Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
“...para que el mundo crea.” Juan
17:20-23
26 Enero 2014
La iglesia como un pueblo llamado por Dios.
Introducción
En estos tiempos de relaciones interpersonales frágiles, apatía y falta de
compromiso, tenemos que preguntarnos ¿es bíblico hablar de la membresía de la
iglesia? ¿O será un intento humano de mantener la estabilidad y cohesión en un
grupo? ¿Serán solo intentos desesperados por revivir una comunidad que está
muriendo? ¿Es, acaso, la iglesia local un grupo de creyentes libres – apenas
cohesionados entre sí – quienes solo tienen en común su fe en el evangelio?
¿Por qué encontramos algunos creyentes sin ningún tipo de vínculo con la
iglesia local?
En algunas ocasiones, esta falta de aprecio por la iglesia local se debe a un
mal entendimiento entre lo que es la iglesia universal y lo que es la iglesia
local.
- El prejuicio en contra de la
religión organizada.
- La rivalización de algunos
ministerios para-eclesiásticos
- El “ninguneo” mexicano (O.
Paz)
- Vínculos humanos frágiles
“hasta nuevo aviso”, distintivos de la modernidad líquida. (Z. Bauman)
“Hemos sido rescatados por la sangre de Jesucristo
derramada en la cruz para presentar también nuestras vidas enteras a Dios en un
culto racional.
Hemos sido sellados por el Espíritu Santo para
proclamar el Señorío de Jesucristo – resucitado y exaltado – en todos los
rincones del mundo y de nuestra existencia.
Hemos sido liberados por el Dios de Abraham, de Isaac
y de Jacob para vivir la verdadera comunidad de amor.
Hemos sido bautizados en el Nombre del Padre, del
Hijo, y del Espíritu Santo para preservar y hacer pertinente la Buena Nueva de
la liberación de Dios a las generaciones, tanto presentes como futuras.
Por lo tanto, convencidos de que el Padre nos ha llamado a
construir una comunidad cristiana por el poder de Su Espíritu, y porque
queremos valorar esa vocación de ser iglesia de Jesucristo, nosotros
aquí y ahora nos comprometemos con gozo y reverencia a guardar el siguiente
pacto…” (Pacto de iglesia – Comunidad bautista Jireh)
Para hablar de la membresía de la iglesia es necesario
empezar diciendo que la iglesia es un pueblo llamado por Dios y el pacto de
membresía es una manera de valorar ese llamado a ser iglesia de Cristo.
El día de hoy consideraremos tres llamados de Dios que nos
permiten ver cómo la iglesia es un pueblo llamado bajo los mismos principios
mostrados en éstos tres llamados: El llamado de Abraham, el llamado a los
israelitas para salir de Egipto y el llamado a los exiliados para salir de
Babilonia y regresar a Palestina.
1.
El llamado de Abraham – Génesis 12:1-9
a.
Una jornada espiritual
i.
Donde hay algo que dejar
ii.
Donde hay algo a donde ir
b.
Un llamado a la fe
i.
Somos hijos de Abraham, hijos en la fe si
seguimos sus pisadas.
ii.
Las mujeres son llamadas hijas de Sara
c.
Un llamado de bendición
i.
Esta bendición se cumple en Cristo, el hijo de
Abraham
ii.
En Cristo somos bendecidos
iii.
En Cristo somos para bendición
2.
El llamado a salir de Egipto – Éxodo 13
a.
Una gran liberación: La salida de Egipto (Cristo
es nuestra pascua)
b.
Un gran llamado: A adorar a Dios
c.
Un gran legado: Para las futuras generaciones –
El Evangelio
d.
Una prueba de la obediencia a un Dios invisible
– Números 9:15-23
3.
El llamado a retornar a la tierra prometida – Isaías
61 - 62
a.
Una llamado de restauración
b.
Un llamado al gozo y al deleite en Dios
Unidos en Cristo…Por lo tanto, unidos en la iglesia local.
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