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domingo, 26 de agosto de 2012

La música en la adoración de la iglesia - 2



II.                    Breve reseña de la historia de la música en la iglesia.

103 D.C.      Testimonio de Plinio al emperador Trajano: “Ellos (los cristianos) estaban acostumbrados a reunirse en un día determinado, antes del alba y cantar un himno a Cristo como Dios.”
150 D.C.      Clemente de Alejandría fue el primer himnógrafo de quien se sabe en la historia. Nació en Atenas y se convirtió al cristianismo en Alejandría, llegó a ser un poderoso predicador. Antes de sufrir el martirio en 220 d.C., escribió muchos himnos, de los cuales todavía se cantan algunos. En relación a la importancia de los cantos en su época dijo: “Cultivamos los campos entonando alabanzas, navegamos cantando himnos; nuestras vidas están llenas de oraciones y lecturas bíblicas, antes de comer, antes de acostarnos y aún en la noche. ¡Por este medio nos unimos al coro celestial!”
S. I-III          La música en conflictos doctrinales. Los falsos maestros usaron la música para enseñar sus doctrinas heréticas. Los cristianos compusieron himnos doctrinales para enseñar y contrarrestar el efecto de los cantos de los falsos maestros. Por ejemplo, para enseñar la doctrina de la Trinidad compusieron el himno, que aún se canta, “Gloria demos al Padre” (626)
363 D.C.      Un concilio prohibió el canto en las congregaciones.
340-397      Ambrosio, el obispo de Milán, es conocido como el padre del himno latino. Fue el más famoso compositor del siglo IV e inició un sistema de canto llano, incluyendo cuatro modos, basado en la música antigua griega. Luchó contra la herejía y animó a los cristianos a cantar en la iglesia y fuera de ella, en la mañana, a mediodía y en la tarde. Ejemplo: Eterno Padre Celestial (79)
S. VI             Gregorio, el magno. Fue uno de los papas más importantes. Inventó un sistema de notaciones musicales. Creía que la congregación no debía cantar, que esto solo era función del clero. Estableció un seminario para el estudio de la música sagrada. Arregló música solemne y muy formal (canto gregoriano) e introdujo modos en la música.
S. VII            Andrés de Creta. Fue obispo de Creta y patriarca de Jerusalén. Sus poemas todavía se cantan en la iglesia ortodoxa griega.
348-410      Aurelio Prudencio. Uno de los primeros poetas cristianos, vivió en España y en Roma durante la época del imperio romano. Fue un próspero magistrado, luchó contra la idolatría y los sanguinarios juegos de los gladiadores. A los 57 años de edad se dedicó a escribir libros teológicos e himnos, como el (159) Fruto del Amor Divino, que exalta a Jesucristo, originalmente en latín. Los cristianos han entonado este hermoso canto llano en diversos idiomas por más de un milenio.
1500 D.C.   Los cantos fueron dirigidos principalmente a la virgen María o a un santo. Guido d’Arezzo, monje benedictino, inventó en el año 1000 el sistema de sílabas musicales que actualmente se usa, habiendo obtenido los nombres de las notas de las primeras sílabas de los versos del “Himno a San Juan Bautista”. También inventó una pauta de cuatro líneas.
S. V-XV       Algunos monjes escribieron himnos que actualmente se usan en las iglesias evangélicas.

                      Algunos ejemplos de himnos de los siglos V al XV
                      Letra:
Oh Ven, Bendito Emanuel (111) - Himno latino - siglo IX
                               Cabeza ensangrentada (203) – Bernardo de Claraval - siglo XII
                               Oh, criaturas del Señor (33) – Francisco de Asís - 1182-1226
                               Hazme un instrumento (423) - Francisco de Asís - 1182-1226
                               Oh profundo, inmenso amor (175) – Tomás de Kempis – siglo XV
                      Música:
                               Fruto del amor divino (159) – canto llano – siglo XI
                               Oh Ven, bendito Emanuel (111) – canto llano – siglo XV
                               Resucitó Jesús el Señor (219) – Giovanni P. da Palestrina - 1591
                              
