Buscar este blog

viernes, 29 de noviembre de 2019

Del librero: Maravillados por Dios - J Piper


Asombrados por Dios (Maravillados por Dios)

Diez verdades para revolucionar el mundo
John Piper

En este libro John Piper expone diez doctrinas que muestran la grandeza de Dios y sintetizan de algún modo, lo que fue su énfasis de enseñanza durante su ministerio pastoral. Diez doctrinas que le llevarán a engrandecer a Dios y responder con admiración, maravilla y sumisión a su voluntad.

Estas doctrinas son… extremadamente indomables, explosivamente incontenibles, y apasionadamente creadoras de futuro.

Trata temas como la aseidad de Dios, la gloria de Dios, el Evangelio de Dios en Cristo, el llamado a la misión mundial y por supuesto, su énfasis en el deleite de Dios, el gozo a través del sufrimiento y el desarrollo de la vida cristiana por fe en la gracia futura.

Desarrolla, además, algunos temas controversiales de todo el tiempo, como la perseverancia de los santos y la soberanía de Dios; sin embargo, no espere obtener de estos capítulos la sustancia necesaria para sus discusiones teológicas, pues lo que se propone Piper, es dar un tratamiento a los temas desde un punto de vista pastoral, que ayude a las personas en su vida diaria y los lleve a adorar a Dios, más que terminar de una vez por todas con las controversias.

Tiene también un capítulo para un asunto que causa controversias en nuestros días, el complementarismo, el hombre y la mujer según la Biblia; lo aborda de una manera que encontrará esclarecedora en esta época de revolución sexual.

En general, su exposición es clara, amena y de fácil lectura; con un desarrollo desde la perspectiva pastoral, exaltando a Cristo y animando al lector a profundizar su amor al Señor y fortalecer su fe. Frecuentemente muestra la conexión de las doctrinas con el Evangelio, así como las implicaciones a la vida cotidiana; enseña, exhorta, y estimula la reflexión teológica.

Solo en el capítulo 7 cuando habla sobre vivir la vida cristiana, donde desarrolla la idea de vivir por fe en la gracia futura, yo le añadiría el aspecto comunitario; es decir que la vida cristiana con todos los elementos que él plantea no es suficiente si se vive en aislamiento, fuera de la comunidad de la iglesia local.

Por lo demás, es una lectura recomendable, ideal, no solo para la meditación personal, sino también para ser comentado y discutido en grupo o club de lectura.

Algunas frases

Yo creo que nos deleitamos en alabar lo que disfrutamos porque la alabanza no solo expresa, sino que también perfecciona el deleite; es la consumación que le corresponde.

Puede que hayan ocurrido cientos de cosas terribles en tu vida. Pero si hoy eres motivado a atesorar a Cristo como tu Señor y Salvador, puedes escribir sobre cada uno de esos horrores las palabras de Génesis 50:20: «Satanás pensó hacerme mal, pero Dios cambió todo para bien».

Lo que el mundo necesita de la iglesia es nuestro gozo indómito en Jesús en medio del sufrimiento y el dolor.



El ejemplar que yo tengo se titula Maravillados por Dios, pero en Amazon se encuentra bajo el título: Asombrados por Dios


domingo, 24 de noviembre de 2019

La Señal del Cinto - Jeremías 13

Cristo, nuestra identidad, significado y destino




Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
…para que el mundo crea. Juan 17:20-23
24 noviembre 2019

Cristo, nuestra identidad, significado y destino

[o sobre ser libres de la religión]
Filipenses 3
José Luis García Antonio

Introducción


A través de los años el ser humano ha buscado responder a las mismas preguntas básicas, preguntas sobre su origen, significado, moral y destino. El apóstol Pablo, al tener una iglesia gentil diversa y politeísta, procuró que todos los nuevos creyentes tuvieran una misma manera de ver la vida, una misma forma de responder a las preguntas esenciales del ser humano:
¿Quién es el Dios verdadero? Y junto a ello, ¿quién es el pueblo de Dios?, Y ¿hacia dónde se dirige el destino del mundo?, es decir, ¿cuál es el propósito de Dios para todo?
Después de llamar a los filipenses a tener un mismo sentir, esto es, la manera de pensar de Jesucristo mismo; y después de presentarles los ejemplos de siervos como Timoteo y Epafrodito, ahora les va a advertir sobre otro tipo de líderes que se encontrarán y que seguramente ya andaban entre ellos. Un tipo de líderes a los que describirá como enemigos de la Cruz de Cristo.
Pablo procuró, mediante el “quehacer teológico” que cada creyente formara una cosmovisión bíblica, y con base en ella, tener unidad de pensamiento y de propósito en la naciente iglesia cristiana, y el correcto andar en la vida de santidad. De una correcta cosmovisión, partiría la vida de adoración, de oración y la vida comunitaria.
Aquí Pablo, además, nos presenta la libertad de la religión, usando la palabra religión en un sentido malo; como lo que provee medios para complacer a Dios (o los dioses) para que uno pueda recibir algo de Dios o aplacar a Dios para evitar un castigo. La religión también provee medios para separar a los miembros, de los excluidos o no-miembros. La religión está basada en los esfuerzos humanos. En contraste, la fe cristiana está basada en la acción de Dios.

