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jueves, 30 de enero de 2014

La iglesia como un pueblo llamado por Dios

Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
“...para que el mundo crea.” Juan 17:20-23
26 Enero 2014
La iglesia como un pueblo llamado por Dios.
Introducción
                En estos tiempos de relaciones interpersonales frágiles, apatía y falta de compromiso, tenemos que preguntarnos ¿es bíblico hablar de la membresía de la iglesia? ¿O será un intento humano de mantener la estabilidad y cohesión en un grupo? ¿Serán solo intentos desesperados por revivir una comunidad que está muriendo? ¿Es, acaso, la iglesia local un grupo de creyentes libres – apenas cohesionados entre sí – quienes solo tienen en común su fe en el evangelio? ¿Por qué encontramos algunos creyentes sin ningún tipo de vínculo con la iglesia local?

                En algunas ocasiones, esta falta de aprecio por la iglesia local se debe a un mal entendimiento entre lo que es la iglesia universal y lo que es la iglesia local.
-          El prejuicio en contra de la religión organizada.
-          La rivalización de algunos ministerios para-eclesiásticos
-          El “ninguneo” mexicano (O. Paz)            
-          Vínculos humanos frágiles “hasta nuevo aviso”, distintivos de la modernidad líquida. (Z. Bauman)


“Hemos sido rescatados por la sangre de Jesucristo derramada en la cruz para presentar también nuestras vidas enteras a Dios en un culto racional.
Hemos sido sellados por el Espíritu Santo para proclamar el Señorío de Jesucristo – resucitado y exaltado – en todos los rincones del mundo y de nuestra existencia.
Hemos sido liberados por el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob para vivir la verdadera comunidad de amor.
Hemos sido bautizados en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo para preservar y hacer pertinente la Buena Nueva de la liberación de Dios a las generaciones, tanto presentes como futuras.
Por lo tanto, convencidos de que el Padre nos ha llamado a construir una comunidad cristiana por el poder de Su Espíritu, y porque queremos valorar esa vocación de ser iglesia de Jesucristo, nosotros aquí y ahora nos comprometemos con gozo y reverencia a guardar el siguiente pacto…” (Pacto de iglesia – Comunidad bautista Jireh)

Para hablar de la membresía de la iglesia es necesario empezar diciendo que la iglesia es un pueblo llamado por Dios y el pacto de membresía es una manera de valorar ese llamado a ser iglesia de Cristo.

El día de hoy consideraremos tres llamados de Dios que nos permiten ver cómo la iglesia es un pueblo llamado bajo los mismos principios mostrados en éstos tres llamados: El llamado de Abraham, el llamado a los israelitas para salir de Egipto y el llamado a los exiliados para salir de Babilonia y regresar a Palestina.


1.       El llamado de Abraham – Génesis 12:1-9
a.       Una jornada espiritual
                                                               i.      Donde hay algo que dejar
                                                             ii.      Donde hay algo a donde ir
b.      Un llamado a la fe
                                                               i.      Somos hijos de Abraham, hijos en la fe si seguimos sus pisadas.
                                                             ii.      Las mujeres son llamadas hijas de Sara
c.       Un llamado de bendición
                                                               i.      Esta bendición se cumple en Cristo, el hijo de Abraham
                                                             ii.      En Cristo somos bendecidos
                                                            iii.      En Cristo somos para bendición

2.       El llamado a salir de Egipto – Éxodo 13
a.       Una gran liberación: La salida de Egipto (Cristo es nuestra pascua)
b.      Un gran llamado: A adorar a Dios
c.       Un gran legado: Para las futuras generaciones – El Evangelio
d.      Una prueba de la obediencia a un Dios invisible – Números 9:15-23

3.       El llamado a retornar a la tierra prometida – Isaías 61 - 62
a.       Una llamado de restauración
b.      Un llamado al gozo y al deleite en Dios

Unidos en Cristo…Por lo tanto, unidos en la iglesia local.