1415 D.C.   Juan Hus. Precursor de La Reforma. Poco antes de su martirio dijo a sus seguidores: “Prediquemos el evangelio no solamente del púlpito, sino por himnos.” Los hermanos bohemios pusieron en circulación el primer himnario para la congregación, en 1504.
1529 D.C.   Martín Lutero animó a los protestantes a cantar y escribió 37 himnos, entre ellos Castillo Fuerte (45). Tradujo la Biblia y muchos himnos al idioma de la gente común en Alemania. Publicó un himnario evangélico e inició “fiestas de cantos”. Sus enemigos dijeron: “Él ha condenado más almas con sus himnos que con todos los libros y sermones.”
1509-1564  Juan Calvino. Defendió la filosofía de que los creyentes debían cantar de su fe y gozo. Creía que solamente los Salmos debían cantarse, y halló quién le escribiera nueva música para los 150 salmos. Éstos se cantan alrededor del mundo.

                      Algunos ejemplos de himnos de los siglos XVI y XVII
                               De boca y corazón (69) – Martín Rinkart, letra 1636 / Johann Cruger, música 1648
                               Alma, bendice al Señor (16) – Joachim Neander, letra  1680 /
Stralsund Gesangbuch, música 1665
                               Si dejas tú que Dios te guíe (406) – Georg Neumark, 1641
                               Para siempre es su bondad (506) – John Milton, 1623
                               Soneto al crucificado (562) – Poesía, Miguel de Guevara, Siglo XVII

