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sábado, 18 de julio de 2015

Si eres un miembro de la iglesia: Sé un Miembro Diligente



Si eres un miembro de la iglesia:

Sé un miembro diligente:

1. Participando en las actividades básicas de la iglesia (1 Corintios 11:2-21)

  • Orar
  • Profetizar - exponer la Palabra de Dios
  • Tomar la cena del Señor
  • Asistir

2. En la manifestación de los dones espirituales para provecho del culto (1 Corintios 12)


miércoles, 15 de julio de 2015

Libro: Gracia sobre gracia - breve reseña


Breve reseña

José Luis García A.
Julio 14, 2015

Gracia sobre Gracia. Sánchez, Montemayor, Nuñez, Michelén, Pino, Contreras, Cabrera y Aponte. La nueva reforma en el mundo hispano. Poiema Publicaciones, 2015. 190 pp.

Autores


Juan Sánchez sirve como pastor en High Pointe Baptist Church en Austin, Tx. EEUU. Tiene una Maestría en Divinidades y una Maestría en Teología por The Southern Baptist Theological Seminary. Actualmente cursa un doctorado en Filosofía en la misma institución.

Giancarlo Montemayor sirve como pastor de hispanos en High Pointe Baptist Church en Austin, Tx. EEUU. Actualmente cursa una Maestría en Divinidades en el Southern Baptist Theological Seminary.

Miguel Nuñez es médico de profesión, sirve como pastor en la Iglesia Bautista Internacional, de Santo Domingo, República Dominicana. Cuenta con una maestría en Teología por el Southern Baptist School for Biblical Studies. Es fundador y presidente de Ministerios Integridad y Sabiduría. Además dirige un programa televisivo semanal: Respuestas, verdades absolutas para un mundo relativo.

Sugel Michelén sirve como pastor de Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo en Santo Domingo, República Dominicana. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos de Laurel University. Es autor de varios libros, entre ellos Historia de las Iglesias Bautistas Reformadas de Colombia, Palabras al Cansado – Sermones de aliento y consuelo, Hacia una educación auténticamente cristiana. Es instructor asociado en Universidad Wesleyana en Indiana y ha sido profesor de la Asociación de Escuelas Cristianas para América Latina.

Albert Pino sirve como pastor en Palm Vista Community Church, en Miami, Fl. EEUU. Sirvió en Cristo para las Naciones en Dallas, Tx. Durante 7 años. Es graduado de Reformed Theological Seminary en Orlando, Fl.

Carlos Contreras sirve como pastor en la Iglesia Cristiana Gracia Soberana de Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Graduado de Ingeniero Civil de la Universidad de Texas en El Paso. Estudió en el Colegio de Pastores de los Ministerios Gracia Soberana en Gaithersburg, Maryland.

Félix Cabrera sirve como pastor en la Iglesia Bautista de Quail Springs en Oklahoma, EEUU. Posee una Maestría en Artes en la especialidad de Consejería Pastoral del Liberty Baptist Theological Seminary y está cursando una Maestría en Artes en la especialidad de Plantación de Iglesias en Southeastern Baptist Theological Seminary.

Edgar Aponte sirve como Director de Desarrollo de Liderazgo Hispano e Instructor de Teología en el Southeastern Baptist Theological Seminary en Wake Forest, NC. Tiene una Maestría en Divinidades y actualmente trabaja en un Doctorado en Filosofía con énfasis en Teología Sistemática en la referida institución.

Perspectiva teórica


Los autores, aunque con diferentes trasfondos, tienen algunas características en común.

v  Todos mencionan cómo su inicio en la vida cristiana fue en medio de una iglesia que no enseñaba las doctrinas de la gracia.
v  A todos les llegó en algún momento un acercamiento a esas doctrinas de la gracia por medio de lecturas de libros de escritores como Francis Schaeffer, R. C. Sproul, Charles Spurgeon, Martyn Lloyd-Jones, Jerry Bridges, Arthur Pink; entre otros; y por medio de algún ministerio de alguna iglesia reformada norteamericana.
v  A todos, este conocimiento les ayudó en su comprensión de las Escrituras, fue liberador, enriquecedor y les sirvió de guía para el ministerio que ahora realizan.

Vemos pues, que escriben desde la perspectiva de una persona que ha quedado sorprendida y maravillada de las verdades que antes le eran ajenas e incluso contrarias. Escriben desde la perspectiva del mundo latinoamericano que se había mantenido mayormente bajo la influencia de las doctrinas de la iglesia católica, a la cual ven como en tiempos de los reformadores; por lo cual, desean compartir con vehemencia las doctrinas de la gracia para que este mundo hispano llegue a ser también participante de la Reforma, de la cual ya participan las iglesias norteamericanas desde hace muchos años.

Pero su referente no es solo empírico, o al menos no el de todos los autores, pues se observan también fundamentos teológico-filosóficos. Con todo, la lectura es ligera, no pretende defender, sino enunciar las doctrinas de la gracia y dar testimonio de su llegada al mundo hispano.

Síntesis

El libro esta organizado en tres secciones, la primera es una sección donde presentan las doctrinas de la gracia y una breve reseña histórica de la llegada del Evangelio a América Latina. En la segunda sección, que es la más amplia, siete de los ocho autores relatan su testimonio personal sobre su encuentro con las doctrinas de la gracia. El libro termina con una sección de consejos sobre cómo actuar, participar y promover estas doctrinas de la gracia en Latinoamérica, incluyendo a la comunidad hispana que se encuentra viviendo en Estados Unidos.

