)
Puesto que Él es el ejemplo a seguir, sus pisadas llevarán al creyente por sendas de santidad y de misericordia, lo llevarán a proclamar y vivir el evangelio, a buscar momentos para contemplar y adorar a Dios, y a vivir en el poder del Espíritu Santo para la gloria y la honra de Dios.
II. Prosecución intencional de la semejanza de Cristo
“...porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas.”
A. La determinación del corazón.
La semejanza de Jesucristo no se da casualmente, hay que ser intencional en seguir sus pisadas. El discípulo de Cristo es una persona obediente, que intencionalmente desea desechar las obras de las tinieblas y los pensamientos contrarios al reino de Dios; para abrazar la nueva vida. Quiere desechar la antigua manera de vivir, despojarse del viejo hombre con sus hechos y andar en novedad de vida.
Para poder ser transformado a la semejanza de Cristo, tiene que tomar resoluciones del corazón, resoluciones que le lleven a amar a Dios con todo su ser y a aborrecer el pecado. Como el joven Daniel quien propuso en su corazón no contaminarse, o como José quien ante la tentación no quiso ofender a Dios, ni a los hombres.
Ahí es donde comienza la vida de transformación del discípulo, con la resolución del corazón, la cual es producida por el mismo Espíritu de Dios, quien pone en el corazón de los discípulos, el deseo de ir tras la santidad. Es Dios quien quiere transformarlos a la imagen de su Hijo Jesucristo y es Él mismo quien provee de todo lo necesario para que esto pueda ser posible. (Romanos 8:29) Como también escribe Tomás de Kempis:
Pues, si el que hace fuertes propósitos, muchas veces falla; ¿qué será del que rara vez hace algún propósito, o no lo hace muy firme?... el propósito del justo se apoya en Dios mas que en la propia prudencia; en Dios, en quien confía todo aquello que emprende.
La respuesta de los creyentes, a la gracia del Señor, ha de ser como la de un hijo obediente, no conformandose a los deseo mundanos, sino despojándose de ellos y decidiendo dedicar sus vidas al Señor; y comprobar así que esa es la vida abundante, la vida que fluye como un río de agua viva, la vida gozosa con delicias a su diestra para siempre.
B. La fe.
En esta prosecusión intencional de la semejanza de Cristo, el creyente debe de tomar en cuenta, la fe. Primero, creyendo que es posible avanzar en el desarrollo de la semejanza de Jesucristo, “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.”
Y segundo, sabiendo que las disciplinas espirituales sin fe no son más que ejercicios vanos. Es necesaria la fe, por que sin ella es imposible agradar a Dios. Al acercarse a Dios, al consagrar su vida a Él, al obrar según la potencia del Espíritu, al abstenerse de diversas cosas, todo lo ha de hacer con fe, sabiendo que Dios es galardonador de los que le buscan. (Hebreos 11:6)
C. La humildad.
La búsqueda de la imitación de Cristo, ha de realizarse con humildad, porque “Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes.” Pues solo el humilde puede verdaderamente adorar a Dios.
Es necesaria la humildad para evitar la tentación del ser religioso de compararse con otros y sentirse superior, midiéndose por medio de acciones externas, como aquel fariseo que de pie en el templo oraba consigo mismo alabándose por su propia piedad y menospreciando al publicano que postrado suplicaba a Dios por misericordia.
Humildad, para no imponer sobre otros, disciplinas o cargas pesadas, legislando así sobre las conciencias de los hombres.
D. La perseverancia.
Y perseverancia, porque es fácil desmayar en el bien hacer. Perseverancia, porque el camino es largo y estrecho, y pocos son los que lo andan. Perseverancia, porque el afán de este mundo y sus deseos ahogan el amor del creyente y lo enfrían. Perseverancia, porque las dificultades de la vida, tientan al discípulo a claudicar. Perseverancia, porque el Señor viene, y el que retrocede no agradará a su alma. Perseverancia como aquellos antiguos hombres que alcanzaron buen testimonio delante de Dios. (Hebreos 11)
III. Medios de la transformación espiritual.
Los medios de la transformación espiritual son diversos, divinos y humanos. Dado que el ser humano es un ser complejo y que la transformación es un proceso radical, se requiere de la intervención divina, de su poder; sin embargo, el Señor, también nos exhorta a ser transformados y nos deja responsabilidades en esta transformación. Nos llama a no conformarnos a este mundo, sino transformarnos para comprobar su buena voluntad (Romanos 12:2).
A. La obra del Espíritu Santo.
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor
El Espíritu Santo que nos fue dado, nos va transformando a la misma imagen de Cristo, produciendo en nosotros el fruto de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; dándonos dones preciosos para su servicio; enseñándonos y guiándonos a toda verdad; derribando nuestros argumentos contrarios a la Palabra de Dios; provocando en nosotros sed de Dios y haciéndonos sentir su tristeza por el pecado.
Sin el ministerio del Espíritu Santo, estaríamos abandonados a nuestros pobres esfuerzos humanos que no son capaces, en ocasiones, ni de seguir una dieta para bajar de peso.
Juntamente con el Espíritu Santo, tenemos la obra intercesora de Jesucristo, quien desde la diestra del Padre aboga por nosotros, pues conoce nuestra debilidad y se compadece, dándonos oportuno socorro (Romanos 8:34). También, Dios Padre, está realizando esta obra de transformación, para presentarnos delante de él santos y sin mancha con gran alegría. (Judas 24)
Así pues, tenemos a la Santísima Trinidad comprometida en la obra de nuestra transformación a la semejanza de Cristo. Pero primordialmente al Espíritu Santo. Y esta transformación que opera el Espíritu Santo lo hace tanto en lo individual como en lo colectivo, es decir, la obra del Espíritu Santo no lleva necesariamente al creyente a una vida individualista, por el contrario. Como lo expresa Gordon D. Fee:
Por otra parte, “santidad” significa también (y especialmente) que el Espíritu Santo vive en el creyente reproduciendo la vida de Cristo, dentro de ellos (individualmente), y entre ellos (de manera colectiva), particularmente en sus relaciones interpersonales dentro de la comunidad. Actuar de otro modo significa contristar “al Espíritu Santo de Dios” (Ef 4:30), quien, por su presencia, les ha dado tanto unidad como crecimiento colectivo.
