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domingo, 13 de julio de 2014

El mensaje del profeta Isaías - Sesión 2 (Isaías2:1-5)



Isaías – segundo mensaje
I.        Visión de esperanza – 2:1-5
a.       La visión es teocéntrica                                                                              (centrada en Dios)
b.      La preeminencia de Sion sobre todas las naciones         (visión mundial)
c.       La justicia sale desde Sion para todas las naciones         (justicia)
d.      La paz es establecida en la tierra                                            (paz)
e.      El llamado a vivir de acuerdo a la visión                                               (tomando nuestra parte)

Lo que[a] vio Isaías, hijo de Amoz, concerniente a Judá y Jerusalén.
Y acontecerá en los postreros días,
que el monte de la casa del Señor
será establecido como
[b] cabeza de los montes;
se alzará sobre los collados,
y confluirán a él todas las naciones.
Vendrán muchos pueblos, y dirán:
Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob;
para que nos enseñe acerca de sus caminos,
y andemos en sus sendas.
Porque de Sion saldrá la ley
[c],
y de Jerusalén la palabra del Señor.
Juzgará entre las naciones,
y hará decisiones por
[d] muchos pueblos.
Forjarán sus espadas en rejas de arado,
y sus lanzas en podaderas.
No alzará espada nación contra nación,
ni se adiestrarán más para la guerra.
Casa de Jacob, venid y caminemos a la luz del Señor.


Lo que vio”
El poder de las imágenes mentales.
Isaías no estaba ciego a las realidades presentes de su tiempo. Con una pasión que pocos podrían igualar el día de hoy, habló en contra de la injusticia: políticas injustas y religión hipócrita. Pero fue esta visión del futuro lo que lo inspiró. Para él, la religión nunca fue un escape de la realidad sino una fuente de la cual recibió la fortaleza que necesitaba para enfrentarla cara a cara. Así es como nosotros también debemos vivir.
Isaías tiene una visión de parte de Dios y la comunica al pueblo, ¿para qué?, ¿con qué propósito les dice lo que ha visto?
Isaías va a infundir esperanza a un pueblo que se encontraba “con el corazón desfallecido” como les dijo en el capítulo 1.

LA VISIÓN DE DIOS ANIMA NUESTROS CORAZONES, los APASIONA de VERDAD
(televisiña deportes, apaxionados de verdad)
Esos corazones apáticos, o esos corazones desfallecidos o esos corazones con pasiones desordenadas, son transformados cuando llegan a contemplar realmente la visión de Dios.
LA VISIÓN DE DIOS PROPORCIONA UN SENTIDO DE DIRECCIÓN A NUESTRAS VIDAS
La visión de Dios nos proporciona la dirección hacia la cual hemos de avanzar, como decía el apóstol Pablo, ahora prosigo a la meta… No somos como barcos a la deriva llevados por todo viento, ni como hojas que ahora el viento lleva hacia un lado y otrora hacia el otro lado.
LA VISIÓN DE DIOS PROPORCIONA UN SENTIDO DE DISCIPLINA PARA LA VIDA
La visión nos permite además tener un sentido de disciplina para mantener el rumbo, sabiendo ya a dónde nos dirigimos. Nos disciplinamos para correr, no como a la ventura.
LA VISIÓN DE DIOS PROPORCIONA UN SENTIDO DE DINAMISMO PARA LA VIDA
La visión de Dios nos da ese sentido de dinamismo a nuestra vida, de manera que no nos quedemos estancados o caminando en círculos. Hay un lugar a dónde ir y una pasión que nos lleva hacia allá. Tenemos sentido, pasión, compañeros… de otra manera solo podemos evaluar eventos, actividades o planes anuales y semestrales, pero con el sentido de dinamismo, realmente sabemos que estamos avanzando, no que ya lo haya alcanzado, ni que ya sea perfecto, pero prosigo por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.

La visión no es como “tirarle a la luna con el fin de llegar lo más lejos que pueda”
No se trata de algo imposible a lo cual le “tiro” sabiendo que aunque no lo logre, pero como tengo metas muy altas, por lo menos sé que haré el mejor de mis esfuerzos. ¡NO! La visión de Dios es real y se cumplirá, porque no depende de nosotros, sino de Dios.
El que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.