Gozarse en Cristo


Primero les exhorta a que se gocen en Cristo, a que encuentren en él la plenitud para sus vidas. No solo en lo individual, sino también en lo comunitario como iglesia. Que sean una comunidad caracterizada por el gozo del Espíritu. Este tipo de vida evidencia la realidad del Evangelio. Gozarse en el Señor en medio de cualquier situación, como cuando Pablo estuvo entre ellos la primera vez cantando mientras estaba en prisión habiendo sido azotado.
Pero, a la vez, deben de cuidarse de malos obreros. Tres ocasiones les advierte: Guardaos; algo que no debería serles molesto, sino considerarlo necesario por su seguridad.
Pues no todos eran siervos de Cristo con ese mismo sentir; algunos eran dominantes, sedientos de poder; otros buscaban llevarlos al judaísmo, a la práctica de la circuncisión y a observar asuntos de dietas ceremoniales.
El apóstol Pablo les llama, ofensivamente, perros, mutiladores del cuerpo… con estas alusiones los coloca fuera del pueblo de Dios y exhibe lo incongruente de su postura de una manera sarcástica. Como diciendo, si piensan que los gentiles creyentes deben agradar a Dios circuncidándose, pues mejor que se mutilen por completo para que así sean mas santos y más agradables a Dios. Obviamente nadie haría eso. Ni en nuestros días, con todo y que hay algunos grupos evangélicos con tendencias “mesiánicas” y que gustan de guardar fiestas, y de decir “Adonai Eloheinu”; aún ellos, no se circuncidan, mucho menos se mutilan. Les gustan solo ciertos aspectos del judaísmo y con ellos pretenden agradar más a Dios, o ser un tipo especial de creyentes.
Esas comunidades de creyentes “mesiánicos” no se distinguen por gozarse en Cristo; sino al contrario, Cristo les resulta insuficiente y requieren gozarse en algo más, en otras cosas complementarias como fiestas, rituales o formas que exaltan el desempeño personal.
Pero el apóstol les advierte: Guardaos… esos sistemas religiosos son atractivos para el ego de los creyentes; parecen muy bíblicos y espirituales; pero son sistemas que ponen su confianza en la carne y más delante los describirá como enemigos de la Cruz de Cristo; porque solo traen gloria al hombre.

Gloriarse en Cristo


Por eso, Pablo, les declara:
Nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús
-          ¿Quién soy?
-          La circuncisión
O sea, que somos el pueblo de Dios. Pero cómo es que un gentil llegó a ser el pueblo de Dios si era ajeno a los patriarcas, al pacto, a las promesas, etc.
Los judaizantes les decían a los creyentes gentiles que debían circuncidarse para ser parte del pueblo de Dios, como ellos. Pero ahora resulta, que los judaizantes, al hacer esto, y con ello menospreciar la Cruz de Cristo, estaban evidenciando que no eran el pueblo de Dios; en cambio, los gentiles al responder con fe al Evangelio, estaban mostrando que ellos verdaderamente eran del pueblo de Dios, gracias a la obra de Cristo.
Por eso, la evidencia de que los filipenses eran la circuncisión, era que se gloriaban en Cristo y servían a Dios en espíritu. Ellos no tenían merito alguno, sino que confiaban completamente en Cristo.
Lo que te define, lo que eres, no depende de tu estatus social, económico, intelectual; no depende de tu raza, ni de ninguna otra cosa que tu puedas demostrar con tu nivel de rendimiento en una religión. Lo que te define es Cristo, es ser parte del pueblo de Dios; lo que eres, dice Pablo, es la circuncisión, pero no una física, sino espiritual.

