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domingo, 27 de octubre de 2019

El sentir de Cristo - Filipenses 2:5-11




Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
“…para que el mundo crea.” Juan 17:20-23

Serie: Filipenses
Continuación a cargo de MD José Luis García Antonio
27 octubre 2019

El Sentir de Cristo


Texto: Filipenses 2:5-11
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Propósitos Generales


Que cada creyente pueda considerar el llamado del Señor a vivir en unidad y amor como iglesia local. Un amor que se despoja a sí mismo por el bien de los demás, que es sacrificial, que no se exalta a sí mismo, que espera en Dios con gozo y que es para la gloria de Dios.
Que las personas que no han creído en Cristo puedan escuchar el Evangelio.

¿Cómo llegamos aquí?


“Haya, pues, en vosotros”

Haya – modo subjuntivo, expresa el deseo del apóstol Pablo y evidencia una posibilidad. Aunque en el texto en griego no se muestra esta palabra, sino que fue incluida como auxiliar en la traducción; y el verbo al que se refiere sí se encuentra en modo imperativo, haciendo referencia a que esto es más un mandato, exhortación o ruego.
Pues – Conjunción con el resto de la disertación del apóstol, que nos muestra que este deseo del apóstol es derivado de lo que viene exponiendo. Pero qué es esto que ha venido diciendo hasta ahora. Repasemos un poco.

1:1 – Les escribe a los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, incluyendo a los ancianos y diáconos. Notemos el colectivo, no es solo a los ancianos y diáconos, sino a todos los santos como pueblo de Dios.

1:3 – Se acuerdo de “vosotros” – notemos el plural

1:4 – rogando con gozo por todos vosotros

1:5 – por vuestra comunión en el evangelio

1:6 – comenzó en vosotros la buena obra y la perfeccionará. En todos y cada uno de ellos.

1:7 – me es justo sentir esto de todos vosotros. Continúa el acento en la pluralidad.

1:8 – os amo a todos vosotros.

1:9 – que vuestro amor abunde

1:10 - que sean sinceros e irreprensibles

1:11 – que sean llenos de frutos de justicia

1:27 – que e comporten [como comunidad] como es digno de la vocación [como ciudadanos celestiales]

Continuamos observando que el propósito no es algo individualista sino corporativo, en unidad como pueblo de Dios.


Vosotros – No es solo un deseo para una transformación individual, sino corporativa. Las implicaciones son superiores a solo unos pocos ejemplos de este “sentir” de Cristo, No se está refiriendo a que haya algunos casos aislados en la iglesia que manifiesten este tipo de “sentir”, sino de que la comunidad de creyentes en su totalidad sea distinguida por este “sentir”.

Ante la influencia de pensamiento de la época donde se resalta el individualismo, y cada uno busca “su felicidad” sin consideración de los demás. El evangelio nos llama como un pueblo a manifestar una interrelación, viviendo en unidad y amor.

Individualismo y Masificación                    VS                          Diversidad y unidad
Por otro lado, tenemos otra tendencia proveniente de la burguesía y los gobernantes de nuestros tiempos, a masificar, a cosificar al individuo, para entonces poder manipularlo. Y esto se filtra también al ambiente religioso dándose el fenómeno de las mega iglesias con líderes carismáticos, elocuentes, pero que modelan un liderazgo tiránico, rodeándose de líderes clonados a su “estilo” y personalidad para manipular a los individuos que buscando a Dios y tal vez queriendo expiar sus pecados, se someten a semejantes sistemas simbólicamente violentos que nos les permiten asumir su postura ante su creador, sino que más bien son sujetos de adoctrinamiento.

El evangelio de Jesucristo nos libra tanto del individualismo como de la masificación. Colocándonos en un pueblo donde vivir en unidad en medio de la diversidad. Como lo explica el apóstol Pablo en su epístola a los Efesios, escrita también en esta ocasión desde prisión.