Lo que vio Isaías, hijo de Amoz
Recordemos que esta visión la vio Isaías, hijo de Amoz.
En primer lugar, la visión es transmitida por un profeta del Señor, reconocido en Israel. Dios no se revelaba a través de un grupo de persona, como algunos pretenden enseñar sobre los llamados “hijos de los profetas”, quienes solo eran discípulos que estaban recibiendo enseñanzas del profeta, pero no que estaban aprendiendo a ser profetas. Porque a ser profeta no se aprende, esto solo viene por llamamiento de Dios y un poco más delante Isaías va a autenticar su llamado al ministerio.

En segundo lugar, recordamos que la visión se va a cumplir porque “YHWH es Salvación”, la salvación viene del Dios Todopoderoso, y él es “Fuerte” para cumplir lo que en esta visión ha presentado. Es decir, la visión no puede ser frustrada, ni aún si el hombre se propusiera frustrar el plan. Como cuando los hermanos de José dijeron: “vamos a echarlo a la cisterna y a ver si ahora se cumplen sus sueños”… Pues sabemos que aunque ellos procuraron frustrar la visión de Dios, Dios encaminó todo para bien, para cumplir con sus propósitos.

La visión se cumplirá por el poder de Dios, el Eterno, el Señor del Universo.

Ejemplo de visión personal.
El 28 de Agosto de 1963 Martin Luther King proclamó frente al Lincoln Memorial lo siguiente:
"Tengo un sueño: que algún día en las rojas colinas de Georgia, los hijos de esclavos anteriores y los hijos de anteriores dueños de esclavos se sentarán juntos en la mesa de la hermandad…
Tengo un sueño: que mis cuatro hijos pequeños algún día vivirán en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter."

La visión Bíblica es mayor, va más allá de la manera en que negros y blancos se relacionan. Esta mañana quiero taladrar ese sueño, desmenuzarlo bajo la lente de la visión Bíblica completa y a gran escala del propósito de Dios para el mundo, y entonces como iglesia, hacer el llamado a ser parte consciente de él.
La iglesia bíblica Unidos en Cristo ha de ser parte consiente de LA GRAN VISIÓN DE DIOS.
Y acontecerá en los postreros días
Digo esto, porque Isaías ve que esto acontecerá en los postreros días. Y hermanos, ya estamos en los postreros días. Y en estos postreros días Dios nos ha hablado por su Hijo y nos ha llamado a ser Su Pueblo… ¡El reino de Dios está entre vosotros!
Nos ha dado ya Su Perdón y Su Santo Espíritu morando en los creyentes.
Un ejemplo de visión para la iglesia – John Piper
Nos hemos acostumbrado a placeres tan pequeños, sin emoción, perecederos, inadecuados que nuestra capacidad de regocijarnos se ha marchitado, y por eso nuestra adoración se ha marchitado.
Pero tengo un sueño para nuestra iglesia, y lo que el servicio de adoración podría ser si todos en ella fueran hedonistas cristianos. Yo sueño una hora cada semana, una hora totalmente diferente a las demás horas, es una cita corporativa cada semana con el Dios viviente. Un cuarto lleno de personas que desde el fondo de sus corazones dicen:
“Cuando estaba en el desierto de Judá. Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua.” (Salmos 63:1)
Sueño con una reunión de personas que aman la conversación de amistades cristianas, pero que por amor a la profundidad de esa misma conversación, la abandonan por una hora y durante el preludio del piano se inclinan en oración sincera para que el Espíritu de Dios descienda sobre nuestra adoración y sacuda este lugar con su poder. Sueño con familias de creyentes reunidas el domingo en la mañana genuinamente felices en Dios, como familias que están en su primer día de vacaciones, o alrededor de un gran pavo en el día de acción de gracias, o al lado de un árbol de navidad cuando se están repartiendo los regalos. Corazones libres para regocijarse, libres para decir “¡AMÉN!” cuando el coro nos lleva a Dios, o cuando la alabanza del piano entroniza al Rey de Reyes, o cuando los predicadores hablan alguna verdad incomparable del evangelio. Yo sueño una hora juntos, donde el rencor se desvanece y las viejas heridas irritadas se sanan con el calor del regocijo en el Señor. Una hora donde los santos abatidos absorben el poder y la fuerza del Señor para volver a trabajar renovados y fuertes para el lunes. Sueño con personas reunidas, hambrientas por escuchar la Palabra de Dios, y para hacer ruidos de júbilo al Dios de su salvación a son de cantos, órganos, pianos y trompetas, y flautas, cuerdas, címbalos y voces. Yo sueño una vez a la semana con ustedes, donde nos encontremos con Dios juntos en tan real y evidente manera que los visitantes entren y digan: “¡Ciertamente Dios está en este lugar!”
No es meramente un sueño. Es la voluntad de Dios para con nosotros y es lo que está sucediendo. 