Perder por amor a Cristo


Pablo contrasta las cosas de las que alguien pudiera gloriarse, con el verdadero motivo de gloriarse, Cristo.
Los judaizantes podían tener muchas cosas de qué gloriarse, pero no para con Dios. Sin embargo, Pablo los sobrepasaba en todo ello. Como diciéndoles a los filipenses, “si algo de eso hubiera sido necesario para su vida cristiana, yo mismo se los hubiera enseñado, pues en eso sobrepasaba a los demás.”
¿Ellos creen que tienen méritos?, pues yo más. Y pasa a enumerarlos. Pero seguido declara:
Cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
Una mentalidad acorde a Cristo Jesús, tiene la perspectiva correcta sobre este mundo y sobre lo que es de valor delante de Dios.
Llegamos a Cristo con una mentalidad mundanal, apreciando demasiado nuestros logros, intereses y sueños. Llegamos enfocados totalmente en lo terrenal, lo pasajero, lo ilusorio. Y si no llegamos a ver realmente a Cristo, y si no desarrollamos un amor y admiración por la grandeza de Cristo, vamos a continuar en la inmadurez viviendo vidas egoístas y fácilmente seducidos por novedades religiosas que tiene nuestras pasiones.
Debemos amar a Cristo a tal grado, que podamos estar listos para perder algunas cosas que antes estimábamos como muy importantes. Esta es la base de la ética cristiana. No lo que yo considero que debe ser mi comportamiento correcto o adecuado, sino lo que es bueno, justo y santo delante de Dios. Y esa base es el amor a Dios y el amor al prójimo. Un amor como el que ya vimos en Cristo Jesús.

Ganar a Cristo


Pero no se trata solo de perder por el hecho de perder. No es que estemos a favor de abstenernos de todo, por el mero hecho de limitarnos. Sino que lo realmente virtuoso es que lo hacemos para ganar a Cristo. Consideramos cosas como pérdida con el fin de ganar a Cristo.
Ganar a Cristo es buscar la excelencia del conocimiento de Cristo. El quehacer teológico, lleva a las personas a la madurez; no las mantiene dependientes del líder. Y cada generación debe servirse de la Reforma, por ejemplo, de la misma manera; no “yendo” al pasado para encontrar todas las respuestas y tomarlas sin cuestionarse nada, solo porque así lo dijo Lutero o Calvino. El quehacer teológico obliga a que cada generación se haga de nuevo las grandes preguntas y las responda bíblicamente. La iglesia solo estará unida y caminando en santidad cuando haga de la teología su actividad central. La teología es una actividad para todo el pueblo de Dios, cada uno de acuerdo a sus dones y habilidades; no todos educados en un seminario, con griego y hebreo, pero, todos fieles creyentes en Cristo.
Ganar a Cristo es ser hallado justo por la fe en Cristo. Ahí ganamos a Cristo, cuando ahora por la fe, somos su pueblo, su familia y entramos a esta vida de comunión. Bien vale tirar todo a la basura para ganar a Cristo.
Ser justificado es ser incluido como un participante fiel en el pacto entre Dios y su pueblo. La justificación significa que uno está en una relación correcta con Dios e incluido en el pueblo de Dios.

La ética de Pablo es antirreligiosa, da prioridad a lo que ha hecho Dios. La religión usa reglas para crear líneas de división que distingue a los que pertenecen de los que no pertenecen y para medir el éxito de los miembros. Entonces la religión necesita reglas específicas que puedan evaluar fácilmente si uno está cumpliendo o no. Las pautas que da Pablo no son tan fáciles de medir como las reglas que la religión requiere. En vez de dar una lista rígida de reglas, Pablo pone su confianza en la guía del Espíritu Santo; no habla de cambiar una lista de reglas por otras; sino de una nueva realidad donde ya no importa la circuncisión, ni la incircuncisión.
Cristo nos libera de la religión, de tener que cumplir con un nivel de rendimiento aceptable, y ser hallado justo por la fe en Cristo.