Tesis

Aunque son muchos escritores, es posible identificar el desarrollo de algunas tesis, entre las cuales están las siguientes:
  1. Las doctrinas de la gracia son indispensables en la vida de la iglesia y en la comprensión del Evangelio.
  2. Las doctrinas de la gracia son el fundamento doctrinal necesario para un avivamiento espiritual en la iglesia latinoamericana.
  3. Las iglesias que viven de acuerdo a las doctrinas de la gracia impactan la sociedad.
  4. Las doctrinas de la gracia son indispensables para que una iglesia se desarrolle centrada en Cristo y viviendo para la gloria de Dios.
  5. Pero principalmente, es notorio que desean dar cuenta del surgimiento de un movimiento entre las iglesias latinoamericanas que las está llevando a considerar, analizar y abrazar las doctrinas de la gracia, por lo menos en las últimas décadas.

Apreciación crítica de la obra

El panorama histórico presentado por Nuñez es bueno y señala la complejidad de la evangelización de América Latina a la llegada tanto de los españoles como, siglos después, de las diferentes iglesias organizadas. Su observación es crítica en cuanto al contenido del evangelio que se ha recibido en la mayor parte de las iglesias hispanas y la califica de deficiente, distorsionada, diluida, etc. Luego presenta sus sugerencias para reparar tal situación, y se enfoca en la capacitación de los ministros actuales y la exposición de las Escrituras. Me parece que en algunos momentos es muy severo en su crítica, casi como diciendo que si el evangelio no fue bien presentado entonces lo único que puede existir en las iglesias hispanas, son falsos convertidos. Pero después habla de capacitar a esos pastores, que ya han sido descalificados como receptores y transmisores de un evangelio diferente y por lo tanto, como no creyentes. Aunque el capítulo me pareció bueno, creo que para realizar un mejor trabajo, a Nuñez le era necesario extenderse todo un libro, un capítulo le quedó corto y su exposición se ve forzada a unas pocas líneas.

La presentación de las doctrinas de la gracia me parece buena, es clara; y es solo eso, una presentación de los cinco puntos del calvinismo y algunas de sus implicaciones para la iglesia. Michelén las presenta solo como el punto de inicio en la reforma de la iglesia hispana.

Los capítulos en los cuales se narran los testimonios personales me parecen muy buenos. A mi parecer solo pretenden dar cuenta de la existencia de un movimiento entre las iglesias latinoamericanas no reformadas. Con ello están declarando que, al menos en las últimas décadas, ha surgido un despertar entre los creyentes hispanos no reformados hacia las doctrinas de la gracia, como una serie de verdades que les habían sido negadas. Cierto, hay iglesias reformadas como presbiterianos, luteranos, etc. Pero la novedad de la que hablan es que en el mundo hispano no tenían iglesias que fueran bautistas reformadas, o pentecostales reformados, o bíblicos reformados, etc. Y esto es a lo que llaman la nueva reforma en el mundo hispano. No tienen porqué ofenderse las iglesias hispanas reformadas, al contrario, gracias a ellas, las enseñanzas doctrinales están llegando a las iglesias hispanas no reformadas como se puede observar en cada uno de los testimonios, cada uno declara cómo el cambio provino por un maestro de las iglesias reformadas, ya sea en forma de exposición en un seminario o por medio de un libro.

Para terminar, en la sección de consejos para quienes están abrazando las doctrinas de la gracia, me parece muy oportuna la recomendación de Montemayor, excelente, pues aún Michelén al reflexionar sobre la división que le llevó a la fundación de la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo observa algo de esto. No lo menciono, para no arruinarles la experiencia de lectura.

Definitivamente lo recomiendo, creo que le ayudará a ver que Dios es el Dios de toda gracia, y es él quien dirige, sustenta y edifica Su iglesia. Y aunque usted observe a su alrededor otros movimientos religiosos con mayor crecimiento y expansión entre el mundo hispano, y aunque el movimiento reformado parece por naturaleza de lento avance; podrá ver que Dios sigue obrando y que el trabajo en la obra del Señor no es en vano.

domingo, 12 de julio de 2015

Guía para padres para hablar con sus hijos sobre la legalización de la unión matrimonial entre personas del mismo sexo.

Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
“…para que le mundo crea.” Juan 17:20-23
Pastor José Luis García Antonio
11 de Julio 2015

Guía para padres para hablar con sus hijos sobre la legalización de la unión matrimonial entre personas del mismo sexo.


Debido al cambio de legislación en el Estado vecino en relación al reconocimiento jurídico de los matrimonios entre personas del mismo sexo; en nuestra comunidad se ha retomado el tema sobre la homosexualidad, en algunas ocasiones este tema se ha tratado de manera formal y con apertura al debate de ideas, pero en muchas otras, ha sido de manera informal e incluso ofensiva mostrando una cerrazón a todo lo que implique un análisis y debate de ideas; sobre todo por medios electrónicos como son las redes sociales, que se prestan mucho para esta forma de expresión y no se tolera el desacuerdo.

El asunto por el cual escribo, no es debido a que este tema haya sido discutido y analizado por personas adultas, sino porque también se ha tocado este tema ante niños y adolescentes, quienes se encuentran en su etapa formativa, y espero que este breve escrito pueda servir a los padres para tener un acercamiento con sus hijos y aclararles sus dudas al respecto. Pues si los adultos muestran perplejidad y reacciones extremistas (como lo he visto en diversas expresiones y comunicados), ya se imaginará la confusión provocada en las personas en crecimiento.


