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Miembros los unos de los otros
I. La iglesia: Una Comunidad Familiar.
II. La disciplina en la iglesia.
III. ¿Por qué la gente deja la iglesia?
Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
“…para que el mundo crea.” Juan
17:20-23
Serie: Refinemos la perspectiva de la iglesia.
Sesión 3: Miembros los unos de los otros.
José Luis
García A.
Breve Repaso:
Sesión 1
La
estructura o fundamento de la iglesia (Adoración, Biblia, Santidad, Cristo)
Las
actitudes en la iglesia (El fruto del Espíritu Santo)
Las
funciones en la iglesia (con la Palabra, de comunión y de testimonio)
Las
actividades y las formas (Flexibles pero que reflejen la esencia)
Sesión 2
La
iglesia, una comunidad de sacerdotes
Los
líderes en la iglesia
Los
peligros que asechan a los líderes
Dirigiendo
como una familia
Sesión 3
Introducción
Efesios 5:30 “Porque somos miembros de su cuerpo, de su
carne y de sus huesos.”
Romanos 12:5 “…somos un cuerpo en Cristo, y todos
miembros los unos de los otros.”
Estos
versículos solo se pueden leer correctamente, en plural, de otro modo, se
distorsionaría el sentido original de ellos. Aunque existe una tendencia a
personalizar la Escritura, estos pasajes conservan su intención y énfasis
original, solo cuando se leen en plural.
La
iglesia corresponde a Cristo, y en la iglesia cada miembro debe hallar su
correspondencia en los demás miembros. Esta no es una correspondencia
superficial sino a un nivel más íntimo de comunión.
1. La iglesia, una comunidad
familiar
Tito
2:1-15
Comunión y la brecha generacional.
Aunque resulta muy agradable la
convivencia entre personas de edades similares, la Biblia nos llama a tener
también compañerismo y un servicio a las vidas de las personas que están en
otra etapa de la vida. No solo
una convivencia de jóvenes con jóvenes o de adultos mayores con adultos
mayores.
“…las
ancianas… que enseñen a las mujeres jóvenes…” (Tito 2:3-5)
“…a los
jóvenes… presentándote tu en todo como ejemplo…” (Tito 2:6-7)
De cuando es cuando es bueno que las
personas mayores de la iglesia, se acerquen a los jóvenes y les den alguna
palabra de enseñanza, dirección, ánimo o corrección; con todo amor y respeto,
como un padre o una madre que aconsejan a un hijo.
En la iglesia, la diversidad no solo es
de dones espirituales, sino también de etapas en la vida y de experiencias
vividas y el Señor nos llama a servirnos por amor unos a otros. Aunque algunas
personas hablan de la “brecha generacional”, en la iglesia, hemos de romper con
ella, porque somos miembros los unos de los otros.
Comunión y los
asuntos de la vida.
Estos tiempos de enseñanza, entre
adultos y jóvenes, son importantes tiempos para orientarles sobre los asuntos
de la vida.
“…que
enseñen a… amar a sus maridos y a sus hijos… cuidadosas de sus casas…”
Las personas mayores pueden orientar con
su sabio consejo y experiencia a los jóvenes. Ellos tenían ejemplos malos que
debían evitar, para no llegar a ser “mentirosos,
malas bestias, glotones ociosos… abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a
toda buena obra.”
“…que se
sujeten a los gobernantes y autoridades… que a nadie difamen…”
Los jóvenes pueden aprovechar las
experiencias y habilidades que tiene la gente mayor y tomar consejo de ellos,
en asuntos familiares, laborales, civiles, etc.
Comunión y los
asuntos eternos
También deben de ayudar y ser de ejemplo
de los jóvenes en los asuntos eternos.
“…renunciando
a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo, sobria, justa y
piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación
gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.”
Se espera que una persona con más años
de creyente, haya desarrollado mayor amor al Señor y una fe más sólida que
pueda apoyar a los jóvenes en la fe en sus momentos de dudas o crisis, para que
éstos también crezcan en la fe y el conocimiento de nuestro Señor.
Pues
la gracia del Señor y su gran bondad se manifestaron para transformarnos, pues
antes éramos “…insensatos, rebeldes,
extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en
malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.” (Tito
3:3)
Antes nos aborrecíamos unos a otros y
ahora en Cristo somos llamados a amarnos unos a otros y edificarnos unos a
otros, y a soportarnos unos a otros. La vida de la iglesia es transformada por
la bondad de Dios, de manera que ahora se puede crecer espiritualmente.