viernes, 24 de enero de 2014

Algunas reflexiones sobre 1 Corintios 8

En cuanto a lo sacrificado
a los ídolos,
sabemos que todos tenemos conocimiento.
El conocimiento envanece,
pero
el amor edifica.
Y
si alguno se imagina que sabe algo,
aún no sabe nada
como debe saberlo.
Pero
si alguno ama
a Dios, es conocido
por él.
Acerca,
pues,
de las viandas que se sacrifican
a los ídolos,
sabemos que un ídolo nada es
en el mundo,
y
que no hay más que un Dios.
Pues
aunque haya algunos que se llamen dioses,
sea en el cielo,
o
en la tierra (como hay muchos dioses
y
muchos señores),
para nosotros,
sin embargo,
sólo hay un Dios, el Padre,
del cual proceden todas las cosas,
y
nosotros somos
para él;
y
un Señor, Jesucristo,
por medio del cual son todas las cosas,
y
nosotros por medio de él.
Pero
no en todos hay este conocimiento;
porque
algunos, habituados hasta aquí
a los ídolos,
comen
como sacrificado
a ídolos,
y
su conciencia, siendo débil,
se contamina.
Si bien
la vianda no nos hace más aceptos
ante Dios;
pues
ni porque comamos, seremos más,
ni porque no comamos, seremos menos.
Pero
mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero
para los débiles.
Porque
si alguno te ve
a ti,
que tienes conocimiento,
sentado
a la mesa
en un lugar
de ídolos,
la conciencia
de aquel que es débil,
¿no será estimulada
a comer
de lo sacrificado
a los ídolos?
Y
por el conocimiento tuyo,
se perderá el hermano débil
por quien Cristo murió.
De esta manera, pues,
pecando contra los hermanos
e
hiriendo su débil conciencia,
contra Cristo pecáis.
Por lo cual,
si la comida le es
a mi hermano
ocasión
de caer,
no comeré carne jamás,
para no poner tropiezo
a mi hermano.
Algunas observaciones:
1. Se trata un asunto particular: Comer carne que ha sido sacrificada a los ídolos.
2. Contrapone el conocimiento con el amor.
3. Hay conocimiento cierto y seguro que posee el creyente fuerte:
a. Un ídolo nada es. Aunque muchos se llamen dioses.
b. Solo hay un Dios y un Señor Jesucristo.
c. No todos los creyentes saben los puntos a y b anteriores, es decir, algunos piensan
por sus hábitos antes de conocer a Cristo, que un ídolo sí es un “dios”, falso, pero
al fin y al cabo creen que es real y que la carne que se les ofrece, piensan ellos,
que en realidad se contamina.
d. El creyente que come carne sacrificada a los ídolos no es más aceptable ante Dios,
aunque es fuerte en la fe, Dios no acepta al creyente por eso.
e. El creyente que no come la carne sacrificada a los ídolos, no por eso es menos
delante de Dios, pues aunque su fe sea débil, Dios no por eso lo minimiza o
rechaza.
4. Habla de dos tipos de creyentes: Uno fuerte, con conocimiento y con libertad para comer
la carne sacrificada a los ídolos. Y Uno débil, con su conciencia débil, sensible y
“tropezable”, que no puede comer de la carne sacrificada a los ídolos, porque si lo hace, se
“pierde”, “se contamina”, es tropezado en su fe.
5. La posibilidad:
a. Que un hermano fuerte se siente a comer carne sacrificada a los ídolos.
b. Que un hermano débil lo vea ahí y sea tropezado y se aleje de la adoración a Cristo
y se vaya a adorar ídolos.
c. Esto haría que el creyente fuerte, con su conducta, peque contra Cristo. No por lo
que come, sino por lo que influyó en el hermano débil.
d. Si esta fuera la situación, Pablo recomienda no comer carne sacrificada a los
ídolos. Por amor, aunque se tenga el conocimiento.
6. Si no hay un hermano débil siendo tropezado, se desprende, que no hay ningún problema.
7. Si hay un creyente débil presenciando, el apóstol promueve la abstinencia.
8. Tenemos otra opción, que fue manifestada por nuestro Señor Jesucristo en otros asuntos
controversiales como el guardar el sábado, comer con manos sucias, comer con
pecadores, etc. El Señor, mostró que si hay alguien débil observando, en lugar de
abstenerse, participó y aprovechó para enseñar al débil para que crezca y deje de ser
débil.

