Reflexionando sobre la predicación del domingo
El domingo vimos
el pasaje de Hechos 12 sobre cómo Herodes mató a Jacobo y a Pedro lo encarceló.
Hoy quiero que
notemos algunos detalles en la narración que está ligando esta salvación de
Pedro con el éxodo.
1.
Hay
persecución por parte del rey [como cuando faraón con su autoridad real oprimió
a Israel]
2.
“Eran
los días de los panes sin levadura” [12:3] Con esto, Lucas nos sitúa en el
ambiente del éxodo. Los panes sin levadura recuerdan la salvación de Dios justo
a tiempo, aprisa, de tal modo que no les dio tiempo de leudar su masa.
3.
“se
proponía sacarle al pueblo después de la pascua” [12:4] Nuevamente Lucas nos ambienta
en el éxodo. La pascua sería tanto la salvación de los israelitas [en este caso
de Pedro] y el castigo de los egipcios [en este caso la muerte de los soldados]
4.
“la
iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él” – similar al tiempo en que el
clamor de los israelitas subió hasta la presencia del Señor.
5.
“sujeto
con dos cadenas” [12:6] La severidad de la prisión [como los israelitas en
Egipto]
6.
“aquella
misma noche” [12:6] – la noche de la liberación, similar a la noche de
liberación en Egipto
7.
“se
presentó un ángel del Señor” [12:7] como en Egipto, esa noche llega un ángel
del Señor
8.
“cíñete
y átate las sandalias” [12:8] como la pascua en Egipto, se debía comer ya ceñidos
y calzados para salir.
9.
“y
las cadenas se le cayeron de las manos” [12:7] – libertad de la esclavitud!
10.
“llegaron
a la puerta de hierro” [12:10] – Egipto fue nombrado como el horno de hierro.
11.
“se
les abrió por sí misma” [12:10] – como el mar Rojo se abrió para que salieran a
salvo
12.
“Entonces
Pedro, volviendo en sí” – pensaba que era una visión o un sueño; similar a el
regreso del cautiverio: “seremos como los que sueñan”
El éxodo se
convirtió en el prototipo de los hechos salvíficos del Señor, el cual apunta a
la Cruz de Cristo y la grande salvación obrada por Él.
Aún hoy en día,
Dios continúa salvándonos de pura gracia, de situaciones donde pareciera que no
tenemos salida.
Todas nuestras
pequeñas y particulares salvaciones apuntan hacia la más grande salvación de
todas en Cristo.
Una vez salvados,
somos como los que sueñan, nuestra boca se llena de alabanzas de gozo y
gratitud.
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