B. Las circunstancias de la vida.
“Porque esta leve tribulación momentanea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.”
El Señor, en su suprema sabiduría que rige todas las cosas en el mundo, utiliza las vicisitudes de la vida para irnos transformando, para desarrollar en nosotros la paciencia, la santidad, la humildad, un carácter semejante al de Jesucristo.
La Escritura dice, que el mismo Señor Jesucristo, pasó por la gran variedad de circunstancias humanas, excepto el pecado, y nunca se halló en él maldad, engaño o que haya atribuído despropósito alguno a Dios.
En ocasiones, las circunstancias serán de abundancia, de bonanza y gozo; y es ahí donde hemos de aprender a bendecir a Dios y glorificar su inmensa bondad para con nosotros. En otras ocasiones, las circunstancias serán de estrechez, dolor y tristeza; y en medio de ellas también hemos de aprender a ver el amor de Dios y el desarrollo del caracter que quiere producir en nosotros. Bueno sería poder decir como el apóstol Pablo: “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado... todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
C. Las disciplinas espirituales.
Al buscar desarrollar la vida espiritual, el autor reconoce que, lo que está a su alcance y en lo que se le requiere participación, es precisamente en las disciplinas espiriruales, dado que el Espíritu Santo, obra según sus designios y que las circunstancias están fuera de su control, lo mejor que puede hacer es, por medio de una vida disciplinada, preparar su vida en comunión con Dios para así tener la correcta perspectiva de la vida, pues “el conocimiento de Dios da la capacidad de dar la respuesta correcta a las circunstancias de la vida.”
Y este conocimiento de Dios o desarrollo de la vida piadosa, se obtiene por medio de lo que Juan Amós Comenio, llama las tres fuentes de donde hemos de beber.
Las fuentes son: LA SAGRADA ESCRITURA, EL MUNDO Y NOSOTROS MISMOS. En lo primero, la palabra de Dios; en la segunda, sus obras; en nosotros, su inspiración... el modo de obtener la Piedad de estas tres fuentes es igualmente triple: Meditación, Oración y Prueba o tentación. Lutero afirmó que estas tres formaban al Teólogo, pero también podemos decir que solamente estas tres forman al Cristiano.
El autor, consciente de su propia limitación y de sus propias tendencias, ha elegido adoptar un plan para desarrollar su propia vida espiritual, escogiendo seis diferentes disciplinas espirituales, tratando de enfocarse equilibradamente en cada una de las seis cualidades mencionadas anteriormente, de las cuales el Señor Jesucristo es modelo.
1. Ayuno.
El Señor Jesucristo tomaba tiempos de ayuno, como cuando estuvo en el desierto luchando con el Diablo, de esta manera estaba sujetando a su cuerpo en abstinencia. También los santos de diferentes épocas han practicado el ayuno, como Moisés, Daniel, Pedro, Pablo, Lutero, entre muchos otros.
Sabemos que los alimentos son buenos, dados por Dios para el sustento de nuestros cuerpos, son también buenos en el desarrollo de las relaciones humanas, al compartirlos con otros o darlos para suplir necesidades. Además, en su dimensión espiritual, nos llevan a dar gracias al Señor por su provisión y depender de Él por el pan nuestro de cada día.
Pero el practicar el ayuno, no es con el fin de demostrar de alguna manera, ni si quiera insinuar, que los alimentos son malos o el cuerpo despreciable. Sino para buscar el desarrollo de la abstinencia, que pueda ser un aliado en contra de la tentación, en contra de los deleites pecaminosos y nos lleve a vidas templadas y enfocadas en Dios; no a vidas autocomplacientes y egoístas.
En busca de desarrollar la vida de santidad, el autor se propone ayunar semanalmente, dedicando un tiempo especial a la oración y la meditación de la Palabra, junto con tiempos de silencio y contemplación en adoración. Y es muy probable que el Espíritu le guíe a tiempos de confesión y restauración.
2. Visita a huérfanos
El Señor nos manda tener cuidado de las viudas, los huérfanos y los pobres. Él mismo, se hace llamar “padre de huérfanos” y tiene especial cuidado de ellos. (Santiago 1:27)
Entendiendo que hay dos cosas escenciales para aprender lo que significa “misericordia quiero”; primero, es necesario el contacto continuo en comunión con Dios y segundo, el contacto cercano con las personas. Pues al estar en comunión con Dios, uno puede llenarse de Su mismo sentir y aprender de Su propio corazón a ver a las personas con un ojos compasivos. Y al estar en contacto con las personas, se puede aprender a apreciar sus vidas y conocer sus anhelos, necesidades, problemas y pensamientos.
El autor se ha propuesto con la ayuda de Dios, hacer visitas periódicas a un orfanatorio de la localidad para servir como voluntario en los quehaceres del lugar, tener tiempo de amistad genuina con los niños o apoyar económicamente o en especie a las diversas necesidades.
Al estar en este plan de visita al orfanato, ha de cuidar su corazón de tener intereses ocultos como el tratar de “convertirlos” o que llegar a considerarlos solo como parte de su “ministerio”. Sino que procurará de manera consciente y determinada, verlos como personas a quienes Dios ama, y procurar desarrollar una verdadera amistad con ellos.
3. Lectio divina
Con el propósito de procurar una vida conforme a la Palabra de Dios, el autor se propone meditar en ella por lo menos tres ocasiones por semana, utilizando la metodología aprendida en clase, llamada “lectio divina”. Una manera antigua de leer las Escrituras y meditar en ellas; y al hacerlo, escuchar para que las palabras específicas de Dios queden impresas en la mente y el corazón.