Algunas observaciones sobre 1 Corintios 10

Porque no quiero, hermanos, que ignoréis
que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, 
         y
         todos pasaron el mar;
         y
        todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar,
         y
        todos comieron el mismo alimento espiritual,
        y
        todos bebieron la misma bebida espiritual; 
porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.
Pero
de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.
Mas
estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros,
para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.
    Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito:
Se sentó el pueblo a comer
       y
       a beber,
       y
       se levantó a jugar.
   Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron,
y cayeron en un día veintitrés mil.
   Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron,
y perecieron por las serpientes.
   Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron,
y perecieron por el destructor.
Y
estas cosas les acontecieron como ejemplo,
y
están escritas para amonestarnos a nosotros,
a quienes han alcanzado los fines de los siglos.
Así que,
el que piensa estar firme, mire que no caiga.
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana;
pero
fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir,
  sino que dará también juntamente con la tentación la salida,
para que podáis soportar.
Por tanto, amados míos,
huid de la idolatría.
Como a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que digo.
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo?
El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?
Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.
Mirad a Israel según la carne;
los que comen de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar?
¿Qué digo, pues?
¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos?
Antes digo
que lo que los gentiles sacrifican,
a los demonios lo sacrifican,
y
no a Dios; 
y
no quiero que vosotros os hagáis partícipes
con los demonios.
No podéis beber la copa del Señor,
                y
    la copa de los demonios;
no podéis participar de la mesa del Señor,
          y
          de la mesa de los demonios.
¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él?
Todo me es lícito,
pero
no todo conviene; 
todo me es lícito,
pero
no todo edifica.
Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.
De todo lo que se vende en la carnicería,
comed, sin preguntar nada
por motivos de conciencia;
porque del Señor es la tierra y su plenitud.
Si algún incrédulo os invita,
y
queréis ir,
de todo lo que se os ponga delante
comed, sin preguntar nada
por motivos de conciencia.
Mas
si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos;
no lo comáis,
por causa de aquel que lo declaró,
y
por motivos de conciencia;
porque del Señor es la tierra y su plenitud.
La conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro.
Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro?
Y
si yo con agradecimiento participo,
¿por qué he de ser censurado por aquello de que doy gracias?
Si, pues, coméis
   o
   bebéis,
   o
   hacéis otra cosa,
   hacedlo todo
para la gloria de Dios.
No seáis tropiezo ni a judíos,
     ni a gentiles,
     ni a la iglesia de Dios;
como también yo en todas las cosas agrado a todos,
no procurando mi propio beneficio,
sino el de muchos,
para que sean salvos.

Observaciones
1.       Considerar la historia: TODOS fueron bendecidos por el Señor al salir de Egipto.
2.       Considerar la historia: ALGUNOS de los que salieron de Egipto cayeron en codicia, idolatría, fornicación, tentar al Señor y murmuración.
3.       Considerar la historia: de ALGUNOS de ellos no se agradó el Señor y perecieron.
4.       Considerar la historia: Si pienso que yo no puedo CAER, debo estar atento.
5.       Existe una tentación hacia la idolatría.
6.       Dios es fiel y nos ayuda en la tentación.
7.       La exhortación: Huid de la idolatría. No provoquemos al Señor.
8.       Si alguien te invita a COMER lo que es sacrificado a los ídolos, entonces COME
9.       Si el apóstol dice que puedo comer y acaba de decir “huid de la idolatría”, entonces COMER es diferente a ser IDÓLATRA.
10.   Incluso dice: COMED…Para la gloria de Dios.
11.   Pero hay una ocasión en la que recomienda NO COMER. – cuando alguien puede ser tropezado, sea creyente o no creyente.

12.   Pero este tropiezo no es por idolatría, sino por MOTIVOS DE CONCIENCIA.

lunes, 13 de enero de 2014

La gloria de nuestro Señor Jesucristo manifestada en su carácter

Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
“…para que el mundo crea.” Juan 17:20-23
12 de enero de 2014.
José Luis García Antonio.
El glorioso carácter de nuestro Señor Jesucristo
Introducción
Muchas personas pretenden la gloria, ya sea por sus hechos o por su carácter; algunos han sido célebres por su misión al dar libertad o traer tiempos de paz a una comunidad; otros lo han logrado por sus escritos o sus obras de arte; otros son recordados por su aporte a la ciencia y la tecnología. Sin embargo, no muchos logran ser gloriosos mientras viven en este mundo.
Nuestro Señor Jesucristo es verdaderamente glorioso, es más, él es incomparable, tanto por sus obras, sus palabras y su carácter. Hoy veremos la gloria de nuestro Señor Jesucristo manifestada en su carácter. Su carácter mostrado en las Escrituras según se puede apreciar en su vida y obra y en los relatos que hacen de él las personas que estuvieron a su alrededor.
Existen muchas cualidades o virtudes de las que pudiéramos hablar en relación a nuestro Señor Jesucristo, pero hoy quisiera enfocarme en las virtudes que resalta José M. Martínez en su Curso de Formación Ministerial: Cristología Básica – contemplando la gloria de Cristo.[1]