Ganar a Cristo es conocerle, participar de su resurrección y de sus padecimientos. Ganar a Cristo no solo es esperar la gloria, sino, además, ver con buenos ojos el sufrimiento por causa del Evangelio. Algunos buscaban circuncidarse para no padecer persecución, pero Pablo les dice desde la prisión, que ellos deben saber que parte de ganar a Cristo es ser semejantes a él en su sufrimiento.
Pero notemos que primero hablar de conocer el poder de su resurrección y luego, de participar de sus padecimientos. Pues es necesario primero conocer el poder de su resurrección y cuál es la esperanza a que nos ha llamado para luego, abrazar la realidad del padecimiento por Cristo, ya con la certeza que nos da el conocimiento de la resurrección.
Esto responde a la pregunta del ser humano, ¿cómo debemos vivir? Vivir para agradar a Cristo, para conocerle cada vez más y amar más al Dios infinito y personal que se reveló en Cristo.

Propósito en Cristo


Continuando con las respuestas a las preguntas esenciales, Pablo nos da respuesta a las preguntas sobre el significado de la vida. Él dice, que vive para el propósito por el cual fue llamado por Cristo, esta es su razón de vivir. Y cada creyente, al venir a Cristo, tiene ahora una razón para vivir. Hay un propósito por el cual Cristo te tomó.
Hay un supremo llamamiento de Dios en Cristo, lo cual hemos de buscar, de caminar hacia ese propósito y hacia ese destino.
Pablo le describe como algo SUPREMO. Solo lo supremo inspira al alma. Le da sentido, orientación, motivación, y fuerza para vivir. En la epístola a los romanos, Pablo dice que ese propósito es hacernos conformes a la imagen de Su Hijo. Dios nos llamó para restaurar la imagen de Dios en nosotros, para hacernos como su Hijo Jesucristo. Dios te salvó, y te unió a una iglesia local, para que mediante el trabajo de discipulado (que esta es la gran comisión de la iglesia, hacer discípulos), Dios te vaya transformando a la imagen de Cristo para su gloria.

Esta es una buena medida para evaluar a los ancianos de la iglesia y a los que anhelan ser ancianos de la iglesia. Usted puede preguntarse: ¿Es un varón que se goza en Cristo? ¿se gloría en Cristo o en sus propios méritos? ¿está él dispuesto a perder por amor a Cristo?, es decir, ¿se autolimita por amor a Cristo?, ¿realmente quiere ganar a Cristo?, ¿se observa que quiere conocer más a Cristo?, ¿está dispuesto a un servicio sacrificial, sufrido?, ¿considera su servicio al Señor como SUPREMO?

Sin embrago, hay también algunos, mejor dicho: “MUCHOS”, que no siguen esta forma de pensar ni de actuar. Sino que son Enemigos de la Cruz de Cristo. Solo piensan en lo terrenal, en esos tiempos eran cosas como la circuncisión y asuntos de alimentos. Hoy en día podrían ser otras cosas, pero igualmente, es una vida que no tiene a Cristo en primer lugar. Que ve primero por sus deseos y la satisfacción de sus propios intereses.
Esto es algo trágico, lamentable. Nadie quisiera ser enemigo de la Cruz de Cristo. Por eso debemos autoevaluarnos y ver si no estamos siendo arrastrados por la corriente de este mundo. Ser diligentes en nuestra vida cristiana. Caminar como discípulos que aman a Cristo.
El contraste es grande en relación a lo terrenal y lo celestial; lo glorioso y lo vergonzoso; lo inmediato que lleva al fin, a la perdición; y lo eterno que aguarda a los verdaderos creyentes.

Esperanza en Cristo


Finalmente, Pablo les recuerda que ahora ellos tienen su ciudadanía en los cielos y su esperanza está en Cristo. Esperamos a Cristo. Con esto, responde a otra de las grandes preguntas de la humanidad, la que tiene que ver con el destino, ¿hacia dónde se dirige todo en el mundo? Y en particular, ¿hacia dónde me dirijo yo?, ¿cuál es mi fin?
Si usted es un creyente en Cristo Jesús, su fin será glorioso. Es un destino que ya empezó a vivir desde aquí y que será pleno cuando Cristo venga, esto es, será transformado a la semejanza de Cristo por el poder de Dios. Será glorificado. La imagen de Dios en usted será restablecida por completo.
En aquellos tiempos, solo los emperadores se decían portadores de la imagen de Dios, se deificaban a sí mismos. Pero Dios nos dice que él puso su imagen en nosotros desde el inicio; sin embrago, por la caída, esta imagen fue distorsionada.
Al cumplirse el tiempo, Cristo vino para dar su vida por nuestros pecados y restaurar la imagen de Dios en nosotros. Ahora, Dios hace esta labor por medio de la iglesia, haciendo discípulos de todas las naciones, y transformándoles a la imagen de Cristo. Un día, esto será pleno y hacia allá es a donde usted se dirige, esa es su esperanza.
Si usted, no ha conocido a Cristo, si no ha creído en él; este es el tiempo de que crea al Evangelio, que responda con arrepentimiento y fe al llamado del Señor. No confiando en su propio mérito, sino tirando todo a la basura, para ganar a Cristo.