Efesios 4.16 (LBLA): de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.
Todo el cuerpo, no solo algunos miembros destacados
Todo el cuerpo, no solo los pastores y diáconos
Todo el cuerpo, no solo los fuertes
Todo el cuerpo, no solo los varones
Todo el cuerpo, no solo los mayores de 30 años
Crezcamos juntos
El Evangelio nos libra del individualismo.
Conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, no todos iguales
Conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, en diferentes formas y ámbitos
Crezcamos en la diversidad
El Evangelio nos libra de la masificación.
En amor, aunque cueste un esfuerzo extra
En amor, porque ese es el distintivo cristiano
En amor, porque así es como se modela el evangelio
Crezcamos en amor
El Evangelio nos libra de nuestro egoísmo.

Además, por el contexto anterior inmediato, vemos que el apóstol está hablando de “hacer suya la causa del evangelio” y de participar en el “progreso del evangelio” y de “combatir unánimes por la fe del evangelio”.

El evangelio es modelado por la iglesia y esta es la base para la evangelización individual.

Este evangelio tiene que ver con la llegada del Espíritu Santo, el cual está habitando en cada uno de los creyentes en lo individual, pero también en el conjunto de creyentes como iglesia local.

Dios no está únicamente salvando a algunos individuos y preparándolos para el cielo, sino creando un pueblo en el que vivir, y a través de cuya vida en comunidad pueda reproducir su propia vida y carácter. (Gordon Fee)

Este es el sentido del trasfondo. Filipos era una colonia romana, esto es Roma fuera de Roma, de manera que el emperador, con tal de mantener un puesto de control militar para la zona, otorgaba la calidad de ciudadanía a los romanos de Filipos y para sus hijos. Pablo usa esta situación para decirles que ellos tienen una ciudadanía superior y que son un pueblo santo, aunque en este mundo, y que se espera de ellos que manifiesten los valores del reino, no solo de manera individual, sino también de manera colectiva como pueblo de Dios.

Así que, lo que les va a pedir es que haya en ellos este mismo sentir de Cristo, no solo en algunos individuos, sino en todos como comunidad, como pueblo de Dios. Y al vivir así, estarán participando en el progreso del evangelio, estarán combatiendo por la fe del evangelio. Y esta evangelización colectiva es la base de la evangelización personal (Gene Getz)

¿A qué se refiere con tener el mismo “sentir” que Cristo?


“este sentir que hubo también en Cristo Jesús”

Este – Demostrativo que indica que a continuación nos va a mostrar el ejemplo concreto al que se refiere. Es decir, este “sentir” no algo oscuro, vago, místico o subjetivo; sino que nos va a mostrar el ejemplo concreto para que sepamos a lo que se está refiriendo con este “sentir”.

Hubo – refiriéndose a un pasado histórico, a un suceso real y que para ese entonces aún se contaba con testigos de ello.

En Cristo Jesús – Este es el ejemplo para la vida espiritual. La referencia es concreta a Cristo Jesús, nuestro salvador.

Dios nos salva, nos da de su Santo Espíritu, nos coloca en un pueblo para desarrollar la vida espiritual. Nos empieza a transformar a la imagen de Su Hijo Jesucristo. Y ahora, Jesucristo no es solo nuestro Salvador, sino que además es nuestro ejemplo.


Ø Amor que se despoja a sí mismo, voluntariamente, por el bien del otro
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

Aquí hay mucho qué decir, pero que a la vez es algo enigmático. Piense lentamente en ello, Dios hecho hombre. Además de ser algo sorprendentemente maravilloso; uno tiene que pensar en qué estaba en la mente de Cristo para hacer tal cosa. Los “grandes” de este mundo no se despojan de sus posiciones, privilegios y posesiones.

Qué había en la mente de Cristo, que es aquello que el apóstol quiere que imitemos.

Definitivamente que el ejemplo de Cristo es singular. Pero hay algo que Dios quiere que manifestemos como iglesia local; esto es, un amor donde cada uno se despoja a sí mismo por el bien de los otros.

Notemos el verbo en voz activa. Jesús mismo es quien realiza la acción de despojarse a sí mismo. No es despojado por nadie, no está bajo la acción de nadie más. Es algo que el hace voluntariamente. Y esto es lo que se pide de cada uno de nosotros como pueblo de Dios, un amor que se despoja así mismo, voluntariamente, por el bien de los demás.


