Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
“…para que el mundo crea.” Juan
17:20-23
5 de enero de 2014.
José Luis García
Antonio.
La gloria de nuestro Señor Jesucristo
preexistente
Introducción
Muchas
personas pretenden la gloria, ya sea por sus hechos o por su carácter; algunos
han sido célebres por su misión al dar libertad o traer tiempos de paz a una
comunidad; otros lo han logrado por sus escritos o sus obras de arte; otros son
recordados por su aporte a la ciencia y la tecnología. Sin embargo, no muchos
logran ser gloriosos mientras viven en este mundo.
Nuestro
Señor Jesucristo es verdaderamente glorioso, es más, él es incomparable, tanto
por sus obras, sus palabras y su carácter. Hoy veremos la gloria de nuestro
Señor Jesucristo manifestada en su Preexistencia y la gran expectativa que
había en torno a su llegada al mundo. En especial, empezaremos a considerar la
profecía de Isaías y cómo esta apunta hacia Cristo, el Siervo de YHWH.
La
gloria de nuestro Señor Jesucristo mostrada en su preexistencia
Pasaje a
considerar: Juan 1:1
El trasfondo
La biografía de cualquier personaje
histórico tiene su comienzo en el hecho de su nacimiento. Sin embargo, cuando
los evangelistas empiezan a narrar la vida de nuestro Señor Jesucristo, lo
hacen desde mucho antes de que éste naciera. Tanto Mateo como Lucas empiezan
con genealogías que apuntan hasta Abraham, Adán y Dios mismo. Y el apóstol Juan
se va aún más atrás, hasta “el principio”.
Juan 1:1-5
Cristo existía antes de la creación.
Él es Dios mismo.
Juan 17:5
Él compartía la gloria con Dios mismo.
Juan 8:58
Antes de Abraham, yo ya era.
Apocalipsis 1:11
Cristo es el Alfa y la Omega, el
principio y el fin. En sus manos están los sellos de la historia. Todo avanza
hacia su meta final, la consumación gloriosa del reinado de Cristo y la
salvación de su pueblo creyente.
Isaías 1:1-2:4
Comentarios sobre Isaías
Libro citado en el NT
Libro citado en Romanos
Libro citado por Jesucristo
Libro que iba leyendo el eunuco etíope
Estilo: Demanda profética
Sodoma y Gomorra, ciudades usadas como
referencias en la forma de hablar para hacerles ver la gravedad de sus pecados,
eran descarados en su pecado, eran injustos con el trato a los demás, a pesar
de continuar con la forma externa del culto religioso.
Hay referencia al pacto, son tratados
como el pueblo de Dios, la nación es referida como el hijo de Dios. Les
recuerda el éxodo.
Dios es el ofendido.
El pueblo de Israel es el ofensor.
La demanda no puede ser cumplida por
los sacrificios de la religión, ni si quiera por las oraciones.
Se les pide venir a cuentas con
Justicia, Misericordia y Humildad.
El Señor proveerá del perdón.
Emblanquecidos, limpiados pero no por sí mismos.
La nación será purificada en el
cautiverio.
Luego serán restaurados.
No solo dejarán la tierra prometida y
luego volverán a ella. Sino que dejarán sus caminos injustos (arrepentimiento)
y Dios será propicio a ellos (propiciación)
Dejarán el pecado y andarán en comunión
con el Dios Santo.
Y serán de bendición a todas las
naciones.
Serán gobernados por el Mesías.
Conclusión.
Nuestro Señor Jesucristo es glorioso y esto lo podemos
observar en su preexistencia. Muestra ser el Señor de la historia y quien es
creador y sustentador del universo y quien llevará a su fin el plan eterno de
la redención.
Él es el rey prometido, adoremos al Señor como nuestro
rey sabio y aguardemos en él.
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