Así tenemos, que Cristo es nuestra identidad, propósito y destino.
Somos el pueblo de Dios, los amados de Dios por Cristo.
Tenemos un propósito para nuestra vida, por Cristo.
Tenemos una forma de vivir en este mundo, que es acorde a Cristo.
Tenemos un destino glorioso, que es ser como Cristo y gozar de su comunión.


domingo, 17 de noviembre de 2019

Velemos - 1 Tes 5 - Pablo Luna

domingo, 27 de octubre de 2019

El sentir de Cristo - Filipenses 2:5-11




Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
“…para que el mundo crea.” Juan 17:20-23

Serie: Filipenses
Continuación a cargo de MD José Luis García Antonio
27 octubre 2019

El Sentir de Cristo


Texto: Filipenses 2:5-11
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Propósitos Generales


Que cada creyente pueda considerar el llamado del Señor a vivir en unidad y amor como iglesia local. Un amor que se despoja a sí mismo por el bien de los demás, que es sacrificial, que no se exalta a sí mismo, que espera en Dios con gozo y que es para la gloria de Dios.
Que las personas que no han creído en Cristo puedan escuchar el Evangelio.

¿Cómo llegamos aquí?


“Haya, pues, en vosotros”

Haya – modo subjuntivo, expresa el deseo del apóstol Pablo y evidencia una posibilidad. Aunque en el texto en griego no se muestra esta palabra, sino que fue incluida como auxiliar en la traducción; y el verbo al que se refiere sí se encuentra en modo imperativo, haciendo referencia a que esto es más un mandato, exhortación o ruego.
Pues – Conjunción con el resto de la disertación del apóstol, que nos muestra que este deseo del apóstol es derivado de lo que viene exponiendo. Pero qué es esto que ha venido diciendo hasta ahora. Repasemos un poco.

1:1 – Les escribe a los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, incluyendo a los ancianos y diáconos. Notemos el colectivo, no es solo a los ancianos y diáconos, sino a todos los santos como pueblo de Dios.

1:3 – Se acuerdo de “vosotros” – notemos el plural

1:4 – rogando con gozo por todos vosotros

1:5 – por vuestra comunión en el evangelio

1:6 – comenzó en vosotros la buena obra y la perfeccionará. En todos y cada uno de ellos.

1:7 – me es justo sentir esto de todos vosotros. Continúa el acento en la pluralidad.

1:8 – os amo a todos vosotros.

1:9 – que vuestro amor abunde

1:10 - que sean sinceros e irreprensibles

1:11 – que sean llenos de frutos de justicia

1:27 – que e comporten [como comunidad] como es digno de la vocación [como ciudadanos celestiales]

Continuamos observando que el propósito no es algo individualista sino corporativo, en unidad como pueblo de Dios.


Vosotros – No es solo un deseo para una transformación individual, sino corporativa. Las implicaciones son superiores a solo unos pocos ejemplos de este “sentir” de Cristo, No se está refiriendo a que haya algunos casos aislados en la iglesia que manifiesten este tipo de “sentir”, sino de que la comunidad de creyentes en su totalidad sea distinguida por este “sentir”.

Ante la influencia de pensamiento de la época donde se resalta el individualismo, y cada uno busca “su felicidad” sin consideración de los demás. El evangelio nos llama como un pueblo a manifestar una interrelación, viviendo en unidad y amor.

Individualismo y Masificación                    VS                          Diversidad y unidad
Por otro lado, tenemos otra tendencia proveniente de la burguesía y los gobernantes de nuestros tiempos, a masificar, a cosificar al individuo, para entonces poder manipularlo. Y esto se filtra también al ambiente religioso dándose el fenómeno de las mega iglesias con líderes carismáticos, elocuentes, pero que modelan un liderazgo tiránico, rodeándose de líderes clonados a su “estilo” y personalidad para manipular a los individuos que buscando a Dios y tal vez queriendo expiar sus pecados, se someten a semejantes sistemas simbólicamente violentos que nos les permiten asumir su postura ante su creador, sino que más bien son sujetos de adoctrinamiento.