La gloria de nuestro Señor Jesucristo mostrada en lo glorioso de su carácter
·         Ausencia de pecado
Pasajes a considerar: Juan 8:46; 10:32; 18:23; 1ª Pedro 2:22; 1ª Juan 3:5; Lucas 23:4; 23:40-41; Mateo 27:4
¿Quién de vosotros me redarguye de pecado?
Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?
Juan 8:46
Ni siquiera los opositores a Jesucristo podían acusarle de pecado. Le conocían, lo habían estado escuchando, incluso con la sola intención de atraparlo en alguna palabra o mala enseñanza. Y sin embargo no podían encontrar algo malo de qué acusarle.

Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre;
¿Por cuál de ellas me apedreáis?
Juan 10:32
No solo no le podían acusar de palabra alguna, sino tampoco de obra alguna. Él era sin pecado de palabra o de obra. ¿De qué le podían acusar?, ¿de andar haciendo bien a la gente?

Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal;
y si bien, ¿por qué me golpeas?”
Juan 18:23
Cuando se encontraba en un juicio injusto, le interrogaban para tratar de hallar algo de qué acusarle. El Señor Jesús le dice al sumo sacerdote, si quieres pregunta a la gente, todos saben lo que enseño, nunca me he escondido sino que he enseñado en las sinagogas y en el templo a plena luz del día.

“el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca.”
1ª Pedro 2:22
El apóstol Pedro, haciendo un llamado a los creyentes a seguir las pisadas de Jesús, dijo, que Jesús nunca pecó ni engañó a nadie.

Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados,
y no hay pecado en él.
1ª Juan 3:5
El apóstol  Juan también afirma que Cristo no pecó.

Y Pilato dijo a los principales sacerdotes, y a la gente:
Ningún delito hallo en este hombre.
Lucas 23:4
El mismo Pilato, después de que habían azotado a Jesús con la finalidad de hacerle confesar algún crimen, tuvo que reconocer que Cristo era inocente.

Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo:
¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?
Nosotros, a la verdad, justamente padecemos,
porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos;
mas éste ningún mal hizo.
Lucas 23:40-41
También uno de los ladrones que fue crucificado al lado del Señor, reconoció la inocencia del Señor.

diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente…
Mateo 27:4
Hasta el mismo Judas, quien traicionó a Jesús, devolvió las monedas reconociendo que había entregado a un inocente.

·         Espiritualidad genuina
Pasajes a considerar: Mateo 23:23-28
 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino,
y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe.
Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.
¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato,
pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia.
¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato,
para que también lo de fuera sea limpio.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
porque sois semejantes a sepulcros blanqueados,
que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos,
mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres,
pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
Mateo 23:23-28

La vida espiritual del Señor Jesús era sin ostentación, no hacía las cosas para buscar gloria o alabanza de los hombres. Muchas veces se apartaba para tener un tiempo de genuina comunión con el Padre.
Apartado en silencio para orar, pero sin promover el ascetismo, ya que luego volvía a estar en compañía de otros. Sin hipocresías, no se mostraba como un vaso limpio solo por fuera, sino también por dentro.

·         Fidelidad
Pasajes a considerar: Hebreos 3:1-6
“Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial,
considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión,
Cristo Jesús;
el cual es fiel al que le constituyó,
como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.
Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste,
cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo.
Porque toda casa es hecha por alguno;
pero el que hizo todas las cosas es Dios.
Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo,
para testimonio de lo que se iba a decir;
pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros,
si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.
Hebreos 3:1-6

Jesús fue fiel, confiable al Señor. No abandonó la misión aunque todos lo abandonaron. La exhortación del pasaje a que nosotros también podamos hacer firme nuestra profesión. Hemos sido llamados a ser un cuerpo, una iglesia local y si queremos  valorar este llamado es necesario que atendamos a nuestra salvación, que nos congreguemos, que sirvamos bajo la autoridad de la iglesia y conforme a los dones que el Señor nos haya dado. Que seamos fieles al Señor, no como Jesús quién es digno de mayor gloria, sino como Moisés, como siervo en la casa de Dios. Y al final decir, siervos inútiles somos, pues lo que debimos hacer, hicimos.


·         Humildad
Pasajes a considerar: Mateo 11:29
Llevad mi yugo sobre vosotros,
y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;
y hallaréis descanso para vuestras almas;
Mateo 11:29
Cristo no era soberbio como los maestros duros que ataban cargas pesadas en los hombros de los hombres. Él es humilde y tierno, y nos ofrece una vida de descanso para nuestras almas.