Volvamos al inicio

Cuando el panorama actual se presenta confuso, es necesario volver a considerar cómo eran las cosas al inicio y de ahí partir con el propósito de ver con mayor claridad la situación presente. Esto es lo que en sistemas computacionales llamamos la regla cero, reiniciar todo el sistema, o sea, apaga todo y vuelve a prender para ver si algo se arregla.

Algo similar ocurrió cuando los contemporáneos de Jesús discutían sobre el asunto del divorcio y presentaban las diferentes posturas, según sus más renombrados maestros, ellos esperaban que Jesús expresara con cuál de las posturas estaba de acuerdo, y él les respondió haciéndoles considerar cómo eran las cosas en el principio.

¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?... Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; más al principio no fue así. (Mateo 19:1-12)

Así pues, si nosotros volvemos al inicio, según nos lo muestra el libro de Génesis, nos encontramos que:

1.    El hombre fue creado por Dios a su imagen y semejanza.

Observamos primero que Dios crea al hombre con elementos de su creación (polvo de la tierra) y con elementos divinos (aliento de vida), dándole singularidad y poniéndole a cargo de su creación. Notemos que el hombre no es Dios, y que el hombre no es animal; aunque tiene elementos de los dos mundos.

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. (Génesis 2:7)

2.    Dios no quiso que el hombre estuviera solo, sino que hubiera humanidad.

La Biblia registra que cuando Dios crea a Adán, busca que éste se reproduzca, como lo hacía el resto de la creación, que se multiplique y forme humanidad. Así como cuando creó todos los animales y plantas, las creo de tal manera que se pudieran reproducir según su especie.

Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. (Génesis 1:11)
Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra (Génesis 1:22)
Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. (Génesis 1:24)

Pero el hombre era diferente pues no tenía compañera según su especie. Entre los animales no se encontró una compañera idónea para él, es decir, una compañera con la cual se pudiera reproducir y de esta manera llenaran la tierra con la especie humana.

 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. (Génesis 2:18)
Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; más para Adán no se halló ayuda idónea para él. (Génesis 2:20)

3.    Dios creó una compañera para el hombre, que fuera idónea para reproducirse.

Con el propósito de que la especie humana se propagara, Dios crea una compañera idónea para Adán, esta compañera fue una mujer, de la misma especie que el hombre (hueso de mis huesos – es decir, de su esencia). Pero también es una compañera a la cual se puede unir como una sola carne.

Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona,  porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. (Génesis 2:22-24)

4.    Dios les bendijo.

Y después de crear a la mujer, Dios la presentar al hombre, y les bendice expresando Su deseo de que haya humanidad que llene la tierra y la gobierne.

Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. (Génesis 1:28)

Así fue en el principio y la humanidad llegó a ser como lo podemos constatar hoy en día. En ese sentido, hoy, ya ningún hombre está solo, hay humanidad.

Con estas observaciones usted podrá ayudar a sus hijos a ver cómo fue el diseño original de Dios, y cómo, mientras este díselo de Dios se respetaba, la humanidad iba desarrollándose y llenando la tierra.

Después de estas consideraciones iniciales, podemos para a la consideración de las instituciones establecidas por Dios para el bien de la humanidad y el cuidado de los débiles, en este caso los niños y adolescentes que están en camino de la vida adulta.



Las instituciones establecidas por Dios

Dios estableció ciertas instituciones que ayudarían al ser humano una vez que empezara a multiplicarse, para que pudiera protegerse la humanidad y establecerse relaciones de justicia, paz y misericordia entre todos los seres humanos. Por ello estableció instituciones como la familia, el gobierno y la iglesia.

1.    La Familia

Aunque sabemos que Adán no tuvo padres, de todas maneras Dios les dijo que el hombre dejaría a sus padres para formar una familia con su esposa. Este era el propósito de Dios y se escribió para que la descendencia de Adán y Eva, quienes sí tendrían padres, pudieran seguir la indicación y formar familias.

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. (Génesis 2:24)

La familia fue establecida por Dios y debe ser un lugar donde los hijos puedan crecer en un ambiente de amor y confianza, desarrollando sus vidas en los aspectos físicos, sociales, intelectuales y espirituales. Cuando una familia funciona como Dios la diseñó es una bendición. Así es como vemos que creció Jesús, estando sujeto a sus padres, es decir, dentro del ambiente familiar.

Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. (Lucas 2:51-52)

2.    El Gobierno

Además de la familia, Dios ha establecido los gobiernos humanos, para que cuiden de la humanidad, de modo que haya justicia en sus relaciones. Un buen gobierno debe estar listo para castigar a los que hacen lo malo y reconocer a los que hacen lo bueno.

Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. (Romanos 13:1-4)
Cuando un gobierno funciona según el diseño de Dios, las personas viven en paz y con justicia. Así, la humanidad se beneficia con las leyes justas.

3.    La Iglesia

Dios ha establecido también la iglesia, para que sea un lugar donde las personas puedan ser restauradas en sus vidas y puedan crecer hacia la madurez espiritual y en todo vivan para la gloria de Dios. El ser humano es un ser espiritual como vivimos en el diseño de Dios al crear al hombre y por ello requiere de una comunidad donde adore a Dios y ame al prójimo.

a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. (Efesios 4:12-16)

Cuando una iglesia funciona de acuerdo al diseño de Dios, las personas se benefician, son restaurados en sus vidas, aman a los hermanos y a Dios y sus vidas manifiestan tratos justos y misericordiosos con los que les rodean.