S. XVIII        Isaac Watts. Insistió en que los Salmos era un libro primordialmente de los judíos, y que los cristianos debían dar el primer lugar al evangelio de Jesucristo en su canto. Empezó a escribir himnos a la edad de 18 años y continuó escribiendo toda su vida. Ejemplos: “Al mundo paz” (118), “En la cruz” (210), “La cruz excelsa” (516), 48, 51, 88, 516, 533, 616.
S. XVIII        Charles y John Wesley. Dios les usó para impulsar el gran avivamiento que transformó a Inglaterra. Escribieron unos 6000 himnos, una gran ayuda para el crecimiento de la iglesia Metodista. Ejemplos: “Oh, que tuviera” (49), 126, “Maravilloso es el gran amor” (166), 237, 550.
S. XVIII        Juan Newton. Perdió a su madre cuando era niño, a los 11 años empezó una vida de marinero y con el tiempo se dedicó a transportar esclavos de África. Aunque Dios le libraba de peligros en los cuales se metía por sus vicios, Newton seguía resistiéndose al Señor, hasta que después de un naufragio se convierte y su vida es transformada por la gracia de Dios. Sublime gracia (300) y Cuán dulce el nombre de Jesús (405) son ejemplos de sus himnos.
S. XIX           Fanny Crosby. Perdió la vista a las seis semanas de edad. Sin embargo, a sus 24 años, publicó un libro de poemas. Es famosa por sus 3000 himnos publicados, la mayoría de los cuales son cánticos evangelísticos. Ejemplos: 3, 20, 173, 316, 323, 339, 342, 366, 408, 424, 465, 497, 559.
S. XIX           Reginald Heber y Felipe Bliss fueron himnólogos destacados. El primero escribió “Santo, santo, santo” (4) y el 540. Felipe Bliss escribió la letra y la música de los cantos 157, 163, 196, Mi vida di por ti (198), Bellas palabras de vida (280), 301, 575, 373, 553.
1837-1916  Juan Bautista Cabrera. Se convirtió en Gibraltar mientras huía de la persecución en España. Más tarde fue pastor en Madrid. Fue obispo de la nueva iglesia reformada española. Fundó una revista evangélica y enseñaba clases de música en su iglesia, publicando un himnario en 1878. Escribió “Nunca, Dios mío” (104) y tradujo “Santo, santo, santo”, “Castillo fuerte” y otros.
1837-1909  Tomás Westrup. Nació en Londres, de padres anglicanos. A los 15 años la familia se trasladó a México. En 1864 ayudó a organizar la primera iglesia evangélica en México y fue su pastor. Imprimió su primera colección de himnos en 1875. Escribió el poema “Dicha grande es la del hombre” (589) y tradujo otros. (237, 241, 308, 316, 329, 431, 465, 560)
1816-1868  William B. Bradbury. Compositor conocido por su amor por los niños. Se dedicó a formar coros infantiles, hasta de mil voces, para alabar a Dios. Fabricaba pianos y logró que en su ciudad se incluyera la música en los programas de educación pública. Escribió 59 colecciones de cánticos, introduciendo un nuevo estilo sencillo y alegre que él había conocido en un viaje a Suiza. “Cristo me ama” (572) es obra de Cradbury.
1854-1938  Leandro Garza Mora. Experiencias amargas en su niñez le hicieron huir de su casa y cayó en malas costumbres. Con el tiempo regresó y entabló amistad con unos misioneros evangélicos. Recibiendo el mensaje del evangelio colaboró a establecer una iglesia en su pueblo natal, Matamoros, Tamaulipas, México. Llegó a ser pastor y traductor de himnos, sirviendo al Señor durante 70 años. Tradujo el himno “Oh, qué amigo nos es Cristo” (482)
1875-1955  Vicente Mendoza. Nació en Guadalajara, México en un hogar cristiano. Estudió en seminarios presbiterianos y metodistas. Fue editor de tres periódicos evangélicos. Publicó 300 himnos en su vida. Escribió “Oh Padre, eterno Dios” (72), “Jesús es mi rey soberano” (243) y “Mensajeros del Maestro” (477). Sirvió como pastor itinerante en el Estado de Puebla, fue profesor de un seminario evangélico y ayudó a la obra del Señor con verdadero gozo hasta la edad de 80 años.
1904-1971  Alfredo Colón. Nació en Quezaltenango, República de Guatemala, CA. Hizo profesión de fe en 1922, cuando iba camino a suicidarse y un creyente indígena le regaló un Nuevo Testamento. Se entregó al servicio del Señor en 1940. Predicó en toda América Latina, aunque en los últimos años se encontraba sordo. Trabajó varios años con la radio HCJB. Compuso muchos himnos y coros latinos, por ejemplo: “Por la mañana” (94), “Yo no quiero pecar” (429) entre otros. 147, 152, 180, 201, 206, 209, 305, 360, 365, 471, 496, A la victoria Jesús nos llama (541), 582, América será para Cristo (614).
1883-1975  William Robert Adell. Sirvió como misionero en Guatemala, CA. Escribió materiales para la escuela dominical, compuso y tradujo unos 200 himnos en español, entre ellos “Maravillosa Gracia” (8), “Oh, Amor de Dios” (63). Al final de su vida, ya ciego, escribió el siguiente testimonio: “considero que todo lo que he hecho es muy ordinario, excepto mi servicio para Dios. Con todo, hoy parece ser muy poco. Pero muero consciente de que por la gracia de Dios soy lo que soy. En esta transición, voy con gozo a su presencia, caminando con mi Salvador a la mansión de mi Padre celestial.”
1887-1983  Arturo Borja Anderson. Artista, poeta, alcalde, escritor y pastor. Desde su conversión a los 17 años, sintió una pasión por comunicar la verdad divina. Predicó en el altiplano guatemalteco, tanto en español como en cakchiquel. Escribió poemas, diálogos cristianos, dramas navideños e himnos. Entre los himnos que escribió se encuentran “Con alegres corazones” (611), “Resurrección” (536).
1914-1987  Roberto C. Savage. Sirvió como misionero en Colombia y en Ecuador en la radio HCJB. Recolectó himnos y coros, muchos de ellos inéditos, y compiló 15 cancioneros evangélicos en la serie “Adelante juventud”. Quizá su obra mayor fue la publicación de “Himnos de Fe y Alabanza” en 1966. Durante todo su ministerio trató de estimular la creación de nueva música cristiana latinoamericana. Entre los himnos que tradujo se encuentra “Alabad al Gran Rey” (20)

Algunas observaciones en los comentarios siguientes...

1 comentario:

  1. Primera reacción al observar la historia: humildad.
    Reconocer el cuidado de Dios por su iglesia proveyendo hombres y mujeres poetas, traductores y maestros que dediquen parte de su vida a llevar a Su Iglesia a la adoración al Dios verdadero.

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