Iglesia Bíblica
Unidos en Cristo
“…para que el mundo crea.” Juan
17:20-23
Serie: Filipenses
Continuación a cargo de MD José Luis García Antonio
27 octubre 2019
El Sentir de Cristo
Texto: Filipenses 2:5-11
5 Haya, pues, en vosotros este
sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma
de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí
mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición
de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y
muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó
hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de
Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y
debajo de la tierra; 11 y toda lengua
confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Propósitos Generales
Que cada creyente pueda considerar el llamado del Señor a
vivir en unidad y amor como iglesia local. Un amor que se despoja a sí mismo
por el bien de los demás, que es sacrificial, que no se exalta a sí mismo, que
espera en Dios con gozo y que es para la gloria de Dios.
Que las personas que no han creído en Cristo puedan escuchar
el Evangelio.
¿Cómo llegamos aquí?
“Haya, pues, en
vosotros”
Haya – modo subjuntivo, expresa el deseo del apóstol Pablo y evidencia
una posibilidad. Aunque en el texto en griego no se muestra esta palabra, sino
que fue incluida como auxiliar en la traducción; y el verbo al que se refiere
sí se encuentra en modo imperativo, haciendo referencia a que esto es más un
mandato, exhortación o ruego.
Pues – Conjunción con el resto de la
disertación del apóstol, que nos muestra que este deseo del apóstol es derivado
de lo que viene exponiendo. Pero qué es esto que ha venido diciendo hasta
ahora. Repasemos un poco.
1:1 – Les escribe a los santos en Cristo Jesús
que están en Filipos, incluyendo a los ancianos y diáconos. Notemos el
colectivo, no es solo a los ancianos y diáconos, sino a todos los santos como
pueblo de Dios.
1:3 – Se acuerdo de “vosotros” – notemos el
plural
1:4 – rogando con gozo por todos vosotros
1:5 – por vuestra comunión en el evangelio
1:6 – comenzó en vosotros la buena obra y la
perfeccionará. En todos y cada uno de ellos.
1:7 – me es justo sentir esto de todos
vosotros. Continúa el acento en la pluralidad.
1:8 – os amo a todos vosotros.
1:9 – que vuestro amor abunde
1:10 - que sean sinceros e irreprensibles
1:11 – que sean llenos de frutos de justicia
1:27 – que e comporten [como comunidad] como
es digno de la vocación [como ciudadanos celestiales]
Continuamos observando que el propósito no es
algo individualista sino corporativo, en unidad como pueblo de Dios.
Vosotros – No es solo un deseo para una
transformación individual, sino corporativa. Las implicaciones son superiores a
solo unos pocos ejemplos de este “sentir” de Cristo, No se está refiriendo a
que haya algunos casos aislados en la iglesia que manifiesten este tipo de
“sentir”, sino de que la comunidad de creyentes en su totalidad sea distinguida
por este “sentir”.
Ante la influencia de pensamiento de la época
donde se resalta el individualismo, y cada uno busca “su felicidad” sin
consideración de los demás. El evangelio nos llama como un pueblo a manifestar
una interrelación, viviendo en unidad y amor.
Individualismo y Masificación VS Diversidad y unidad
Por otro lado, tenemos otra tendencia
proveniente de la burguesía y los gobernantes de nuestros tiempos, a masificar,
a cosificar al individuo, para entonces poder manipularlo. Y esto se filtra
también al ambiente religioso dándose el fenómeno de las mega iglesias con
líderes carismáticos, elocuentes, pero que modelan un liderazgo tiránico,
rodeándose de líderes clonados a su “estilo” y personalidad para manipular a
los individuos que buscando a Dios y tal vez queriendo expiar sus pecados, se
someten a semejantes sistemas simbólicamente violentos que nos les permiten
asumir su postura ante su creador, sino que más bien son sujetos de
adoctrinamiento.
El evangelio de Jesucristo nos libra tanto del
individualismo como de la masificación. Colocándonos en un pueblo donde vivir
en unidad en medio de la diversidad. Como lo explica el apóstol Pablo en su
epístola a los Efesios, escrita también en esta ocasión desde prisión.
Efesios 4.16 (LBLA): de quien
todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las
coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro,
produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.
Todo el cuerpo, no solo algunos miembros destacados
Todo el cuerpo, no solo los pastores y diáconos
Todo el cuerpo, no solo los fuertes
Todo el cuerpo, no solo los varones
Todo el cuerpo, no solo los mayores de 30 años
Crezcamos juntos
El Evangelio nos libra del individualismo.
Conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, no todos iguales
Conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, en diferentes formas y ámbitos
Crezcamos en la diversidad
El Evangelio nos libra de la masificación.
En amor, aunque cueste un esfuerzo extra
En amor, porque ese es el distintivo cristiano
En amor, porque así es como se modela el evangelio
Crezcamos en amor
El Evangelio nos libra de nuestro egoísmo.
Además, por el contexto anterior inmediato,
vemos que el apóstol está hablando de “hacer suya la causa del evangelio” y de
participar en el “progreso del evangelio” y de “combatir unánimes por la fe del
evangelio”.
El evangelio es modelado por la iglesia y esta
es la base para la evangelización individual.
Este evangelio tiene que ver con la llegada
del Espíritu Santo, el cual está habitando en cada uno de los creyentes en lo
individual, pero también en el conjunto de creyentes como iglesia local.
Dios no está únicamente salvando a algunos
individuos y preparándolos para el cielo, sino creando un pueblo en el que
vivir, y a través de cuya vida en comunidad pueda reproducir su propia vida y
carácter. (Gordon Fee)
Este es el sentido del trasfondo. Filipos era
una colonia romana, esto es Roma fuera de Roma, de manera que el emperador, con
tal de mantener un puesto de control militar para la zona, otorgaba la calidad
de ciudadanía a los romanos de Filipos y para sus hijos. Pablo usa esta
situación para decirles que ellos tienen una ciudadanía superior y que son un
pueblo santo, aunque en este mundo, y que se espera de ellos que manifiesten
los valores del reino, no solo de manera individual, sino también de manera
colectiva como pueblo de Dios.
Así que, lo que les va a pedir es que haya en
ellos este mismo sentir de Cristo, no solo en algunos individuos, sino en todos
como comunidad, como pueblo de Dios. Y al vivir así, estarán participando en el
progreso del evangelio, estarán combatiendo por la fe del evangelio. Y esta evangelización
colectiva es la base de la evangelización personal (Gene Getz)
¿A qué se refiere con tener el mismo “sentir” que Cristo?
“este sentir que hubo
también en Cristo Jesús”
Este – Demostrativo que indica que a continuación nos va a mostrar el
ejemplo concreto al que se refiere. Es decir, este “sentir” no algo oscuro,
vago, místico o subjetivo; sino que nos va a mostrar el ejemplo concreto para
que sepamos a lo que se está refiriendo con este “sentir”.
Hubo – refiriéndose a un pasado histórico,
a un suceso real y que para ese entonces aún se contaba con testigos de ello.
En Cristo Jesús – Este es
el ejemplo para la vida espiritual. La referencia es concreta a Cristo Jesús,
nuestro salvador.
Dios nos salva, nos da de su Santo Espíritu,
nos coloca en un pueblo para desarrollar la vida espiritual. Nos empieza a
transformar a la imagen de Su Hijo Jesucristo. Y ahora, Jesucristo no es solo
nuestro Salvador, sino que además es nuestro ejemplo.
Ø Amor que se despoja a sí mismo,
voluntariamente, por el bien del otro
6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios
como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí
mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
Aquí
hay mucho qué decir, pero que a la vez es algo enigmático. Piense lentamente en
ello, Dios hecho hombre. Además de ser algo sorprendentemente
maravilloso; uno tiene que pensar en qué estaba en la mente de Cristo para
hacer tal cosa. Los “grandes” de este mundo no se despojan de sus posiciones,
privilegios y posesiones.
Qué
había en la mente de Cristo, que es aquello que el apóstol quiere que imitemos.
Definitivamente
que el ejemplo de Cristo es singular. Pero hay algo que Dios quiere que
manifestemos como iglesia local; esto es, un amor donde cada uno se despoja a
sí mismo por el bien de los otros.
Notemos
el verbo en voz activa. Jesús mismo es quien realiza la acción de despojarse a
sí mismo. No es despojado por nadie, no está bajo la acción de nadie más. Es
algo que el hace voluntariamente. Y esto es lo que se pide de cada uno de
nosotros como pueblo de Dios, un amor que se despoja así mismo,
voluntariamente, por el bien de los demás.
Ø Amor que se sacrifica por el bien del otro
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Este tipo de amor que se nos pide,
según el ejemplo de Cristo, es un amor sacrificial.