que el monte de la casa del Señor
subamos al monte del Señor
a la casa del Dios de Jacob;
para que nos enseñe acerca de
sus caminos,
y andemos en
sus sendas.
Porque de Sion saldrá
la ley[c],
y de Jerusalén
la palabra del Señor.
Juzgará entre las naciones,
y hará decisiones por[d] muchos pueblos
LA VISIÓN ES TEOCÉNTRICA
Esta visión no es una visión nueva.
No es una visión novedosa.
No es una visión traída por un “gurú del cambio”
No es una visión centrada en el ser humano, sino en proveniente de Dios, centrada en Dios y para el bien de la humanidad.
La visión bíblica es una visión enraizada en el pensamiento de Dios y en la misma persona de Dios.
Es una VISIÓN DE LA SUPREMACÍA DE DIOS SOBRE TODAS LAS NACIONES
Se refiere a personas de cada raza, cada lenguaje y cada tribu unidas con pasión por la supremacía de Dios en todas las cosas.
Dios dirige la historia hacia allá.
A esto se dirige IBUC, nuestra iglesia, y hacia allá va también la bella ciudad de Monterrey y todo México.
Lo vemos en Apocalipsis, toda lengua y nación postrada ante el trono de nuestro buen y soberano Dios
"Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque Tú fuiste inmolado, y con Tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra."
será establecido como cabeza de los montes;
y confluirán a él
todas las naciones.
Vendrán muchos pueblos, y dirán:
Juzgará entre las naciones,
y hará decisiones por
[d] muchos pueblos.
No alzará espada
nación contra nación,

LA VISIÓN ES MUNDIAL
Esta no es una visión que abarque solo a una cultura, sino que va más allá, a todas las naciones, a todos los pueblos. Y nosotros como iglesia local, hemos de alinearnos con esta visión.
 Uno puede ver la situación actual y preguntarse: ¿en serio Dios? ¿todas las naciones?
Isaías pudo ver a su alrededor y considerar a Sión pequeña entre las naciones, incluso rodeada por otras naciones, hecha tributaria, débil y dominada.
Pero la visión de Dios no es un sueño ilusorio. No es una utopía.
Lo mismo pudo pasar por la mente de los discípulos cuando les dijo Jesús: “Hagan discípulos a todas las naciones”
No se nos dice que Pedro objetara: “¿en serio Señor... no podemos conformarnos con la colonia o provincia?
Y semanas después las autoridades les estaban diciendo: “¿No les mandamos que no enseñaran y ahora han llenado a Jerusalén con su doctrina?”
Y años después, pablo diría, “todo lo he llenado con el evangelio de Cristo”
La iglesia se ha alineado con la VISIÓN MUNDIAL de Dios y ha estado predicando el evangelio hasta lo último de la tierra y evidencia de ello, somos nosotros.
Nosotros que estamos hasta el otro lado del mar, en el último rincón del mundo, y nos ha llegado el evangelio de la Gracia de Dios.
Como iglesia local debemos ser parte consiente de esta VISIÓN MUNDIAL DE DIOS.
LA VISIÓN ES DE JUSTICIA
para que nos enseñe acerca de sus caminos,
y andemos en
sus sendas.
Porque de Sion saldrá
la ley[c],
y de Jerusalén
la palabra del Señor.
Juzgará entre las naciones,
y
hará decisiones por[d] muchos pueblos.

La visión es de justicia en el mundo.
Esta justicia viene solo por someterse a la palabra del GRAN REY.
La justicia viene de andar en los caminos o sendas del Señor.
Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte.
CRISTO es el camino, nadie viene al Padre sino es por él.
CRISTO es nuestra justicia.
CRISTO es nuestro juez justo.
La iglesia ha de tomar su lugar en esta visión del Señor y HACER JUSTICIA.
La iglesia debe de dar “frutos de justicia que son por medio de Jesucristo para gloria de Dios Padre”

Y el fruto de la justicia es la paz.