El evangelio de Jesucristo nos libra tanto del individualismo como de la masificación. Colocándonos en un pueblo donde vivir en unidad en medio de la diversidad. Como lo explica el apóstol Pablo en su epístola a los Efesios, escrita también en esta ocasión desde prisión.

Efesios 4.16 (LBLA): de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.
Todo el cuerpo, no solo algunos miembros destacados
Todo el cuerpo, no solo los pastores y diáconos
Todo el cuerpo, no solo los fuertes
Todo el cuerpo, no solo los varones
Todo el cuerpo, no solo los mayores de 30 años
Crezcamos juntos
El Evangelio nos libra del individualismo.
Conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, no todos iguales
Conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, en diferentes formas y ámbitos
Crezcamos en la diversidad
El Evangelio nos libra de la masificación.
En amor, aunque cueste un esfuerzo extra
En amor, porque ese es el distintivo cristiano
En amor, porque así es como se modela el evangelio
Crezcamos en amor
El Evangelio nos libra de nuestro egoísmo.

Además, por el contexto anterior inmediato, vemos que el apóstol está hablando de “hacer suya la causa del evangelio” y de participar en el “progreso del evangelio” y de “combatir unánimes por la fe del evangelio”.

El evangelio es modelado por la iglesia y esta es la base para la evangelización individual.

Este evangelio tiene que ver con la llegada del Espíritu Santo, el cual está habitando en cada uno de los creyentes en lo individual, pero también en el conjunto de creyentes como iglesia local.

Dios no está únicamente salvando a algunos individuos y preparándolos para el cielo, sino creando un pueblo en el que vivir, y a través de cuya vida en comunidad pueda reproducir su propia vida y carácter. (Gordon Fee)

Este es el sentido del trasfondo. Filipos era una colonia romana, esto es Roma fuera de Roma, de manera que el emperador, con tal de mantener un puesto de control militar para la zona, otorgaba la calidad de ciudadanía a los romanos de Filipos y para sus hijos. Pablo usa esta situación para decirles que ellos tienen una ciudadanía superior y que son un pueblo santo, aunque en este mundo, y que se espera de ellos que manifiesten los valores del reino, no solo de manera individual, sino también de manera colectiva como pueblo de Dios.

Así que, lo que les va a pedir es que haya en ellos este mismo sentir de Cristo, no solo en algunos individuos, sino en todos como comunidad, como pueblo de Dios. Y al vivir así, estarán participando en el progreso del evangelio, estarán combatiendo por la fe del evangelio. Y esta evangelización colectiva es la base de la evangelización personal (Gene Getz)

¿A qué se refiere con tener el mismo “sentir” que Cristo?


“este sentir que hubo también en Cristo Jesús”

Este – Demostrativo que indica que a continuación nos va a mostrar el ejemplo concreto al que se refiere. Es decir, este “sentir” no algo oscuro, vago, místico o subjetivo; sino que nos va a mostrar el ejemplo concreto para que sepamos a lo que se está refiriendo con este “sentir”.

Hubo – refiriéndose a un pasado histórico, a un suceso real y que para ese entonces aún se contaba con testigos de ello.

En Cristo Jesús – Este es el ejemplo para la vida espiritual. La referencia es concreta a Cristo Jesús, nuestro salvador.

Dios nos salva, nos da de su Santo Espíritu, nos coloca en un pueblo para desarrollar la vida espiritual. Nos empieza a transformar a la imagen de Su Hijo Jesucristo. Y ahora, Jesucristo no es solo nuestro Salvador, sino que además es nuestro ejemplo.


Ø Amor que se despoja a sí mismo, voluntariamente, por el bien del otro
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

Aquí hay mucho qué decir, pero que a la vez es algo enigmático. Piense lentamente en ello, Dios hecho hombre. Además de ser algo sorprendentemente maravilloso; uno tiene que pensar en qué estaba en la mente de Cristo para hacer tal cosa. Los “grandes” de este mundo no se despojan de sus posiciones, privilegios y posesiones.

Qué había en la mente de Cristo, que es aquello que el apóstol quiere que imitemos.

Definitivamente que el ejemplo de Cristo es singular. Pero hay algo que Dios quiere que manifestemos como iglesia local; esto es, un amor donde cada uno se despoja a sí mismo por el bien de los otros.