Cada una de estas tres instituciones establecidas por Dios, sirven para el bien de los hombres y para la gloria de Dios.

Cuando alguna de estas instituciones funciona mal o no cumple con su diseño dado por Dios, generalmente las personas se corrompen y actúan con injusticia, y los más afectados suelen ser los niños, los jóvenes y las mujeres. Cuando esto sucede, las otras instituciones deben ayudar para proteger a los más pequeños y débiles.

Es decir, si la familia falla o no cumple su función, entonces el gobierno y la iglesia deben ayudar a las personas; si el gobierno falla, ayudan la familia y la iglesia; si la iglesia falla, ayudan el gobierno y la familia para que las personas sean protegidas lo mejor posible.

Cuando las cosas no son como Dios las diseñó

Lamentablemente, las cosas no siempre son como Dios las diseñó. El hombre pecó desobedeciendo a Dios y al hacerlo se alejó de Dios. Su corazón que antes era sensible a Dios, ahora se endureció. Su conducta fue afectada y empezó a tratar a los demás de manera injusta y sin misericordia.

Por ejemplo, las personas que se casaban, ahora se estaban divorciando. El Señor Jesucristo dijo que Dios no quería que los esposos se divorciaran, sino que vivieran juntos hasta la muerte. Pero debido a la dureza de su corazón, ahora la familia no estaba funcionando conforme al diseño de Dios. Y por ello, intervino el gobierno, para cuidar a las personas y que si los esposos se divorciaban, aunque Dios no lo quería así, pero si llegaban a divorciarse al menos se trataran el uno al otro con justicia y se procurara cuidar a los más débiles, como las mujeres y los niños, quienes normalmente sufren cuando hay un divorcio.

…por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre… Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; más al principio no fue así. (Mateo 19:1-12)

En casos de divorcio, también puede intervenir la iglesia, ayudando a las esposas que se quedan solas y necesitan ser restauradas y reintegradas a la vida social y económica de la sociedad, además de atender las heridas del alma. Y ayudando a los niños que se quedaban sin uno de los padres o incluso sin los dos, para que pudieran ser restaurados y protegidos sus corazones y sus vidas en general.

Y así como el divorcio, el hombre, por la dureza de su corazón, ha distorsionado el diseño original de Dios; la familia en ocasiones sufre por abusos, el gobierno se corrompe y puede actuar con injusticia y la iglesia cuando se desvía del propósito de Dios, deja de mostrar misericordia a los demás o puede hasta llegar a ser injusta y abusiva.

Pero esto no era el diseño de Dios, Cristo dijo: más al principio no fue así. Esto fue producto de la dureza del corazón del hombre.

Ahora, vemos que el hombre distorsionó el diseño de Dios para el matrimonio, diciendo que se pueden casar dos hombres o dos mujeres. Por eso, tiene que intervenir el gobierno, para que si dos personas del mismo sexo quieren formar una familia, aunque Dios no está de acuerdo, que por lo menos, se pueda proteger a las personas y no sean tratadas con injusticia. No es algo que Dios aprueba, pues el diseñó al matrimonio idóneo, pero las parejas homosexuales no son idóneos para tener hijos y desarrollar la vida que Dios quiere.

Las instituciones sirven también para establecer las reglas de Dios, sus mandamientos; de modo que la humanidad viva en paz. Así, cuando alguien se porta mal y no obedece los mandamientos de Dios, la familia debe intervenir por medio de los padres buscando corregir la mala conducta.

En otras ocasiones, cuando alguien se porta mal y realiza acciones que van en contra de otras personas de la comunidad, el gobierno debe intervenir y multar, amonestar e incluso mandar a prisión a las personas que violan la ley.

Igual ocurre en la iglesia, cuando alguien persiste en hacer el mal, debe ser amonestado para que deje la mala conducta y regrese a obedecer los mandamientos de Dios.

De todas maneras, existen ocasiones en que las personas continúan haciendo lo malo, como el que dos personas del mismo sexo se casen. Entonces, el gobierno procura establecer leyes, según su entendimiento, para que las personas vivan en paz y traten con justicia a los demás. Y la iglesia continúa llamando a las personas al arrepentimiento y que encuentre una vida nueva en Cristo.


La nueva vida en Cristo

Aunque el hombre pecó y acarreó las consecuencias de su pecado. Dios nos ha provisto de salvación por medio de la obra de Cristo, por su muerte y resurrección ahora nos da nueva vida al creer en Cristo y nos restaura en comunión con Dios y en la comunión con las demás personas.

Nuestro corazón endurecido es transformado por la obra de su Espíritu Santo, que viene a morar en nosotros cuando creemos en Cristo arrepintiéndonos de nuestro pecado. Y su Espíritu Santo ahora nos ayuda a vivir de una manera diferente, según Dios, en justicia, en santidad, en misericordia, en humildad y en amor.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17)

En Cristo hay esperanza para nuestras vidas. Él puede transformar nuestras familias y nuestras iglesias. Y tenemos la esperanza de que un día, Cristo transformará también el gobierno y establecerá su gobierno de justicia y paz.

En esta parte, usted puede aprovechar para presentar el evangelio a sus hijos.