LA VISIÓN ES DE PAZ
Forjarán sus espadas en rejas de arado,
y sus lanzas en podaderas.
No alzará espada nación contra nación,
ni se adiestrarán más para la guerra
.

Solo imagíneselo.
La iglesia debe ser una comunidad de personas que son pacificadores.
Que saben cómo estar en paz con todos los hombres, que piden perdón, que restituyen, que buscan glorificar a Dios en sus relaciones interpersonales. Que tienen buen ojo.
Y que llevan por todo lugar el Evangelio de la Paz, ése es su calzado, así caminan. Sus sendas son sendas de paz. Aún presentan defensa con mansedumbre y reverencia, sin ser contenciosos por si quizás Dios les conceda que se arrepientan y escapen del lazo del Diablo.
El creyente, hasta puede poner la otra mejilla; soportar el agravio con el propósito de llevar adelante el ministerio de la reconciliación.

EL LLAMADO
Casa de Jacob, venid y caminemos a la luz del Señor
Ahora el llamado es para el pueblo de Dios.
CAMINEMOS a la luz del Señor.
El llamado es para el presente.
El llamado es comunitario.
El llamado es activo.
El llamado tiene un rumbo claro – luz
El llamado es de Dios.

La visión de la iglesia – las bodas del Cordero
Vivir de acuerdo a la visión. (plantando iglesias, sirviendo a la comunidad, participando de misiones)
La visión y los afectos religiosos.
La falta de visión nos hace tener un panorama terrenal de la iglesia. (ser criticones)
La visión nos señala el rumbo, las prioridades, los valores y las actividades a realizar.
Sin visión, podemos perdernos en un bosque.
La visión y la pasión.
La visión de Cristo y de su iglesia.
La visión tipo “túnel”
Una visión que toma en cuenta la historia es una visión humilde.
Una visión que toma en cuenta la historia es una visión centrada en la acción de Dios.
Una visión correcta nos da unidad.
Una visión correcta nos hace apreciar la obra de Dios y ver la gracia de Dios obrando en los creyentes.
Una visión correcta nos hace ver de manera realista la situación actual, con esperanza.
¿Qué es lo que ves?
¿Tienes la visión de Dios?
Donde toda lengua confesará y toda rodilla se doblará ante Cristo.
Donde todos los creyentes somos conformados a su imagen. Santificados y glorificados.
Donde los creyentes vivimos en amor.

Señor, inunda nuestra iglesia con una pasión para abrir los ojos de los ciegos. Inúndanos con una pasión para hacer aquello que Dios utiliza para generar el nuevo nacimiento.

Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,
30 mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.
31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.


lunes, 9 de junio de 2014

El llamado del Evangelio a Vivir Intensamente la Libertad Cristiana

lunes, 26 de mayo de 2014

El llamado del Evangelio a no ser tolerante con el pecado

El Mensaje de 1° Corintios - 3° Parte
El llamado del Evangelio a no ser tolerantes con el pecado - por Carlos Astorga
1 Corintios 5 - 6

lunes, 19 de mayo de 2014

El Llamado del Evangelio a la Unidad

El Mensaje de 1° Corintios - 2° Parte
El llamado del Evangelio a la Unidad - por Carlos Astorga