Esto va en contra de la manera de
pensar de este mundo, donde queremos evitar al máximo el sacrificio y el dolor.
Incluso en nuestro Señor Jesucristo, la idea del sufrimiento nos parece algo
molesta, tenemos aversión a la Cruz. Lutero decía que la Cruz era una señal
para distinguir la verdadera teología.
Debido al mal uso dado por el hombre al conocimiento de Dios manifiesto
en sus obras, Dios decretó ser nuevamente reconocido en el sufrimiento, y
condenar la sabiduría concerniente a las cosas invisibles por medio de la sabiduría
concerniente a las cosas visibles, de forma que aquellos que no honraron a Dios
cuando se manifestó́ en sus obras le honren al estar oculto en su
sufrimiento...
Ahora, a nadie le es suficiente ni le hace bien
alguno reconocer a Dios en su gloria y majestad, a menos que le reconozca en la
humildad y vergüenza de la cruz... la verdadera teología y el reconocimiento de
Dios se encuentran en el Cristo crucificado...
Martin Lutero, La Disputación de Heidelberg. Explicación a la Tesis 20
Martin Lutero, La Disputación de Heidelberg. Explicación a la Tesis 20
Nuevamente
notamos la voz activa del verbo, mostrando que es Jesús mismo quien se humilló
y no es que fuera humillado por alguien; sino que voluntariamente obedeció
hasta la muerte y muerte de cruz.
¿Quiere
acaso Pablo implicar que hemos de tener un amor del tipo sacrificial?
Ese
es el evangelio. Ese es el sentir de Cristo.
Un
amor que sirve sacrificialmente por el bien de otros, obedeciendo a Cristo.
¡Voluntariamente!
Ø Amor que no se exalta a sí mismo
9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un
nombre que es sobre todo nombre,
Ahora
tenemos un cambio en la voz del verbo, ¿lo notaron? Ahora es voz pasiva. Cristo
no se exaltó a sí mismo, sino que fue objeto de la acción del Padre, fue Dios
Padre el que le exaltó hasta lo sumo.
Este
es un amor que no se exalta a sí mismo.
Es
un amor que sirve fielmente sin esperar recompensa alguna o reconocimiento. Ese
es el tipo de amor que se pide de nosotros. Ya Dios se encargará de recompensar
nuestros pequeños, débiles e intermitentes intentos de servirle. Y él es un
Dios galardonador.
Ahora,
en definitiva, que el ejemplo de Cristo es único y sublime, y debe llevarnos a
la admiración, a la adoración y a la imitación de Cristo.
Ø Amor que tiene esperanza
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que
están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y
toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
El
tipo de referencia es similar a cuando llegaba un nuevo emperador, un nuevo
César. Se proclamaba el “evangelio” del nuevo emperador, diciendo algo de su
origen y su camino al trono y de su dignidad para gobernar. Se le mostraba como
hijo de los dioses y lleno de poder para establecer la justica y liberar a los
oprimidos de los tiranos opresores.
Por
ejemplo,
“Puesto que la Providencia (Pronoia) la cual ha ordenado todas
las cosas y está profundamente interesada en nuestras vidas ha puesto la más
perfecta orden dándonos a Augusto, a quien ella ha llenado con virtud (poder
divino) para que el beneficie a la humanidad, mandándolo a él como un
Salvador (Soter), tanto para nosotros como para nuestros descendientes,
para que acaba la guerra y ordene todas las cosas, y como el, Cesar, por su
aparición (phaneis) [excedió aun nuestras anticipaciones], superando a
todos los previos benefactores (euergetai), y no dejando aun para la
posteridad alguna esperanza de superar lo que él ha hecho, pues desde el
nacimiento del dios Augusto fue el principio para el mundo de las buenas nuevas
(euangelion), que vino por causa de él…”
Dittenberg, Orientis
Graeci inscriptiones selectae (2 vols.; repr. Hildesheim 1960) number 458.
Trans. A. D. Nock in Early Gentile Christianity and its Hellenistic
Background (repr. New York, 1964), 37 (Essays, 79). Citado en Everett
Ferguson, Backgrounds of Early Christianity Third Edition (Grand
Rapids: W. B. Eerdmans Pub. Co., 2003) pg. 46.
Cristo
fue a la cruz con el gozo puesto delante de él. Su pensamiento era
esperanzador, confiando en el reino de Dios que venía.