Espero que este breve escrito le sea de ayuda y que el Señor le bendiga.

martes, 7 de julio de 2015

¿Por qué es importante y útil conocer la historia de la iglesia?

Una buena conferencia que te animará a estudiar la historia de la iglesia. Por  

miércoles, 1 de julio de 2015

lunes, 22 de junio de 2015

Consuelen a mi pueblo (Isaías 40)



Dios consuela a su pueblo (Isaías 40)
I. Con su Redención (1-2)
   - Dios es fiel a su pacto
   - Dios perdona a su pueblo
   - El pago es suficiente

II. Con su Presencia (3-11)
   - El camino preparado para su encuentro
   - La gloria de Dios será manifestada
   - Viene con galardón

III. Con su Gobierno Soberano (12-28)
   - La soberanía de Dios consuela
   - La ternura del Señor consuela
   - La sabiduría de Dios consuela
   - El poder de Dios consuela
   - La justicia de Dios consuela

IV. El consuelo del Señor fortalece a su pueblo (29-31)
   - Los jóvenes y los que esperan en el Señor
   - El símil del águila
   - El que espera al Señor - Se esfuerza en la gracia del Señor

La perspectiva cristiana de la profecía, cumpliéndose en Cristo.

domingo, 7 de junio de 2015

La Oración de Jabes (1 Crónicas 4:9-10)



La Oración de Jabes (עבץ)
1 Crónicas 4:9-10

Jabes (עבץ) llorar, triste
Ilustre (כָּבֵד) gloria, pesado

1. Jabes y su madre
2. Jabes y el pacto abrahámico
3. Jabes y los redimidos de la cautividad
4. Jabes y Cristo
5. Jabes y nosotros

martes, 26 de mayo de 2015

LA IGLESIA DEL SIGLO XXI Y SUS ASPIRACIONES DE CAMBIO - M. Toxqui

LA IGLESIA DEL SIGLO XXI Y SUS ASPIRACIONES DE CAMBIO
(¿LA DENOMINADA IGLESIA CONTEMOPORÁNEA ES IGLESIA?)
Por Mauricio Toxqui P.

Donde no es honrada la palabra de Dios, no hay iglesia.
Juan Calvino

INTRODUCCIÓN

Hoy, el mundo sin lugar a dudas está sufriendo grandes y profundos cambios. No sería un absurdo afirmar que la palabra clave hoy es cambio. El cambio se nos presenta en todos los niveles, empezando en los más altos, es decir, lo referente a lo filosófico-científico que es el nivel donde nacen las corrientes de pensamiento que guían la labor filosófica, teológica y científica. Estas transformaciones en las corrientes del pensamiento se están filtrando al pueblo a través de los medios masivos de comunicación (cine, radio, TV., prensa, literatura), saturando el pensamiento de la gente y provocando cambios. De esta manera vemos comportamientos que antes no se nos ocurriría vislumbrar, surgen nuevas organizaciones, instituciones y grupos sociales; por ejemplo, vemos a los que proclaman la defensa de los homosexuales, a los grupos que abogan por la liberación de la mujer, a los que discuten las cuestiones de género, a ciertos grupos que defienden la conservación de la ecología pero desde un punto de vista oriental, panteísta, etc.

El presente escrito tiene la finalidad de aproximarnos a este ambiente contemporáneo marcado por el cambio, se reflexiona desde la raíz, es decir, desde el ámbito del conocimiento y se muestra como este ambiente de cambio ejerce influencia en la iglesia local, moviéndola o casi obligándola a ser contemporánea o de otra manera morir.

Primero se considera como el cambio ejerce su influencia en los ministros quienes están al cuidado de la iglesia, luego se hace notar que este ambiente y su influencia origina que surjan los gurús del cambio, término utilizado para enfatizar la confianza plena en ellos, se toma como ejemplo el caso de R. Warren (aunque pude haber escogido otro) específicamente lo que ha escrito en su libro: Una iglesia con propósito, donde nos presenta un nuevo paradigma para la iglesia del siglo XXI.

Luego, sobre la base teológica del movimiento de la reforma se hace un contraste con el llamado paradigma de la iglesia con propósito, se hace notar que este nuevo modelo contemporáneo ha originado algunas preguntas fundamentales para la iglesia de hoy (no se pretende generalizar).

Finalmente se obtienen algunas reflexiones a manera de conclusión.
CAMBIO. Todo este ambiente de cambio hace reflexionar a aquellos obispos y diáconos, es decir líderes, pastores o presbíteros, quienes están al cuidado de la iglesia; para algunos de ellos, la palabra cambio les brota a la conciencia como un tumor molesto, hostil, puesto que el cambio demanda ciertas destrezas o habilidades nuevas como pudieran ser las de administrar, organizar, impactar, hacer muestreos, manejar e interpretar estadísticas, hacer mercadeo o marketing, crear imagen o publicidad, estas destrezas resultan importantes entonces para lograr el cambio (en la iglesia) tan anhelado. Para otros contrariamente, las propuestas por evolucionar no son molestas sino motivantes y alentadoras.