4. Oración contemplativa
Buscando contempar a Dios y adorarle, teniendo cada vez una imagen más clara y brillante de su persona, el autor, buscará tiempos de oración contemplativa.
Para ello, determinará una selección de Salmos para orar cada uno de ellos de manera personalizada, ya sea para adorar a Dios, para interceder por otros o para dar expresión a sus propios pensamientos y anhelos.
En el deseo de aprender a orar, como los discípulos pidieran al Maestro, buscará estar abierto a la dirección del Señor, con un corazón receptivo a la realidad de la presencia de Dios.
Estos tiempos de oración contemplativa, serán combinados con tiempos de silencio y soledad, donde alejado del bullicio de la vida diaria, pueda ser consciente de su propia alma, de la real y cercana presencia de Dios; y la vida pueda enfocarse en las cosas importantes que el Señor quiere mostrar.
5. Ceder al trabajo del Espíritu
Dedicará tiempos específicos para, conscientemente, pedir y procurar la guía del Espíritu Santo en su vida, ya sea en la guía para la toma de decisiones, en el servicio de otros, en la proclamación del evangelio, en la adoración y en esfuerzos concretos por guardar la unidad del cuerpo de Cristo.
Sin duda, este será un tiempo también, de alabanza al Señor, pues como dice Gordon D. Fee, el Espíritu Santo produce un canto nuevo al Señor.
En primer lugar, hemos de notar que donde está el Espíritu de Dios, hay canto. La iglesia primitiva se caracterizaba por ello. De igual modo, siempre que ha habido un avivamiento del Espíritu, ha nacido un nuevo cancionero. Aunque la mayoría de estas canciones no permanecen, algunas de ellas encuentran un lugar estable, y se convierten en fuente de nuestra constante enseñanza y exhortación, y de nuestra constante vuelta a Dios Padre y a Dios Hijo para ofrecerles alabanza por inspiración del Espíritu.
6. Mapa espiritual
Con el propósito de observar la obra de Dios en su vida, aún antes de haber conocido a Cristo e incluso, a través de actividades y circunstancias que pudieran ser consideradas como no religiosas; desarrollará durantes los próximos meses, un “mapa espiritual”, según el modelo explicado en clase. El cual dejará visible evidencia del actuar de Dios y llevará a la adoración, a la confesión, a descubrir patrones de conducta, a tener gratitud a diferentes personas que Dios usó y sigue usando en su vida, para efectuar su desarrollo en la comunión con Dios y con los creyentes.
Este será un ejercicio mental y reflexivo que le ayudará a construir una herramienta gráfica, que le ayude a ser consciente de la actividad de Dios y a ver desde una perspectiva de honor a la vida propia y a la de otros, además, de desarrollar gratitud y un sentido de esperanza en que la obra de Dios continuará en su vida quitando las tinieblas que aún quedan y llevándole en la luz, hasta que el sol brille en su cenit.
Esperando, con la ayuda de Dios, en fe y humildad, perseverar en este sencillo plan; que luego podrá ser autoevaluado y actualizado con nuevas formas y actividades; pero procurando desarrollar las mismas seis áreas de manera equilibrada.
Y, aunque algunas de las disciplinas aquí referidas son de carácter privado, se buscará tener siempre presente que el desarrollo de la vida espiritual se da en comunión no solo con Dios, sino también con los hombres. En la vida relacional “unos a otros” para animarnos, alentarnos, enseñarnos, amarnos, soportarnos y acompañarnos en oración.
Conclusión
El liderazgo, y en realidad toda la vida, requiere de una vida espiritual de comunión con Dios. Y ésta vida de comunión con Dios, transformará la vida del discípulo, ya que nadie puede estar en comunión con Dios sin ser transformado. El modelo de la transformación es el Señor Jesucristo, quien es modelo de santidad, misericordia, obediencia a la Palabra de Dios, vida contemplativa, vida controlada por el Espíritu y vida dedicada a la gloria de Dios.
Y aunque, los medios para efectuar esta transformación son humanos y divinos, el trazar un plan, por medio de elegir seis disciplinas espirituales que corresponden a la búsqueda del desarrollo de las seis cualidades antes mencionadas en el Señor Jesucristo, dan una pauta ordenada e intencional a seguir.
Que el Señor nos auxilie para perseverar en el bien hacer, con fe y humildad. Y que al hacerlo disfrutemos de él y de la comunión de los santos.
La vida del buen religioso debe resplandecer con toda clase de virtudes, para que interiormente sea tal cual exteriormente les parece a los hombres.
Y justamente debe ser mejor interiormente de lo que exteriormente aparece; porque nos mira Dios, a quien debemos infinito respeto donde quiera que estemos, caminando en presencia suya puros como los ángeles.
Debemos renovar todos los días nuestro propósito, excitándonos al fervor como si hoy mismo acabásemos de llegar a la religión, diciendo así: ayúdame, Señor, Dios mío, a cumplir mi buen propósito, a dedicarme a tu santo servicio. Concédeme la gracia de comenzar ahora, en este día, con perfección; porque hasta aquí no he hecho nada.
Bibliografía
Comenio, Juan Amós. Didáctica magna. Madrid, España. Primera edición. Editorial Porrúa, Colección Sepan Cuántos Núm. 167, 2006.
Etienne, R. H. Jesús, modelo de educadores. Buenos Aires, Argentina. Editorial Poblet, 1943
Evans, Tony. Nuestro Dios es maravilloso. EE.UU. Primera Edición. Casa Bautista de Publicaciones, 1998.
Fee, Gordon D. Pablo, el Espíritu y el pueblo de Dios. Miami, Florida, EE.UU. Biblioteca Teológica Vida. Editorial Vida, 2007.