Ø Amor que se sacrifica por el bien del otro
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Este tipo de amor que se nos pide, según el ejemplo de Cristo, es un amor sacrificial.
Esto va en contra de la manera de pensar de este mundo, donde queremos evitar al máximo el sacrificio y el dolor. Incluso en nuestro Señor Jesucristo, la idea del sufrimiento nos parece algo molesta, tenemos aversión a la Cruz. Lutero decía que la Cruz era una señal para distinguir la verdadera teología.

Debido al mal uso dado por el hombre al conocimiento de Dios manifiesto en sus obras, Dios decretó ser nuevamente reconocido en el sufrimiento, y condenar la sabiduría concerniente a las cosas invisibles por medio de la sabiduría concerniente a las cosas visibles, de forma que aquellos que no honraron a Dios cuando se manifestó́ en sus obras le honren al estar oculto en su sufrimiento...
Ahora, a nadie le es suficiente ni le hace bien alguno reconocer a Dios en su gloria y majestad, a menos que le reconozca en la humildad y vergüenza de la cruz... la verdadera teología y el reconocimiento de Dios se encuentran en el Cristo crucificado...
Martin Lutero, La Disputación de Heidelberg. Explicación a la Tesis 20

Nuevamente notamos la voz activa del verbo, mostrando que es Jesús mismo quien se humilló y no es que fuera humillado por alguien; sino que voluntariamente obedeció hasta la muerte y muerte de cruz.

¿Quiere acaso Pablo implicar que hemos de tener un amor del tipo sacrificial?
Ese es el evangelio. Ese es el sentir de Cristo.

Un amor que sirve sacrificialmente por el bien de otros, obedeciendo a Cristo. ¡Voluntariamente!


Ø Amor que no se exalta a sí mismo
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

Ahora tenemos un cambio en la voz del verbo, ¿lo notaron? Ahora es voz pasiva. Cristo no se exaltó a sí mismo, sino que fue objeto de la acción del Padre, fue Dios Padre el que le exaltó hasta lo sumo.

Este es un amor que no se exalta a sí mismo.

Es un amor que sirve fielmente sin esperar recompensa alguna o reconocimiento. Ese es el tipo de amor que se pide de nosotros. Ya Dios se encargará de recompensar nuestros pequeños, débiles e intermitentes intentos de servirle. Y él es un Dios galardonador.

Ahora, en definitiva, que el ejemplo de Cristo es único y sublime, y debe llevarnos a la admiración, a la adoración y a la imitación de Cristo.



Ø Amor que tiene esperanza
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,

El tipo de referencia es similar a cuando llegaba un nuevo emperador, un nuevo César. Se proclamaba el “evangelio” del nuevo emperador, diciendo algo de su origen y su camino al trono y de su dignidad para gobernar. Se le mostraba como hijo de los dioses y lleno de poder para establecer la justica y liberar a los oprimidos de los tiranos opresores.

Por ejemplo,
“Puesto que la Providencia (Pronoia) la cual ha ordenado todas las cosas y está profundamente interesada en nuestras vidas ha puesto la más perfecta orden dándonos a Augusto, a quien ella ha llenado con virtud (poder divino) para que el beneficie a la humanidad, mandándolo a él como un Salvador (Soter), tanto para nosotros como para nuestros descendientes, para que acaba la guerra y ordene todas las cosas, y como el, Cesar, por su aparición (phaneis) [excedió aun nuestras anticipaciones], superando a todos los previos benefactores (euergetai), y no dejando aun para la posteridad alguna esperanza de superar lo que él ha hecho, pues desde el nacimiento del dios Augusto fue el principio para el mundo de las buenas nuevas (euangelion), que vino por causa de él…”
Dittenberg, Orientis Graeci inscriptiones selectae (2 vols.; repr. Hildesheim 1960) number 458. Trans. A. D. Nock in Early Gentile Christianity and its Hellenistic Background (repr. New York, 1964), 37 (Essays, 79). Citado en Everett Ferguson, Backgrounds of Early Christianity Third Edition (Grand Rapids: W. B. Eerdmans Pub. Co., 2003) pg. 46.

Cristo fue a la cruz con el gozo puesto delante de él. Su pensamiento era esperanzador, confiando en el reino de Dios que venía.