Van surgiendo entonces los profetas de hoy, aquellos ministros u obispos y diáconos heroicos: los administradores, los sicólogos organizacionales, los estadistas; y surge entonces una nueva visión: la mercadotecnia eclesiástica y por lo tanto un nuevo medio de impacto a la cultura: la música contemporánea, y un medio para medir la salud de una iglesia: el diagnóstico organizacional. Así que, se exhorta el día de hoy a las iglesias a que se muevan en esa dirección bajo el lema: “cambiar o morir”; y ¿qué obispo o diácono quiere que su iglesia muera?, ¿qué obispo o diácono quiere que su iglesia sea contada entre las iglesias enfermas, entre las que están en decadencia, de esas que se rehúsan a abandonar sus tradiciones? La tradición eclesiástica viene siendo ahora el enemigo a vencer, tradición viene siendo signo de legalismo y el legalismo es muerte. Cambio viene siendo signo de contemporaneidad, y una iglesia contemporánea entonces es una iglesia saludable, según se garantiza:

Los principios que se encuentran en este libro han sido puestos a prueba una y otra vez, no solo en la iglesia de Saddleback, sino en muchas otras iglesias con propósito, iglesias de todos los tamaños, formas, ubicaciones y denominaciones (Warren, 1998: 22, 23).

De esta manera queda demostrado que el crecimiento o el cambio es posible, medible, factible, práctico, es decir, funciona; y por lo tanto (siguiendo la deducción de esta línea de pensamiento), es verdad, siempre y cuando seamos contemporáneos y abiertos.


LOS GURÚS DEL CAMBIO

En este mar de cambios, inevitablemente surgen profetas, tlatoanis, gurús quienes serían los indicados para guiarnos a través del sendero que deberíamos seguir si es que queremos que la iglesia crezca y no muera, si es que los obispos quieren que la iglesia sea saludable y no enferme como lo afirman algunos ministros:

Rick Warren es la persona a la cual todos debiéramos escuchar y de quien debiéramos aprender. (Robert H. Schuller)
Rick Warren sabe cómo el Señor edifica a la iglesia. (George Brushaber)
Rick Warren es el arquitecto de la iglesia del siglo veintiuno. (Bruce Larson)
Puede salvar (el paradigma propuesto) a su iglesia de la decadencia, de la división y de la muerte. (Charles Chaney). [Warren, 1998]

Entonces parece que se tiene ya el cuadro completo: una nueva visión y unos nuevos obispos y diáconos o líderes más contemporáneos, acordes a los nuevos tiempos, tenemos ya un nuevo paradigma, el paradigma de la iglesia con propósito, según R. Warren. La palabra paradigma viene del griego: paradeigma, que significa modelo. Un paradigma es como un lente que uno se pone para poder ver más claramente la verdad, para filtrar la realidad y concebirla desde el punto de vista del modelo adoptado, entonces este concepto caería dentro del ámbito de la epistemología, es decir, de las fuentes y procedimientos del conocimiento.

Al tratar de vislumbrar este nuevo paradigma como tal y llamarlo así, resulta en una declaración contundente, definitiva, porque cabría preguntar hasta qué punto este paradigma nuevo es uno que sale o emana como fruto de la exégesis bíblica.


EL MOVIMIENTO DE REFORMA (1517)

El movimiento de reforma vino a derrumbar el humanismo de la iglesia católico-romana, juntamente con toda la corrupción y putrefacción, consecuencia de tal humanismo. El hedor del antropocentrismo (ministerio centrado en el hombre) católico-romano fue contrarrestado por el perfume delicioso de la doctrina (fruto de la exégesis bíblica) enseñada por J. Calvino y M. Lutero, sólo por citar a algunos reformadores. El teocentrismo de los reformadores (ministerio centrado en Dios) era y es base suficiente para realizar el ministerio, así como para rendir culto a Dios, teocentrismo también visto como un marco que le diera significado a ese acto de congregar a aquellos que se identifican con la misma fe (entendida la fe como ese cuerpo de doctrina que emana de la exégesis bíblica). La teología de la reforma, vista como modelo nuevo en ese tiempo, fue y es un paradigma (para utilizar el término de R. Warren) enraizado en el pensamiento de Dios y en la misma persona de Dios (el Espíritu Santo), es decir, en los absolutos bíblicos.


EL PARADIGMA DE LA IGLESIA CON PROPÓSITO

Contrastando con lo que hemos dicho anteriormente, cuando se nos presenta un nuevo paradigma (el de la iglesia con propósito) y se dice que este paradigma sí funciona, y esta funcionalidad positiva sería la evidencia de su veracidad, de su legitimidad, entonces sería pertinente a mi parecer, preguntarnos si estamos frente a una especie de pragmatismo doctrina filosófica cuyos exponentes principales son W. James (1842-1910) y J. Dewey (1859-1952) refiriéndonos a esa doctrina filosófica o epistemología que considera al hombre, no como un ser pensante, sino como un ser práctico, como un ser de voluntad y de acción, a quien el intelecto le es dado, no para investigar y conocer la verdad pura, sino para orientarse en la realidad y actuar en la vida. El pragmatismo afirma que la verdad está en la congruencia del pensamiento con los fines prácticos del hombre; lo valido, lo verdadero es lo que resulte útil y provechoso para la conducta humana.