Hughes, R. Kent. Las disciplinas de un hombre piadoso. Miami, Florida, EE.UU. Editorial Patmos, 2004
Kempis, Tomás de. Imitación de Cristo. México, D. F., Versión del Pbro. Agustín Magaña Méndez. 60ª Edición. Ediciones Paulinas, 2002
McIntosh, Gary L. y Rima, Samuel. Cómo sobreponerse al lado oscuro del liderazgo. La paradoja de la disfunción personal. Lake Mary, Florida, EE.UU. Casa Creación, 2005
Piper, John. Los deleites de Dios. Miami, Florida, EE.UU. Meditaciones acerca del placer que siente Dios en ser Dios. Editorial Vida, 2006.
Reina Valera. La Santa Biblia. México, D. F., Sociedades Bíblicas Unidas, Revisión 1960.
Ryrie, Charles C. Equilibrio en la vida cristiana. Grand Rapids, Michigan, EE.UU. Editorial Portavoz, 1996.
jueves, 19 de mayo de 2011
Abre mis ojos
¡Señor,
danos unos ojos de corto alcance respecto de las cosas que no valen nada,
y unos ojos plenos de claridad
para toda verdad tuya!
danos unos ojos de corto alcance respecto de las cosas que no valen nada,
y unos ojos plenos de claridad
para toda verdad tuya!
Sören Kierkegaard
miércoles, 18 de mayo de 2011
Necesariamente Primera Persona Plural
"...somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos." Efesios 5:30
"...somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros." Romanos 12:5
Aunque en esta epoca se acostumbra a personalizar los pasajes bíblicos individualizándolos, éstos dos pasajes tienen que ser leídos necesariamente en plural, de otro modo se distorsionaría el significado del texto.
La iglesia es una comunidad, donde el conjunto de creyentes es miembro de Cristo y son miembros entre ellos.
La vida de la iglesia es una vida de comunión con Dios en una relación correspondiente "hasta los huesos" gracias a la obra de Cristo en la cruz. Y es también una vida de relación de unos a otros, la cual también ha de reflejar esa misma relación que se tiene con Cristo.
"...somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros." Romanos 12:5
Aunque en esta epoca se acostumbra a personalizar los pasajes bíblicos individualizándolos, éstos dos pasajes tienen que ser leídos necesariamente en plural, de otro modo se distorsionaría el significado del texto.
La iglesia es una comunidad, donde el conjunto de creyentes es miembro de Cristo y son miembros entre ellos.
La vida de la iglesia es una vida de comunión con Dios en una relación correspondiente "hasta los huesos" gracias a la obra de Cristo en la cruz. Y es también una vida de relación de unos a otros, la cual también ha de reflejar esa misma relación que se tiene con Cristo.
viernes, 22 de abril de 2011
Junto al pozo de Jacob (Juan 4)
Junto al pozo de Jacob, una mujer samarita encontró al Salvador.
Muchos años atrás, un forastero llegó a un pozo de agua, le pidió de beber a una joven, ella le dió de beber y regresó a su casa con brazaletes y pendientes de oro... de la casa regresaron por el forastero y se pactó un matrimonio. Rebeca "obtiene" un esposo, Isaac.
Tiempo despúes, otra mujer junto a un pozo, es ayudada por un forastero... ella regresa a casa y lo cuenta todo, y de su casa vienen para invitar a pasar al forastero... una boda se pacta. Raquel "obtiene" esposo, Jacob.
Años más tarde, un forastero defiende a unas doncellas junto a un pozo... ellas regresan a casa y lo cuentan todo... regresan de casa e invitan a pasar al forastero. Nuevamente hay boda. Séfora "obtiene" esposo, Moisés.
El tiempo pasa... ahora una samaritana, que no busca marido, pues ha tenido cinco y ahora vive con su novio.
Viene a un pozo y se encuentra con un forastero... ella no recibe joyas, brazaletes, ni pendientes... pero recibe algo más grande... El Don de Dios... regresa, no a su casa, sino a todo su pueblo a contarles... del pueblo vienen e invitan al forastero a pasar. No hay una boda... pero hay una relación de comunión del "esposo" con su "novia", su pueblo.
"...a todos los que le recibieron, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios."
Muchos años atrás, un forastero llegó a un pozo de agua, le pidió de beber a una joven, ella le dió de beber y regresó a su casa con brazaletes y pendientes de oro... de la casa regresaron por el forastero y se pactó un matrimonio. Rebeca "obtiene" un esposo, Isaac.
Tiempo despúes, otra mujer junto a un pozo, es ayudada por un forastero... ella regresa a casa y lo cuenta todo, y de su casa vienen para invitar a pasar al forastero... una boda se pacta. Raquel "obtiene" esposo, Jacob.
Años más tarde, un forastero defiende a unas doncellas junto a un pozo... ellas regresan a casa y lo cuentan todo... regresan de casa e invitan a pasar al forastero. Nuevamente hay boda. Séfora "obtiene" esposo, Moisés.
El tiempo pasa... ahora una samaritana, que no busca marido, pues ha tenido cinco y ahora vive con su novio.
Viene a un pozo y se encuentra con un forastero... ella no recibe joyas, brazaletes, ni pendientes... pero recibe algo más grande... El Don de Dios... regresa, no a su casa, sino a todo su pueblo a contarles... del pueblo vienen e invitan al forastero a pasar. No hay una boda... pero hay una relación de comunión del "esposo" con su "novia", su pueblo.
"...a todos los que le recibieron, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios."
Jesús cuestiona a sus discípulos - 2 (Juan)
Cada persona que viene a Jesús, es cuestionada por él, quien sabe exactamente lo que hay en el corazón del hombre. Pero también, cada vez que son cuestionados, además de ser descubiertos sus corazones, son invitados por Jesús a tener una relación más estrecha con él.
Espero poderle responder como aquello discípulos...
- ¿Dónde moras?, es decir, lo que busco es tener comunión contigo.
- ¿A quién iré? solo tú tienes palabras de vida eterna.