Pero
este César, tiene una historia singular. El Evangelio de Cristo. Que
vino a morir por los pecados de todos los hombres. Derrotando al imperio de la
muerte. Trayendo una salvación tan grande. Resucitó al tercer día y ascendió a
los cielos. Y ahora ha enviado a su Santo Espíritu quien mora en su pueblo, a
los cuales está transformando, dando fruto y llevándolos a la imagen de Cristo;
y por medio de ellos está extendiendo su reino, liberando a los cautivos del
reino de las tinieblas y trasladándolos a su reino de amor.
Estamos
llamados a manifestar este mismo sentir que hubo en Cristo, un amor que tiene
esperanza. Que trabaja con gozo. Que ora por los demás con esperanza no con
decepción. Que espera lo mejor de los demás, que sabe que el reino de Cristo
triunfará y un día le ovacionaremos de pie.
Ø Amor que glorifica a Dios
para gloria de Dios Padre.
Finalmente,
todo redundará para la gloria de Dios.
Cristo
padeció teniendo una gran estima por la gloria de Dios. En la cruz nos mostró
cuán importante era la gloria de Dios, al punto del sacrificio.
Nosotros,
naturalmente, vivimos ajenos a la gloria de Dios. No nos importa Su gloria,
sino nuestro beneficio, satisfacción y plenitud. Somos apáticos a la gloria de
Dios. Amamos la gloria de los hombres.
Pero
cuando el Espíritu Santo obra en nosotros, la gloria de Dios adquiere un nuevo
significado. Ahora hay un deseo creciente porque Dios sea glorificado.
Si
estamos en un problema, ahora nos preguntamos, ¿cómo puedo glorificar a Dios en
medio de esto?
Si
tenemos una discusión o desavenencia, pensamos, ¿cómo glorifico a Dios en esto?
¿Será que debo perdonar? ¿será esto más valioso que la gloria de Dios? ¿puedo
soportar la ofensa? ¿hay algún camino para el diálogo y el razonar con mi
hermano?
Somos
llamados a tener un amor que glorifica a Dios; no solo en lo individual,
sino como pueblo, como iglesia local. Y eso es lo que dice nuestro pacto de
iglesia. Un servicio que se despoja, que es sacrificial, pero que lo hace por
una CAUSA TAN GRANDE.
¡Lo
vale!
Todo
aquel que ha solicitado su membresía en esta iglesia local, tiene este pacto
que manifiesta lo mucho que valoramos el ser iglesia de Cristo.
Conclusión
La encomienda es corporativa, no
individualista. La encomienda no implica que todos seremos iguales, no hay
masificación.
Una iglesia con el sentir que hubo en
Cristo, es una iglesia que brillará, para iluminar esta generación y para la
gloria de Dios.
Ahora, algunos dirán, si ya es difícil que
este tipo de sentir se desarrolle en una persona, ahora verlo en toda la
iglesia, ¡es imposible!
Ahí es donde entra la labor divina del
Espíritu Santo, quien produce en nosotros tanto el querer como el hacer por
su buena voluntad.
Este sentir en la iglesia, el pueblo de
Dios, es un fruto del Espíritu Santo; no solo en los creyentes en lo
individual, sino, aún más en lo colectivo como iglesia local. Eso sí que es
radical, sorprendente y definitivamente, algo divino; porque humanamente
hablando, es imposible, pero ahí se muestra la gloria del evangelio, queda exhibido
no solo a la comunidad de creyentes que disfruta de la comunión, a la comunidad
de no creyentes que son “evangelizados” por este ejemplo de vida y hasta a los
seres angelicales les queda el testimonio del poder de Dios para salvación y la
transformación que se logra por su gracia al mandar a Su Hijo a salvarnos y
transformarnos a su imagen.
Ahí, en una iglesia local con este “sentir”
se glorifica a Dios por su gracia manifestada en Cristo.
Este mismo sentir no es solo por casos de
desavenencias o problemas interpersonales. Sino para vivir en unidad y no como
creyentes independientes.
Dios está edificando su iglesia con piedras
vivas, pero no es suficiente tener piedras muy bonitas pero separadas, es
necesario que esas piedras, sí sean bonitas, pero que estén juntas.
Este pueblo, con el sentir de Cristo,
brilla en la oscuridad, modela el evangelio. O sea, predica el evangelio
corporativamente lo cual es la base de la predicación individual.
El reino futuro, ya en esta tierra
manifestado en la iglesia local.
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