Quiero comentar que desde el día que se me presentó este libro (el cual contiene las bases de este nuevo paradigma), como el libro que debería ser obligatorio para realizar el ministerio en un mundo contemporáneo, me surgieron dos preguntas principales y estas se convirtieron en una inquietud: ¿Acaso no sabemos cuál es el propósito de la iglesia? ¿Acaso no sabemos cómo será cumplido este propósito de manera cabal? Si la respuesta fuera negativa, esto es, que no sabemos, o que no tenemos muy claro cuál es ese propósito, y mucho menos, cómo se alcanzará dicho propósito, y si esta respuesta negativa fuera dada por algunos obispos o diáconos, es decir, líderes de iglesias, entonces la pregunta siguiente sería ¿Podemos ser obispos o diáconos si no sabemos el propósito de la iglesia a grado tal, que necesitamos unos gurús que nos lo digan? Y otra pregunta: Entonces ¿qué nombre recibe aquello que esos obispos o diáconos hacen dentro de la iglesia, si no saben? Ante esta confusión contemporánea, la de ubicar cuál es el propósito y el cómo será cumplido dicho propósito surgen como un manantial refrescante las palabras del Dr. Chafer, (1974: Tomo 1, 1173-1174) cuando dice:

Nada hay en este Universo que pueda ser tan fundamental o decisivo como el propósito de Dios. Compárese el pasaje que acabamos de citar[ i.e. Rom. 8: 28-29] con efesios 1: 4-12. En este último se hallan afirmaciones tan contundentes como las siguientes: “nos escogió en él” (v. 4); “habiéndonos predestinado” (v. 5); “según el puro afecto de su voluntad” (v. 5); “el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en mismo” (v. 9); “habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad” (v. 11); se declara que el objetivo divino es “para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” (v. 4); “para alabanza de la gloria de su gracia” (v. 6); “de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos” (v. 10); y “a fin de que seamos para alabanza de su gloria” (v. 12). (Las negritas son mías.)

A la luz de estas contundentes verdades, de estos absolutos bíblicos, el Dr. Warren podría haber resuelto su miedo al fracaso cuando inició el trabajo en Saddleback:

Me abrumaba el temor al fracaso ¿qué pasaría si no sucedía? [refiriéndose a la funcionalidad de su paradigma: la iglesia con propósito] ¿Esta visión realmente provenía de Dios, o simplemente era el alocado sueño de un joven idealista de 26 años? (Warren, 1998: 48, 49)

A mi parecer, ante este temor humanista, antropocéntrico, las palabras del Dr. Chafer (1998: Tomo 1, 1175-1176) parecen pertinentes para aquellos ministros temerosos:

No sirve el objetar, como hacen los arminianos, que Dios ha dejado los resultados todos de Su plan soberano, en cuanto afecta al grupo de los elegidos, en las propias manos de éstos, sino que no necesita apelar, en caso de fracaso, a la excusa de una coartada, por la sencilla razón de que no habrá tal fracaso. No cabe mayor ofensa a Dios, por parte de personas piadosas, que pretender que la realización del plan soberano de Dios haya de estar condicionada por las causas segundas. Un Dios al que se degrada y deshonra de esta manera, se torna, para la mente humana, alguien a quien de ninguna manera se puede llamar Dios.... Después de todo, las opiniones humanas, saturadas de autosuficiencia y afectadas por el deseo satánico de independizarse de Dios, carecen de auténtico valor. Y el tema entero de la predestinación escapa a las humanas perspectivas.... El Espíritu Santo que es el Autor divino afirma precisamente que lo que Dios planea, lo lleva a cabo hasta su consumación gloriosa.

Las aseveraciones del Dr. Chafer son muy fuertes a mi parecer, pero no solamente eso, la teología que emana de la reforma protestante, específicamente la teología de Calvino, es contundente en sus afirmaciones teocéntricas, y si esta teología emana de la exégesis bíblica, entonces podemos decir que tenemos el cimiento de lo que llamamos ministerio porque tendríamos la certeza de estar fundamentados en los apóstoles y profetas, y si este cuerpo doctrinal al que llamamos la fe, que una vez fue dada a los santos (Judas 3), nos ha sido enseñada por los reformadores, yo me pregunto: ¿Es la doctrina de los reformadores a la que R. Warren (1998: 61, 217) hace referencia como teoría? Cuando dice:

Cualquiera que seriamente desea ser práctico en el ministerio [¿pragmatismo?] y no simplemente andar con teorías [¿teología?] debe estar dispuesto a vivir con la tensión de lo que Bruce y Marshall Shelley llama “nuestro llamado ambidiestro”.... Cuando pregunto a los nuevos convertidos que bautizo qué los atrajo a la familia de nuestra iglesia, nunca he oído a alguno que me diga: “fue la Teología de la Reforma en la cual ustedes creen”.

¿Qué decir cuando se presenta a la teología de los reformadores como un simple folleto pasado de moda, al cual, por supuesto, hay que hacer contemporáneo o reemplazar? ¿Qué decir cuando el estudio bíblico (hermenéutica bíblica) tal y como nos fue legado por los reformadores se desvanece en esa densa bruma que es el pragmatismo eclesiástico contemporáneo? El hombre actúa de la manera en la cual piensa, así, este nuevo modelo desde la perspectiva arminiana, queda muy bien, pero si lo vemos desde la perspectiva de la teología de los reformadores queda muy lejos de lo que la Escritura enseña acerca de la iglesia.

Porque cuando el Dr. Chafer menciona a los arminianos, debemos entender que son los que enseñan que un sujeto puede resistirse al llamado de Dios para la regeneración, y son también quienes defienden la posición que vislumbra los propósitos divinos como una colaboración entre Dios y el hombre (sinergismo) para que estos puedan cumplirse cabalmente, en lo referente a la vida cristiana como tal y el ministerio. Por esto, me parece que este esfuerzo humano contemporáneo etiquetado como igle-crecimiento es uno que no está honrando a la Palabra de Dios, pues depende del esfuerzo humano.