- Sí, creo. Quiero ver tu gloria.
- Sí, Señor, he aprendido la lección y sé que ahora debo lavarles los pies.
- No sé si mi vida pondría por tí... ni siquiera sé si te amo más que estos...
Señor, tú lo sabes todo, sabes que te amo.
Espero poderle responder como aquello discípulos...
- ¿Dónde moras?, es decir, lo que busco es tener comunión contigo.
- ¿A quién iré? solo tú tienes palabras de vida eterna.
- Sí, creo. Quiero ver tu gloria.
- Sí, Señor, he aprendido la lección y sé que ahora debo lavarles los pies.
- No sé si mi vida pondría por tí... ni siquiera sé si te amo más que estos...
Señor, tú lo sabes todo, sabes que te amo.
sábado, 2 de abril de 2011
Jesús cuestiona a sus discípulos (Juan)
"¿Qué buscáis?" (1:38)
"¿Queréis acaso iros también vosotros?" (6:67)
"¿Crees esto?" (11:26)
"¿Sabéis lo que os he hecho?" (13:12)
"¿Tu vida pondrás por mí?" (13:38)
"¿Por qué lloras? ¿A quién buscas?" (20:15)
"¿Me amas?" (21:15)
"¿Queréis acaso iros también vosotros?" (6:67)
"¿Crees esto?" (11:26)
"¿Sabéis lo que os he hecho?" (13:12)
"¿Tu vida pondrás por mí?" (13:38)
"¿Por qué lloras? ¿A quién buscas?" (20:15)
"¿Me amas?" (21:15)
martes, 29 de marzo de 2011
jueves, 17 de marzo de 2011
domingo, 13 de marzo de 2011
Con el discurso en otro nivel (Juan)
En el evangelio de Juan, observamos varias conversaciones del Señor Jesús con diferentes personas,
y observamos también varios "malos entendidos"; parece ser que el Señor traía el discurso en otro nivel, en otro orden de ideas y que las personas por esto se mostraban confundidas, como no entendiendo a qué se refería.
Por esto, algunos judíos le preguntan "En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?" y añade el evangelista: "Mas él hablaba del templo de su cuerpo" (Juan 1:20-21)
Incluso, Nicodemo pregunta perplejo: "¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?" (Juan 3:4)
Es evidente que el Señor estaba hablando en otra línea de pensamiento.
Así también observamos que la samaritana le dice: "No tienes de dónde sacarla y el pozo es hondo, ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?" (Juan 4:11) No entendiendo de qué agua le estaba hablando.
Y más delante, otros judíos se escandalizarían diciendo: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?" (Juan 6:52) Pues no entendían a qué se refería cuando dijo de sí mismo que él era el verdadero pan del cielo.
Y luego: "¿Acaso se matará a sí mismo, que dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir?" (Juan 8:22)
El Señor les esta hablando algo sencillo pero profundo a la vez.
Es tanta la confusión que pareciera que no están hablando en el mismo idioma.
Unos preguntan: "¿Cómo dices tú: seréis libres?" (8:33) No captaban de qué libertad les hablaba.
Hasta sus mismos discípulos en ocasiones pareciera que no captan el sentido de sus palabras.
Como cuando dicen: "Señor, si duerme, sanará." (Juan 11:12)
o "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." (Juan 14:8)
Ya para terminar su ministerio, el Señor les habla con claridad y ellos expresan: "He aquí ahora hablas claramente, y ninguna alegoría dices." (Juan 16:29)
Al estudiar el evangelio de Juan, es necesario tratar de entender a qué se está refiriendo Jesús cuando dice lo que dice, pues de lo contrario nos quedaremos como tantas personas, preguntándonos "¿qué dijo?"
El Señor trae el discurso en otro nivel y es necesario que pongamos diligencia en entender sus palabras,
pues sus enseñanzas son sencillas y profundas a la vez.
y observamos también varios "malos entendidos"; parece ser que el Señor traía el discurso en otro nivel, en otro orden de ideas y que las personas por esto se mostraban confundidas, como no entendiendo a qué se refería.
Por esto, algunos judíos le preguntan "En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?" y añade el evangelista: "Mas él hablaba del templo de su cuerpo" (Juan 1:20-21)
Incluso, Nicodemo pregunta perplejo: "¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?" (Juan 3:4)
Es evidente que el Señor estaba hablando en otra línea de pensamiento.
Así también observamos que la samaritana le dice: "No tienes de dónde sacarla y el pozo es hondo, ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?" (Juan 4:11) No entendiendo de qué agua le estaba hablando.
Y más delante, otros judíos se escandalizarían diciendo: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?" (Juan 6:52) Pues no entendían a qué se refería cuando dijo de sí mismo que él era el verdadero pan del cielo.
Y luego: "¿Acaso se matará a sí mismo, que dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir?" (Juan 8:22)
El Señor les esta hablando algo sencillo pero profundo a la vez.
Es tanta la confusión que pareciera que no están hablando en el mismo idioma.
Unos preguntan: "¿Cómo dices tú: seréis libres?" (8:33) No captaban de qué libertad les hablaba.
Hasta sus mismos discípulos en ocasiones pareciera que no captan el sentido de sus palabras.
Como cuando dicen: "Señor, si duerme, sanará." (Juan 11:12)
o "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." (Juan 14:8)
Ya para terminar su ministerio, el Señor les habla con claridad y ellos expresan: "He aquí ahora hablas claramente, y ninguna alegoría dices." (Juan 16:29)
Al estudiar el evangelio de Juan, es necesario tratar de entender a qué se está refiriendo Jesús cuando dice lo que dice, pues de lo contrario nos quedaremos como tantas personas, preguntándonos "¿qué dijo?"
El Señor trae el discurso en otro nivel y es necesario que pongamos diligencia en entender sus palabras,
pues sus enseñanzas son sencillas y profundas a la vez.