·         Valor
Pasajes a considerar: Lucas 9:51

“Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba,
afirmó su rostro para ir a Jerusalén.”
Lucas 9:51
Aunque el Señor era humilde, aun así era valiente, decidido y enfrentaba con valor toda situación y a persona. Pero en especial, su valor se ve claramente en su determinación para ir a la cruz, menospreciando todo para cumplir con la misión que tenía del Padre celestial.

·         Serenidad y dominio propio
Pasajes a considerar: Isaías 53:7
“Angustiado él, y afligido, no abrió su boca;
como cordero fue llevado al matadero;
y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció,
y no abrió su boca.”
Isaías 53:7
Observamos y nos maravillamos de la serenidad de Jesús en los momentos de mayor aflicción por parte de sus acusadores. Golpes, burlas, azotes, maldiciones… y el profeta lo compara a un cordero llevado a los trasquiladores.

·         Compasión
Pasajes a considerar: Mateo 9:36; Lucas 7:11-17; Hebreos 4:15

“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas;
porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.”
Mateo 9:36

Veía las multitudes de una manera diferente a como acostumbramos verlas hoy en día en nuestras comunidades urbanas. Nosotros hemos llegado a ver sin compasión, tratando de ser indiferentes a tanta gente. Pero para el Señor nadie era insignificante. Él los veía con compasión y les hablaba y enseñaba. Los veía con compasión y les daba de comer. Él los veía un rebaño que necesitaba de un pastor.

“Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín,
e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud.
Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad,
he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda;
y había con ella mucha gente de la ciudad.
Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.
Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron.
Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.
Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar.
Y lo dio a su madre.
Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios,
diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros;
y: Dios ha visitado a su pueblo.
Y se extendió la fama de él por toda Judea,
y por toda la región de alrededor.”
Lucas 17:11-17

¡Qué compasión! Ve a una mujer viuda con su único hijo muerto. Ya sin nadie y sin heredero. Y el Señor le consuela y le entrega a su hijo vivo.
“Porque no tenemos un sumo sacerdote
que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,
sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza,
pero sin pecado.”
Hebreos 4:15
Los creyentes hebreos estaban siendo tentados a abandonar al Señor, estaban atravesando un tiempo de debilidad, y el escritor les anima a llegar delante de Dios en oración, sabiendo que él es compasivo.

·         Abnegación
Pasajes a considerar: Romanos 15:3; 2ª Corintios 8:9; Juan 10:18

“Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo…”
Romanos 15:3
Ni siquiera él se agradó a sí mismo. Es un llamado a la abnegación por el bien del hermano. A negarnos a nosotros mismos por causa de Cristo. Para edificación, para soportar, para cuidar lo que Cristo compró con su sangre. Para tratar de traer a otros para Cristo.

“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo,
que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico,
para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.”
2ª Corintios 8:9
Él se negó a sí mismo, y por él somos enriquecidos. Ahora nosotros podemos negarnos, claro en mucha menor medida, y bendecir a otros, tal vez no enriquecerlos, pero sí que la abundancia de unos supla la escasez de otros.

“Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo.
Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar.”
Juan 10:18
Su entrega fue total y fue voluntaria. Se negó a sí mismo sin que nadie le quitara la vida.

Conclusión.
Nuestro Señor Jesucristo es glorioso y esto lo podemos observar en su carácter, en ningún otro ser humano se puede encontrar tanta belleza.
En primer lugar, él es perfecto para ser presentado como el cordero sin mancha y sin contaminación en expiación de nuestros pecados. El perfecto Hijo de Dios, se hizo pecado por nosotros. (2ª Corintios 2:21)
En segundo lugar, por su obediencia, nosotros podemos ser obedientes. Él es nuestra justicia al creer en él. Delante del Padre celestial somos justificados en Cristo. Por la obediencia de uno, los muchos somos hechos justos. (Romanos 5)
En tercer lugar, Jesucristo es el modelo para todo ser humano. Los creyentes somos transformados por la gracia de Dios, con la obra del Espíritu Santo a semejanza de nuestro Señor Jesucristo.
.
Caminemos con Cristo con toda diligencia para tener un carácter semejante al de él, para la gloria de Dios.




[1] MARTINEZ, J. (2003) Cristología básica. Contemplando la gloria de Cristo. Editorial Clie. Barcelona, España. 207 p.