Pero este César, tiene una historia singular. El Evangelio de Cristo. Que vino a morir por los pecados de todos los hombres. Derrotando al imperio de la muerte. Trayendo una salvación tan grande. Resucitó al tercer día y ascendió a los cielos. Y ahora ha enviado a su Santo Espíritu quien mora en su pueblo, a los cuales está transformando, dando fruto y llevándolos a la imagen de Cristo; y por medio de ellos está extendiendo su reino, liberando a los cautivos del reino de las tinieblas y trasladándolos a su reino de amor.

Estamos llamados a manifestar este mismo sentir que hubo en Cristo, un amor que tiene esperanza. Que trabaja con gozo. Que ora por los demás con esperanza no con decepción. Que espera lo mejor de los demás, que sabe que el reino de Cristo triunfará y un día le ovacionaremos de pie.


Ø Amor que glorifica a Dios
para gloria de Dios Padre.


Finalmente, todo redundará para la gloria de Dios.

Cristo padeció teniendo una gran estima por la gloria de Dios. En la cruz nos mostró cuán importante era la gloria de Dios, al punto del sacrificio.

Nosotros, naturalmente, vivimos ajenos a la gloria de Dios. No nos importa Su gloria, sino nuestro beneficio, satisfacción y plenitud. Somos apáticos a la gloria de Dios. Amamos la gloria de los hombres.

Pero cuando el Espíritu Santo obra en nosotros, la gloria de Dios adquiere un nuevo significado. Ahora hay un deseo creciente porque Dios sea glorificado.

Si estamos en un problema, ahora nos preguntamos, ¿cómo puedo glorificar a Dios en medio de esto?

Si tenemos una discusión o desavenencia, pensamos, ¿cómo glorifico a Dios en esto? ¿Será que debo perdonar? ¿será esto más valioso que la gloria de Dios? ¿puedo soportar la ofensa? ¿hay algún camino para el diálogo y el razonar con mi hermano?

Somos llamados a tener un amor que glorifica a Dios; no solo en lo individual, sino como pueblo, como iglesia local. Y eso es lo que dice nuestro pacto de iglesia. Un servicio que se despoja, que es sacrificial, pero que lo hace por una CAUSA TAN GRANDE.

¡Lo vale!

Todo aquel que ha solicitado su membresía en esta iglesia local, tiene este pacto que manifiesta lo mucho que valoramos el ser iglesia de Cristo.

Conclusión


La encomienda es corporativa, no individualista. La encomienda no implica que todos seremos iguales, no hay masificación.

Una iglesia con el sentir que hubo en Cristo, es una iglesia que brillará, para iluminar esta generación y para la gloria de Dios.
Ahora, algunos dirán, si ya es difícil que este tipo de sentir se desarrolle en una persona, ahora verlo en toda la iglesia, ¡es imposible!

Ahí es donde entra la labor divina del Espíritu Santo, quien produce en nosotros tanto el querer como el hacer por su buena voluntad.

Este sentir en la iglesia, el pueblo de Dios, es un fruto del Espíritu Santo; no solo en los creyentes en lo individual, sino, aún más en lo colectivo como iglesia local. Eso sí que es radical, sorprendente y definitivamente, algo divino; porque humanamente hablando, es imposible, pero ahí se muestra la gloria del evangelio, queda exhibido no solo a la comunidad de creyentes que disfruta de la comunión, a la comunidad de no creyentes que son “evangelizados” por este ejemplo de vida y hasta a los seres angelicales les queda el testimonio del poder de Dios para salvación y la transformación que se logra por su gracia al mandar a Su Hijo a salvarnos y transformarnos a su imagen.

Ahí, en una iglesia local con este “sentir” se glorifica a Dios por su gracia manifestada en Cristo.

Este mismo sentir no es solo por casos de desavenencias o problemas interpersonales. Sino para vivir en unidad y no como creyentes independientes.

Dios está edificando su iglesia con piedras vivas, pero no es suficiente tener piedras muy bonitas pero separadas, es necesario que esas piedras, sí sean bonitas, pero que estén juntas.

Este pueblo, con el sentir de Cristo, brilla en la oscuridad, modela el evangelio. O sea, predica el evangelio corporativamente lo cual es la base de la predicación individual.

El reino futuro, ya en esta tierra manifestado en la iglesia local.



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