Cosas Mayores (Juan)
El Verbo se hizo carne y con él nos trajo cosas mayores, mejores; y con ello rompe con lo anterior, pero invita a lo nuevo.
Él mismo es mayor, dijo el Bautista: "del cual yo no soy digno de desatar la correa." (1:27) y otra vez: "el que viene de arriba es sobre todos." (3:31)
A Natanael le dijo: "...cosas mayores que estas verás." (1:50)
En la boda, el maestresala dijo: "...has reservado el buen vino hasta ahora." (2:10)
A Nicodemo le habla de un nuevo nacimiento. "Os es necesario nacer de nuevo." (3:7)
Y a la samaritana del agua viva. "¿Acaso eres tu mayor que nuestro padre Jacob...?" (4:12)
El Verbo es mayor que todos, incluso que Abraham.(8:53)
Él es el verdadero pan del cielo. (6:32)
Él es la luz del mundo. (8:12)
Él es el buen pastor prometido de antiguo. (10:11)
La resurrección y la vida. (11:25)
"De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre." (14:12)
El Verbo se encarnó y ha realizado algo mucho mayor a lo imaginado,
"...a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios..." (1:12) ¡Increíble!
Y les mando al Espíritu Santo a morar en ellos.
Él mismo es mayor, dijo el Bautista: "del cual yo no soy digno de desatar la correa." (1:27) y otra vez: "el que viene de arriba es sobre todos." (3:31)
A Natanael le dijo: "...cosas mayores que estas verás." (1:50)
En la boda, el maestresala dijo: "...has reservado el buen vino hasta ahora." (2:10)
A Nicodemo le habla de un nuevo nacimiento. "Os es necesario nacer de nuevo." (3:7)
Y a la samaritana del agua viva. "¿Acaso eres tu mayor que nuestro padre Jacob...?" (4:12)
El Verbo es mayor que todos, incluso que Abraham.(8:53)
Él es el verdadero pan del cielo. (6:32)
Él es la luz del mundo. (8:12)
Él es el buen pastor prometido de antiguo. (10:11)
La resurrección y la vida. (11:25)
"De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre." (14:12)
El Verbo se encarnó y ha realizado algo mucho mayor a lo imaginado,
"...a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios..." (1:12) ¡Increíble!
Y les mando al Espíritu Santo a morar en ellos.
jueves, 3 de marzo de 2011
Y vimos su gloria 8 - Juan
"Y aquel Verbo fue hecho carne y vimos su gloria"
Aquel y no otro. Sino aquel Verbo que era en el principio, que era Dios, que era la luz de los hombres, que era la vida.
Aquel Verbo que revela al Padre, se manifestó y habitó entre nosotros.
Habitó. No solo estuvo de paso, sino habitó, mostrando su deseo de comunión con el hombre.
Y manifestó su gloria... para que creamos en él... para que andemos en la luz... para que entremos a la comunión con él y con su Padre... esta es la verdadera vida eterna.
Aquel Verbo, sigue manifestando su gloria... y eso es lo que testificamos, para que ustedes también entren en la comunión con nosotros y con Jesucristo y el Padre.
El hombre esta en tinieblas... aquel Verbo nos trae la luz de la vida.
Aquel y no otro. Sino aquel Verbo que era en el principio, que era Dios, que era la luz de los hombres, que era la vida.
Aquel Verbo que revela al Padre, se manifestó y habitó entre nosotros.
Habitó. No solo estuvo de paso, sino habitó, mostrando su deseo de comunión con el hombre.
Y manifestó su gloria... para que creamos en él... para que andemos en la luz... para que entremos a la comunión con él y con su Padre... esta es la verdadera vida eterna.
Aquel Verbo, sigue manifestando su gloria... y eso es lo que testificamos, para que ustedes también entren en la comunión con nosotros y con Jesucristo y el Padre.
El hombre esta en tinieblas... aquel Verbo nos trae la luz de la vida.
Y vimos su gloria 7 - Juan
"¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!" (alguaciles)
- No, este hombre engaña al pueblo.
- Hace muchas señales
- ¿Acaso alguno de los gobernantes y sabios han creído en él?
- Pero... ¿y la gente que le sigue?
- Esa gente no conoce la ley.
- No, este hombre engaña al pueblo.
- Hace muchas señales
- ¿Acaso alguno de los gobernantes y sabios han creído en él?
- Pero... ¿y la gente que le sigue?
- Esa gente no conoce la ley.
Y vimos su gloria 6 - Juan
"me ha dicho todo cuanto he hecho..." (Mujer Samaritana)
- Ha de ser un estafador... hay muchos engañadores... luego dicen: "No me diga nada, yo le digo todo"
- Venid y ved
- No es necesario... yo conozco esas técnicas de "lectura en frío" que usan los apostadores y las personas que leen la mano... solo te dicen lo que quieres oir.
- A mí me parece que éste es el Cristo
- Vayamos, pues a ver.
- Ha de ser un estafador... hay muchos engañadores... luego dicen: "No me diga nada, yo le digo todo"
- Venid y ved
- No es necesario... yo conozco esas técnicas de "lectura en frío" que usan los apostadores y las personas que leen la mano... solo te dicen lo que quieres oir.
- A mí me parece que éste es el Cristo
- Vayamos, pues a ver.
Y vimos su gloria 5 - Juan
Testimonio:
"Vimos" - Primera persona.
"Vimos" - Plural.
"Vimos" - Modo Indicativo.
"Vimos" - Pasado histórico.
El testimonio:
"He aquí el Cordero de Dios..." (Juan el Bautista)
"Hemos hallado al mesías" (Andrés)
"Sabemos que has venido de Dios como maestro" (Nicodemo)
"me ha dicho todo cuanto he hecho" (Mujer samaritana)
"nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el salvador del mundo" (samaritanos)
"nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente." (Pedro)
"¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!" (alguaciles)
"...a mí me abrió los ojos... Si este no viniera de Dios, nada podría hacer." (ex-ciego de nacimiento)
"Mirad, el mundo se va tras él." (fariseos)
"Yo no hallo en él ningún delito." (Pilato)
"¡Es el Señor!" (Pedro)
"Vimos" - Primera persona.
