Extranjeros y peregrinos (Hebreos)

"Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; mas bien las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad." (Hebreos 11:13-16)

Los patriarcas vivieron en tiendas, habiendo depositado su fe en Dios y dejando en sus manos su vida. Eran tiempos peligrosos, como los nuestros son peligrosos, y mucha gente se refugiaba en ciudades amuralladas y protegidas por ejércitos. Pero allá afuera, estaban Abraham, Isaac y Jacob habitando bajo la sombra del Todopoderoso. Descansando en la promesa de Dios.

En un mundo materialista, y agobiado por la "industria del temor", el hombre es llamado a depositar su vida en confianza en Dios. Sí haciendo lo que la prudencia manda en relación a las medidas de seguridad, pero encomendando a Dios la vida por completo.

Dios es nuestra ciudad, él es nuestra fortaleza, en él el ser humano encuentra paz, seguridad, salvación y no solo una ciudad para la eternidad, sino también sentido para esta vida presente; en la cual puede ahora vivir como extranjero y peregrino, pues solo viviendo como extranjero y peregrino se tiene la perspectiva correcta de la vida para vivir con contentamiento, solo viviendo como extranjeros y peregrinos se puede vivir sin avaricia, solo viviendo como extranjeros y peregrinos se puede vivir sin afán y ansiedad, solo viviendo como extranjeros y peregrinos se puede disfrutar de todo en este mundo, solo viviendo como ciudadanos del cielo se puede no solo predicar el evangelio, sino también modelar la vida de reposo en la fe, se modela la vida de descanso en Dios.

Y al final de todo en esta vida... "les ha preparado una ciudad" donde hay comunión, consuelo, santidad y la gloria del Señor ilumina todo.