PREGUNTAS FUNDAMENTALES EN MEDIO DE ESTE AMBIENTE CONTEMPORÁNEO DE CAMBIO

Hay preguntas que son fundamentales, y unas de esas preguntas hoy, me parece que son: ¿Cuál es el propósito de la iglesia local? ¿Cuál es la razón de ser y de existir de la iglesia local? ¿Cuál es el núcleo de identidad de la iglesia? Las voces son múltiples y tan fuertes que ya no se oye nada.

Pareciera que hoy, cuando las propuestas de cambio se nos presentan como un monumento al antropocentrismo ulterior, la voz de los reformadores surge como un oasis en medio del desierto y este es el énfasis que se propone en este breve escrito: “A las fuentes”, es decir, al estudio de las Escrituras en los idiomas originales. El ministro y la iglesia tienen que dedicarse a la exégesis bíblica como la prioridad fundamental para su servicio a los santos (la iglesia). Si no están haciendo esto, a mi parecer, están perdiendo el tiempo miserablemente. La declaración de los autores bíblicos se nos ofrece hoy como un ungüento que alivia ese tumor maligno, cuando se afirma:

He. 4:12
La palabra de Dios es 1.viva y por lo tanto 2.eficaz... ¿Qué más necesita el ministro y la iglesia para realizar el ministerio? Sola Escritura proclamaron los reformadores.

2 Ti. 3:16-17
Toda Escritura es 1.inspirada por Dios y por lo tanto 2.útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, (pues el objetivo de la Escritura queda claro cuando dice) a fin de que el hombre de Dios sea 1.perfecto, 2.equipado para toda buena obra.

¿Qué más necesita el hombre de Dios para aspirar a la madurez más que el soplo divino?, ¿qué necesidad hay de malabares pragmáticos?, ¿qué necesidad hay de estrategias novedosas o contemporáneas?, ¿qué necesidad hay del ingenio humano más que del aliento divino? Pero cuando el soplo de Dios que es la Palabra, ha sido reemplazado por el esfuerzo humano, entonces estamos en condiciones de esperar putrefacción eclesiástica, quiero decir, estamos en condiciones para vislumbrar no muy lejos la preparación para la apostasía, y la entrada triunfal del Anticristo.

Asimismo en Ef. 4:11-12
Y él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros (¿para qué dio a estos hombres a la iglesia?) a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio (¿en qué consiste la obra del ministerio?) para la edificación del cuerpo de Cristo. Si Dios es quien ha dado lo necesario para edificar el cuerpo que es la iglesia, ¿cómo nos atreveríamos a añadir algo más? Ni la música, ni el edificio, ni los talentos; en definitiva, el hombre no puede hacer crecer la iglesia por muy contemporáneos que seamos. Es responsabilidad del hombre (el ministro) permitir que sea Dios quien gobierne a su pueblo (los elegidos, la iglesia) por medio solamente de su Palabra. ¡Qué Dios nos libre de querer adjudicarnos lo que sólo le pertenece a él!


UNA NOTA FINAL DE REFLEXIÓN

Cuando se pretende sutilmente sustituir la Sola Escritura por el esfuerzo humano (iglecrecimiento) cualquiera que haga una nota de advertencia creo que prestará un servicio a los santos.

No existe el así llamado ministerio exitoso. El pragmatismo queda descartado, pues es Cristo quien hace crecer al cuerpo, y entonces no depende de que un método o un paradigma resulte práctico o útil, puesto que hemos visto que sólo la Escritura es útil, y en ese sentido los obispos y diáconos harían bien en seguir los lineamientos del apóstol cuando exhorta en 1 Ti. 4:13-16:

ocúpate en la lectura de las Escrituras [fascinante la nota adjunta que dice: dedícate a leer], la exhortación y la enseñanza.... Ten cuidado (primero) de ti mismo (y entonces) de la enseñanza; persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que te escuchan.

Una iglesia que enfatiza el uso de sillas cómodas para agradar a los oyentes, que busca la música sabrosa (o contemporánea) diseñada para elevar la calidad del culto pues la calidad está enfocada al congregante, una iglesia que promueve un culto de calidad está buscando ofrecer a sus clientes la mejor iglesia, es decir, la mejor opción. El hedor de un culto antropocéntrico (culto centrado en el hombre) es contrarrestado por el perfume delicioso de la doctrina que nos aproxima a la contemplación de la magnífica gloria del Dios Trino. Juan Calvino (1967: 814) dice:

Vamos diciendo que el puro ministerio de la Palabra y la limpia administración de los sacramentos son prenda y arras de que hay Iglesia allí donde vemos tales cosas.

Por lo tanto, haríamos bien en preguntarnos si lo que llamamos iglesia contemporánea el día de hoy, es iglesia.



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Bibliografía
Calvino, Juan. Institución de la Religión Cristiana, Fundación Editorial de Literatura Reformada, Tomo II, 1967. Países Bajos.
Chafer, L.S. Teología sistemática, Publicaciones Evangélicas Europeas, Tomo I, 1974. E.U.A
Warren, Rick, Una Iglesia con Propósito, Vida. 1998, E.U.A

The Lockman foundation, Biblia de Las Américas, 1986, E.U.A