"Vimos" - Plural.
"Vimos" - Modo Indicativo.
"Vimos" - Pasado histórico.
El testimonio:
"He aquí el Cordero de Dios..." (Juan el Bautista)
"Hemos hallado al mesías" (Andrés)
"Sabemos que has venido de Dios como maestro" (Nicodemo)
"me ha dicho todo cuanto he hecho" (Mujer samaritana)
"nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el salvador del mundo" (samaritanos)
"nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente." (Pedro)
"¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!" (alguaciles)
"...a mí me abrió los ojos... Si este no viniera de Dios, nada podría hacer." (ex-ciego de nacimiento)
"Mirad, el mundo se va tras él." (fariseos)
"Yo no hallo en él ningún delito." (Pilato)
"¡Es el Señor!" (Pedro)
sábado, 5 de febrero de 2011
Y vimos su gloria 4 - Juan
Restaurando el gozo en la vida.
(Convierte el agua en vino)
El Verbo vino y manifestó su gloria, restaurando el gozo en la vida.
El disfrute y la celebración en la vida son dones de Dios.
Gracias a Él, podemos tener la confianza, que pase lo que pase,
con él en la vida, todo estará bien.
La bondad de Dios se hace real y concreta en la vida
y nos permite celebrar y tener esperanza.
(Convierte el agua en vino)
El Verbo vino y manifestó su gloria, restaurando el gozo en la vida.
El disfrute y la celebración en la vida son dones de Dios.
Gracias a Él, podemos tener la confianza, que pase lo que pase,
con él en la vida, todo estará bien.
La bondad de Dios se hace real y concreta en la vida
y nos permite celebrar y tener esperanza.
viernes, 4 de febrero de 2011
Y vimos su gloria 3 - Juan
Su gloria manifestada al convertir el agua en vino... ¡Oooh!
Su gloria manifestada al sanar a un paralítico y proclamarse Señor del Sábado... ¡Oooh!
Su gloria manifestada al alimentar a más de 5,000 con unos panes y peces... ¡Oooh!
Su gloria manifestada al caminar sobre el agua... ¡Oooh!
Su gloria manifestada al sanar a un ciego de nacimiento... ¡Oooh!
Su gloria manifestada al resucitar a Lázaro, su amigo... ¡Oooh!
Su gloria manifestada al resucitar de entre los muertos... ¡Oooh!
Esa misma gloria les he dado... para que sean uno.
La posibilidad de que su gloria sea manifestada en UNA IGLESIA UNIDA... ¡Oooh!
La posibilidad de que su gloria sea manifestada a través de creyentes que llevan mucho fruto.
Su gloria manifestada al sanar a un paralítico y proclamarse Señor del Sábado... ¡Oooh!
Su gloria manifestada al alimentar a más de 5,000 con unos panes y peces... ¡Oooh!
Su gloria manifestada al caminar sobre el agua... ¡Oooh!
Su gloria manifestada al sanar a un ciego de nacimiento... ¡Oooh!
Su gloria manifestada al resucitar a Lázaro, su amigo... ¡Oooh!
Su gloria manifestada al resucitar de entre los muertos... ¡Oooh!
Esa misma gloria les he dado... para que sean uno.
La posibilidad de que su gloria sea manifestada en UNA IGLESIA UNIDA... ¡Oooh!
La posibilidad de que su gloria sea manifestada a través de creyentes que llevan mucho fruto.
Y vimos su gloria 2 - Juan
"Vimos"
Testimonio de primera mano.
Pasado histórico, objetivo, real, irrefutable.
"Su gloria"
La gloria del Verbo eterno de Dios, encarnado.
Gloria que transforma.
Nadie puede ver Su gloria y seguir igual.
Oh Dios, abre nuestro ojos para que podamos ver tu gloria en la faz de Jesucristo.
Testimonio de primera mano.
Pasado histórico, objetivo, real, irrefutable.
"Su gloria"
La gloria del Verbo eterno de Dios, encarnado.
Gloria que transforma.
Nadie puede ver Su gloria y seguir igual.
Oh Dios, abre nuestro ojos para que podamos ver tu gloria en la faz de Jesucristo.
martes, 1 de febrero de 2011
El Verbo - Juan 1
El Verbo es Dios.
Es Dios eterno, y se hizo carne.
Habitó entre nosotros y vimos su gloria.
El Verbo es el Creador.
Él es el Creador de todo, con todo lo que esto implica.
El Verbo es Vida.
La vida de Dios, la vida verdadera.
El Verbo es Luz.
El hombre esta en tinieblas.
El hombre ama las tinieblas.
La luz vino al mundo.
Para que el hombre no permaneciera en tinieblas sino tuviera la luz de la vida.
El Verbo revela al Padre.
El hombre no puede conocer al Padre.
El hombre, aunque es sabio en otros ámbitos, en cuanto al conocimiento de Dios, se encuentra en tinieblas.
Al hombre le es necesaria la revelación en Cristo para conocer al Padre.
El Verbo es la Autoridad
Él es quien da potestad a quienes creen en su nombre de ser hechos hijos de Dios.
El Verbo es el Cordero de Dios
Singular, determinado.
Que quita el pecado del mundo.
Es Dios eterno, y se hizo carne.
Habitó entre nosotros y vimos su gloria.
El Verbo es el Creador.
Él es el Creador de todo, con todo lo que esto implica.
El Verbo es Vida.
La vida de Dios, la vida verdadera.
El Verbo es Luz.
El hombre esta en tinieblas.
El hombre ama las tinieblas.
La luz vino al mundo.
Para que el hombre no permaneciera en tinieblas sino tuviera la luz de la vida.