2. La disciplina en la iglesia
La iglesia, una comunidad restauradora (Gálatas 6:1-2)
-
Destruir
-
Ignorar
-
Restaurar
La autoridad en la disciplina (Mateo 18)
-
“Atar y desatar”
Términos usados cuando el rabí le decía a una persona si
todavía estaba atado con el lazo del pecado o libre de él.
“será atado por mi Padre que está en los cielos”
Esto es lo que Dios ha determinado.
En ese momento estamos haciendo en la tierra lo que ya ha
sido hecho en el cielo.
“Los cielos” nos apoyan en el proceso de la disciplina.
-
“allí estoy yo en medio de ellos”
No solo tenemos la confianza de que el Padre está actuando
en el cielo con nosotros, sino que el Hijo está también con nosotros en la
tierra.
El proceso de la disciplina (Mateo 18)
-
Personal
Amor, humildad y discreción.
-
Testigos
Empieza a ponerse presión sobre el pecador.
(Y todo alrededor empieza a presionar a los restauradores)
-
Iglesia
En nuestra iglesia esto puede o no implicar una declaración
pública.
A veces solo se da a conocer entre un grupo de hermanos
representativo de la iglesia o que tiene cierto contacto con la persona.
-
Excomunión
Tratarlo como a un extraño.
Deja de disfrutar de las bendiciones de la asamblea de
creyentes.
El ejemplo en la iglesia de Corinto.
-
La excomunión (1ª Corintios 5:1-13)
-
La restauración (2ª
Corintios2:5-11)
-
El proceso (2ª Corintios 13:1-10)
La excomunión
-
“Entregar a Satanás”
Entregado al sistema mundano controlado por Satanás a fin
de destruir el deseo carnal del pecado.
Quizá tenga que caer en las profundidades del pecado antes
de que sienta la necesidad de arrepentirse.
-
El propósito
El propósito es doble, por un lado la restauración del
hermano caído. “a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.”
Y por otra parte, el cuidado de los hermanos de la iglesia
para que no sean contaminados. “¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda
la masa?”
1ª Timoteo 1:20
2ª tesalonicenses 3:6
Romanos 16:17-18
2ª Tesalonicenses 3:15
“El pecado demanda el control
del hombre. Lo saca de la comunidad. Cuanto más aislado queda, tanto más
destructivo será el poder del pecado sobre él, y cuanto más profundamente se
involucra en él, más desastroso será su aislamiento. El pecado quiere
permanecer escondido. Apaga la luz. En la oscuridad de lo inexpresado envenena
todo el ser de la persona. Eso puede suceder incluso en medio de una comunidad
piadosa. En la confesión la luz del evangelio penetra en la oscuridad y
reclusión del corazón. El pecado hay que sacarlo a la luz. Lo inexpresado debe
ser hablado y reconocido abiertamente… el pecado expresado y reconocido ha
perdido todo su poder. Ha sido revelado y juzgado como pecado. Ya no puede
destruir la comunión. Ahora el compañerismo carga con el pecado del hermano… el
pecado confesado le ha ayudado a definir la verdadera comunión con los hermanos
en Cristo Jesús.” (Vida en comunidad, Dietrich Bonhoeffer)
3. ¿Por qué la gente deja la
iglesia?
-
Apostasía
-
Muerte
-
Misiones
-
Cambio de domicilio
-
Excomunión
-
Expulsiones arbitrarias
-
Defensa doctrinal
-
Nuevas tendencias:
o
Sociedades de consumo
o
Piedad popular
o
Mi Dios y yo (paz personal,
soledad, ninguneo)
o
Los simpatizantes y los tropezados
Como podemos notar, la vida
es compleja y las razones pueden variar. No podemos generalizar, estas son solo
algunas causas comunes, pero cada caso se tiene que examinar a la luz de las
Escrituras.
Hay algunas causas de salidas
de hermanos, que si bien no son excomuniones, tampoco son formas que reflejan
la esencia del evangelio. No adornan la sana doctrina e incluso son causa de
escándalo y tropiezo para otros, debilitando el testimonio cristiano de la
iglesia del Señor.
Señor,
danos unos ojos de corto alcance respecto de las cosas que no valen nada,
y unos ojos plenos de claridad
para toda verdad tuya!
danos unos ojos de corto alcance respecto de las cosas que no valen nada,
y unos ojos plenos de claridad
para toda verdad tuya!
(Sören Kierkegaard)
Que podamos ver la grandeza
de que somos miembros de tu cuerpo, de tu carne y de tus huesos… así como el enorme
privilegio y responsabilidad que conllevan el saber que somos miembros los unos
de los otros, por la obra de Cristo, para la gloria de Dios y la conversión de
muchos.
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