domingo, 18 de mayo de 2014

martes, 6 de mayo de 2014

La Centralidad del Evangelio - 1 Corintios 15:1-11



Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
“…para que el mundo crea.” Juan 17:20-23
4 Mayo 2014
La centralidad del Evangelio
Propósito General: Mostrar la importancia y el contenido del Evangelio, de tal manera que cada creyente pueda conocer, apreciar y proclamar el evangelio.
Pasaje: 1 Corintios 15:1- 11
Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.
Introducción.
            Uno de los deberes más importantes de todo ministro es predicar el evangelio. Si hay algo que la iglesia cristiana guarda con gran celo, es el evangelio. Repetidamente las Escrituras nos advierten del peligro del engaño, nos dicen que vendrán engañadores tratando de desvirtuar el evangelio de Dios. Como iglesia, nos encontramos en medio de una batalla espiritual y nuestro enemigo es un hábil maestro del engaño y del disfraz. Por ello, es necesario que estemos calzados los pies con el apresto del Evangelio de la paz, para estar firmes en medio de la batalla.
            El evangelio es muy importante y es central en la vida de la iglesia. Cuando el apóstol Pablo habla a los creyentes sobre las ofrendas para los hermanos necesitados, relaciona sus exhortaciones con el evangelio. Cuando nos habla sobre cómo deben ser las relaciones matrimoniales, cita el evangelio; cuando nos dice cómo deben ser nuestra vida laboral, cita el evangelio; cuando habla de las relaciones personales dentro de la iglesia, cita el evangelio; cuando habla de la labor de un ministro, cita el evangelio; cuando habla de la vida familiar, cita el evangelio. El evangelio es importante, central y base para toda otra dimensión en la vida de un creyente.
Es por ello muy importante que sepamos qué es el evangelio, qué implica y que entonces vivamos como es digno del evangelio y hagamos nuestra la causa del evangelio.
En 1 Corintios 15, el apóstol Pablo les dice a los corintios:
“…os declaro el Evangelio
que os he predicado
el cual también recibisteis,
en el cual también perseveráis,
por el cual… sois salvos”

En este pasaje, Pablo dice que va a declarar el evangelio. Que es el evangelio que él les predicó y que ellos mismos recibieron, en el cual además perseveran y por el cual son salvos.

Así que consideraremos un poco este pasaje, para observar lo que el apóstol dice acerca de este evangelio.

I.                   El Evangelio es Cristológico
“…que Cristo
murió…
que fue sepultado…
que resucitó al tercer día…
que apareció…”

En primer lugar, podemos observar que el evangelio se trata de la obra de Cristo, en particular, su muerte, sepultura y resurrección. No existe proclamación del evangelio si no se ha mencionado a Cristo. Nuestras historias personales tanto de conversión como de bendiciones recibidas en nuestro andar con el Señor no son el evangelio; pueden servirnos para ejemplificar o introducir el evangelio, pero no constituyen la sustancia del evangelio. El apóstol tenía también su propio testimonio de conversión, y en otras ocasiones lo mencionó, pero siempre para dirigir la atención hacia el evangelio, o sea, hacia la obra de Cristo.

Como iglesia evangélica, somos trinitarios con un énfasis en Cristo.
No solo se menciona el nacimiento de Cristo o su vida de virtud y milagros, sino su muerte, sepultura y resurrección como los asuntos centrales del evangelio.

“La Escritura contempla la obra de Cristo como una obra de obediencia… incluso en sus sufrimientos y muerte nuestro Señor no fue el receptor pasivo de aquello a lo que fue sujetado. En sus sufrimientos él fue supremamente activo, la muerte misma no le sobrevino como le sobreviene a todos los hombres. Sus propias palabras fueron: «Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo.» Fue obediente hasta la muerte, como nos dice Pablo.” (Murray)

Gracias al sacrifico de Cristo nuestros pecados son perdonados y podemos acercarnos al trono de la gracia de Dios.

Como cuando Ester se acercó al trono del rey sin ser llamada. Ella podía morir al hacer esto, solo se salvaría si el rey extendía su cetro hacia ella, lo cual hizo Asuero.
Pero nosotros no hallamos gracia delante de Dios, al contrario, su ira.
Gracias al sacrificio de Cristo en nuestro lugar, su cetro de gracia está siempre extendido hacia nosotros y nos permite acercarnos confiadamente a él.

El evangelio, se trata de Cristo.