El Verbo revela al Padre.
El hombre no puede conocer al Padre.
El hombre, aunque es sabio en otros ámbitos, en cuanto al conocimiento de Dios, se encuentra en tinieblas.
Al hombre le es necesaria la revelación en Cristo para conocer al Padre.
El Verbo es la Autoridad
Él es quien da potestad a quienes creen en su nombre de ser hechos hijos de Dios.
El Verbo es el Cordero de Dios
Singular, determinado.
Que quita el pecado del mundo.
lunes, 31 de enero de 2011
Y vimos su gloria - Juan
"...y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre..." (1:14)
"...cosas mayores que estas verás..." (1:50-51)
"...y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él..." (2:11)
"...sabemos que has venido de Dios..." (3:2)
"...nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo." (4:42)
"...decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios..." (5:18)
"...gloria de los hombres no recibo... la gloria que viene del Dios único..." (5:41-44)
"...viendo la señal... dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo..." (6:14)
"...¿pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir a donde estaba primero?" (6:62)
"¿cómo sabe este letras, sin haber estudiado?" (7:15)
"...pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos..." (9:30)
"... esta enfermedad no es para muerte, sino... para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella..." (11:4)
"¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?" (11:40)
"Mirad, el mundo se va tras él" (12:19)
"Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él." (13:31)
"En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto..." (15:8)
"...el Espíritu de verdad... él me glorificará..." (16:13-14)
"...Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo..." (17:5)
"...he sido glorificado en ellos..." (17:10)
"La gloria que me diste, yo les he dado..." (17:22)
"...esten conmigo, para que vean mi gloria que me has dado..." (17:24)
"¡Es el Señor!" (21:7)
"...dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios." (21:19)
viernes, 28 de enero de 2011
Haciendo Memoria
“De las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová, conforme a todo lo que Jehová nos ha dado, y de la grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel, que les ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de sus piedades.” Isaías 63:7
Hacer memoria, puede ser un ejercicio beneficioso, pero también puede ser algo nocivo. En ocasiones no sabemos recordar de la manera correcta, y esto nos puede llevar a deprimirnos, entristecernos, enfurecernos y amargarnos. Así que, al hacer memoria, debemos enfocar, las misericordias de Dios en nuestras vidas, como dice el profeta Isaías, de esta forma, el recordar, nos llevará a adorar a Dios y tener ánimo para seguir adelante sirviendo al Señor con gozo.
1. Haciendo memoria, adoramos a Dios, al reconocer que él tiene parte en nuestras vidas.
Este domingo será un día muy importante en la vida de la iglesia (IBUC), ya que tendremos un tiempo especial para detenernos y recordar lo bueno que el Señor ha sido con nosotros; y al hacerlo, responder con adoración y celebración por su gran fidelidad. Pues por la gracia de Dios somos lo que somos. Así que al recordar cada actividad, cada bendición, cada momento de compartir y de ser edificados, los esfuerzos por llevar su evangelio y proclamar su Palabra, reconocemos la buena mano de Dios sobre su iglesia, y le adoramos.
2. Haciendo memoria somos animados a seguir adelante sirviendo a Dios con gozo.
Al hacer memoria de la bondad de Dios a nuestras vidas, también somos animados a seguir adelante, sirviéndole, viviendo para él. Pues el que fue fiel en el año que pasó, seguirá siendo fiel en el futuro. Cuando aprendemos a recordar, aprendemos a ver la vida desde la perspectiva correcta, la bondad de Dios se hace más real en nuestra vida diaria y podemos enfrentar con gozo y esperanza cualquier cosa que se nos presente, pues estamos seguros de que con Dios, todo estará bien.
Hagamos memoria juntos, este próximo domingo, y dejemos que nuestros hijos sepan nuestras memorias, para que también ellos aprendan a recordar lo importante y enfocar en sus vidas en la bondad de Dios.
IBUC - 13 Años de Ministerio...
Hacer memoria, puede ser un ejercicio beneficioso, pero también puede ser algo nocivo. En ocasiones no sabemos recordar de la manera correcta, y esto nos puede llevar a deprimirnos, entristecernos, enfurecernos y amargarnos. Así que, al hacer memoria, debemos enfocar, las misericordias de Dios en nuestras vidas, como dice el profeta Isaías, de esta forma, el recordar, nos llevará a adorar a Dios y tener ánimo para seguir adelante sirviendo al Señor con gozo.
1. Haciendo memoria, adoramos a Dios, al reconocer que él tiene parte en nuestras vidas.
Este domingo será un día muy importante en la vida de la iglesia (IBUC), ya que tendremos un tiempo especial para detenernos y recordar lo bueno que el Señor ha sido con nosotros; y al hacerlo, responder con adoración y celebración por su gran fidelidad. Pues por la gracia de Dios somos lo que somos. Así que al recordar cada actividad, cada bendición, cada momento de compartir y de ser edificados, los esfuerzos por llevar su evangelio y proclamar su Palabra, reconocemos la buena mano de Dios sobre su iglesia, y le adoramos.
2. Haciendo memoria somos animados a seguir adelante sirviendo a Dios con gozo.
Al hacer memoria de la bondad de Dios a nuestras vidas, también somos animados a seguir adelante, sirviéndole, viviendo para él. Pues el que fue fiel en el año que pasó, seguirá siendo fiel en el futuro. Cuando aprendemos a recordar, aprendemos a ver la vida desde la perspectiva correcta, la bondad de Dios se hace más real en nuestra vida diaria y podemos enfrentar con gozo y esperanza cualquier cosa que se nos presente, pues estamos seguros de que con Dios, todo estará bien.
Hagamos memoria juntos, este próximo domingo, y dejemos que nuestros hijos sepan nuestras memorias, para que también ellos aprendan a recordar lo importante y enfocar en sus vidas en la bondad de Dios.
IBUC - 13 Años de Ministerio...
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