Notemos el verbo en voz activa. Jesús mismo es quien realiza la acción de despojarse a sí mismo. No es despojado por nadie, no está bajo la acción de nadie más. Es algo que el hace voluntariamente. Y esto es lo que se pide de cada uno de nosotros como pueblo de Dios, un amor que se despoja así mismo, voluntariamente, por el bien de los demás.


Ø Amor que se sacrifica por el bien del otro
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Este tipo de amor que se nos pide, según el ejemplo de Cristo, es un amor sacrificial.
Esto va en contra de la manera de pensar de este mundo, donde queremos evitar al máximo el sacrificio y el dolor. Incluso en nuestro Señor Jesucristo, la idea del sufrimiento nos parece algo molesta, tenemos aversión a la Cruz. Lutero decía que la Cruz era una señal para distinguir la verdadera teología.

Debido al mal uso dado por el hombre al conocimiento de Dios manifiesto en sus obras, Dios decretó ser nuevamente reconocido en el sufrimiento, y condenar la sabiduría concerniente a las cosas invisibles por medio de la sabiduría concerniente a las cosas visibles, de forma que aquellos que no honraron a Dios cuando se manifestó́ en sus obras le honren al estar oculto en su sufrimiento...
Ahora, a nadie le es suficiente ni le hace bien alguno reconocer a Dios en su gloria y majestad, a menos que le reconozca en la humildad y vergüenza de la cruz... la verdadera teología y el reconocimiento de Dios se encuentran en el Cristo crucificado...
Martin Lutero, La Disputación de Heidelberg. Explicación a la Tesis 20

Nuevamente notamos la voz activa del verbo, mostrando que es Jesús mismo quien se humilló y no es que fuera humillado por alguien; sino que voluntariamente obedeció hasta la muerte y muerte de cruz.

¿Quiere acaso Pablo implicar que hemos de tener un amor del tipo sacrificial?
Ese es el evangelio. Ese es el sentir de Cristo.

Un amor que sirve sacrificialmente por el bien de otros, obedeciendo a Cristo. ¡Voluntariamente!


Ø Amor que no se exalta a sí mismo
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

Ahora tenemos un cambio en la voz del verbo, ¿lo notaron? Ahora es voz pasiva. Cristo no se exaltó a sí mismo, sino que fue objeto de la acción del Padre, fue Dios Padre el que le exaltó hasta lo sumo.

Este es un amor que no se exalta a sí mismo.

Es un amor que sirve fielmente sin esperar recompensa alguna o reconocimiento. Ese es el tipo de amor que se pide de nosotros. Ya Dios se encargará de recompensar nuestros pequeños, débiles e intermitentes intentos de servirle. Y él es un Dios galardonador.

Ahora, en definitiva, que el ejemplo de Cristo es único y sublime, y debe llevarnos a la admiración, a la adoración y a la imitación de Cristo.



Ø Amor que tiene esperanza
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,

El tipo de referencia es similar a cuando llegaba un nuevo emperador, un nuevo César. Se proclamaba el “evangelio” del nuevo emperador, diciendo algo de su origen y su camino al trono y de su dignidad para gobernar. Se le mostraba como hijo de los dioses y lleno de poder para establecer la justica y liberar a los oprimidos de los tiranos opresores.

Por ejemplo,
“Puesto que la Providencia (Pronoia) la cual ha ordenado todas las cosas y está profundamente interesada en nuestras vidas ha puesto la más perfecta orden dándonos a Augusto, a quien ella ha llenado con virtud (poder divino) para que el beneficie a la humanidad, mandándolo a él como un Salvador (Soter), tanto para nosotros como para nuestros descendientes, para que acaba la guerra y ordene todas las cosas, y como el, Cesar, por su aparición (phaneis) [excedió aun nuestras anticipaciones], superando a todos los previos benefactores (euergetai), y no dejando aun para la posteridad alguna esperanza de superar lo que él ha hecho, pues desde el nacimiento del dios Augusto fue el principio para el mundo de las buenas nuevas (euangelion), que vino por causa de él…”
Dittenberg, Orientis Graeci inscriptiones selectae (2 vols.; repr. Hildesheim 1960) number 458. Trans. A. D. Nock in Early Gentile Christianity and its Hellenistic Background (repr. New York, 1964), 37 (Essays, 79). Citado en Everett Ferguson, Backgrounds of Early Christianity Third Edition (Grand Rapids: W. B. Eerdmans Pub. Co., 2003) pg. 46.

Cristo fue a la cruz con el gozo puesto delante de él. Su pensamiento era esperanzador, confiando en el reino de Dios que venía.

Pero este César, tiene una historia singular. El Evangelio de Cristo. Que vino a morir por los pecados de todos los hombres. Derrotando al imperio de la muerte. Trayendo una salvación tan grande. Resucitó al tercer día y ascendió a los cielos. Y ahora ha enviado a su Santo Espíritu quien mora en su pueblo, a los cuales está transformando, dando fruto y llevándolos a la imagen de Cristo; y por medio de ellos está extendiendo su reino, liberando a los cautivos del reino de las tinieblas y trasladándolos a su reino de amor.

Estamos llamados a manifestar este mismo sentir que hubo en Cristo, un amor que tiene esperanza. Que trabaja con gozo. Que ora por los demás con esperanza no con decepción. Que espera lo mejor de los demás, que sabe que el reino de Cristo triunfará y un día le ovacionaremos de pie.


Ø Amor que glorifica a Dios
para gloria de Dios Padre.


Finalmente, todo redundará para la gloria de Dios.

Cristo padeció teniendo una gran estima por la gloria de Dios. En la cruz nos mostró cuán importante era la gloria de Dios, al punto del sacrificio.

Nosotros, naturalmente, vivimos ajenos a la gloria de Dios. No nos importa Su gloria, sino nuestro beneficio, satisfacción y plenitud. Somos apáticos a la gloria de Dios. Amamos la gloria de los hombres.

Pero cuando el Espíritu Santo obra en nosotros, la gloria de Dios adquiere un nuevo significado. Ahora hay un deseo creciente porque Dios sea glorificado.

Si estamos en un problema, ahora nos preguntamos, ¿cómo puedo glorificar a Dios en medio de esto?

Si tenemos una discusión o desavenencia, pensamos, ¿cómo glorifico a Dios en esto? ¿Será que debo perdonar? ¿será esto más valioso que la gloria de Dios? ¿puedo soportar la ofensa? ¿hay algún camino para el diálogo y el razonar con mi hermano?

Somos llamados a tener un amor que glorifica a Dios; no solo en lo individual, sino como pueblo, como iglesia local. Y eso es lo que dice nuestro pacto de iglesia. Un servicio que se despoja, que es sacrificial, pero que lo hace por una CAUSA TAN GRANDE.

¡Lo vale!

Todo aquel que ha solicitado su membresía en esta iglesia local, tiene este pacto que manifiesta lo mucho que valoramos el ser iglesia de Cristo.

Conclusión


La encomienda es corporativa, no individualista. La encomienda no implica que todos seremos iguales, no hay masificación.

Una iglesia con el sentir que hubo en Cristo, es una iglesia que brillará, para iluminar esta generación y para la gloria de Dios.
Ahora, algunos dirán, si ya es difícil que este tipo de sentir se desarrolle en una persona, ahora verlo en toda la iglesia, ¡es imposible!

Ahí es donde entra la labor divina del Espíritu Santo, quien produce en nosotros tanto el querer como el hacer por su buena voluntad.

Este sentir en la iglesia, el pueblo de Dios, es un fruto del Espíritu Santo; no solo en los creyentes en lo individual, sino, aún más en lo colectivo como iglesia local. Eso sí que es radical, sorprendente y definitivamente, algo divino; porque humanamente hablando, es imposible, pero ahí se muestra la gloria del evangelio, queda exhibido no solo a la comunidad de creyentes que disfruta de la comunión, a la comunidad de no creyentes que son “evangelizados” por este ejemplo de vida y hasta a los seres angelicales les queda el testimonio del poder de Dios para salvación y la transformación que se logra por su gracia al mandar a Su Hijo a salvarnos y transformarnos a su imagen.

Ahí, en una iglesia local con este “sentir” se glorifica a Dios por su gracia manifestada en Cristo.

Este mismo sentir no es solo por casos de desavenencias o problemas interpersonales. Sino para vivir en unidad y no como creyentes independientes.

Dios está edificando su iglesia con piedras vivas, pero no es suficiente tener piedras muy bonitas pero separadas, es necesario que esas piedras, sí sean bonitas, pero que estén juntas.

Este pueblo, con el sentir de Cristo, brilla en la oscuridad, modela el evangelio. O sea, predica el evangelio corporativamente lo cual es la base de la predicación individual.

El reino futuro, ya en esta tierra manifestado en la iglesia local.