II.                El Evangelio es Teocéntrico
“…por nuestros pecados…”
El apóstol nos dice que el evangelio se trata de que Cristo murió por nuestros pecados, y esto nos relaciona directamente con Dios mismo, pues al referirse a pecados hemos de saber que estos son cometidos contra Dios mismo.
Algunas personas tratan de despersonalizar el asunto de los pecados, hacerlos ver como faltas, fallas, errores, debilidades, etc. Como un algo que tienen que cambiar, pero no como un contra alguien que tienen que enfrentar. Al pecar, tratan de pensar que no es un asunto personal. Pero el pecado siempre es un asunto personal, el pecado siempre es contra alguien, específicamente, contra Dios.
“… no se ha podido conceptualizar correctamente… el pecado … puesto que lo único que puede marcar la diferencia en cualquier concepción posible… es lo que puede significar y significa la frase “delante de Dios”, ésta frase condiciona de manera tal al hombre que forzosamente le implica una relación con Dios, es una relación que comprende un aspecto particular y ontológico; aspecto que por consecuencia establece una correspondencia entre el pecado y Dios, consecuencia que es obvia puesto que el pecado solo tiene significación delante de Dios como tal. No hay pecado que esté fuera de esta relación entre el individuo existente y Dios, o más claramente no tiene significado hablar del pecado cuando no se tiene la idea de aquel que lo comete y contra quien lo comete.” (M. Flores)
            El evangelio nos enfrenta con el hecho de que hemos ofendido a Dios. Y nuestro pecado es una ofensa al carácter santo de Dios. Al pecar, menospreciamos su gloria y acarreamos su ira. No solo nos comportamos como enemigos de Dios, sino que también Dios mismo se vuelve en nuestro enemigo.
            La obra de Cristo fue por nuestros pecados, con ello satisfizo la ira de Dios, de tal manera que un Dios Santo y glorioso nos amara a nosotros, que somos pecadores.
“El pecado suscita el santo desagrado, la ira de Dios… el propósito de la propiciación es quitar este desagrado… la propiciación no es una conversión de la ira de Dios en amor… Una cosa es decir que el Dios lleno de ira es transformado en amante. Esto sería absolutamente falso. Otra cosa es decir que el Dios lleno de ira es amante. Esto es profundamente verdadero… Esta propiciación es el fruto del amor divino que la proveyó. «En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.» (1 juan 4:10)… la propiciación muestra el precio que implica el amor redentor… Dios aplaca su ira santa en la cruz de Cristo con el fin de que el propósito de su amor para con los perdidos pueda ser cumplido en conformidad con (y para vindicación de) todas las perfecciones que constituyen su gloria.” (Murray)

III.             El Evangelio es Bíblico
“…conforme a las Escrituras…”
            Hay muchas falsas enseñanzas que aunque citan las Escrituras, no son conforme a las Escrituras.
El evangelio es conforme al mensaje total de las Escrituras.
Como mencionaba en el estudio “hacia un entendimiento de los nuevos movimientos religiosos”:
Las herejías no son nuevas y en cada caso hay que examinar cada caso en particular, si lleva a una reforma de la iglesia o si son movimientos que amenazan los elementos centrales de la fe cristiana. La distinción es tan difícil, que cada paso debemos de darlo con temor y temblor, pues siempre existe el peligro de que lo que pensamos que es herejía, sea obra de Dios, y que lo que pensamos que es obra de Dios, sea herejía.
Por el estudio de la historia de la iglesia, nos podemos dar cuenta de algunos casos que nos pueden servir de advertencia:
1.       Al parecer todos los grandes herejes fueron personas sinceras, que creían tener razón.
2.       A pesar de sus errores, los herejes han tenido una función positiva en los designios de Dios.
3.       El surgimiento de las falsas doctrinas no es índice de falta de fe o de vitalidad en la iglesia, sino todo lo contrario.
4.       El poder de tales herejías no está en la mentira o el error que puedan conllevar, sino en la verdad que contienen.
Debemos ver que el evangelio es conforme a la totalidad del mensaje bíblico, está de acuerdo al mensaje de redención proclamado por La Ley, Los Profetas y Los Escritos. Es el mensaje de Jesús y los apóstoles.


IV.             El Evangelio es Histórico
“…muriófue sepultadoresucitóapareció…”
El evangelio señala hechos históricos, hechos que han ocurrido en el tiempo y en el espacio. No se trata solo de ideas, filosofías o leyendas, sino de hechos históricos.
“En la expiación se cumplió algo una vez por todas, sin participación ni contribución de nuestra parte… la expiación fue llevada a cabo en la naturaleza humana y en un tiempo determinado del pasado y acabado calendario de acontecimientos.” (Murray)
Cristo padeció bajo el gobierno de Poncio Pilato en un determinado tiempo, esta es una realidad histórica.

V.                El Evangelio es Apostólico
“…apareció a Cefas
Y después a los doce
Después a todos los apóstoles
Y al último… me apareció a mí. Porque yo soy el más pequeño de todos los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol…”
Hay un énfasis especial en la referencia a los apóstoles quienes recibieron las enseñanzas del Señor mismo y luego las pasaron a hombres fieles idóneos para enseñar también a otros.
No hay novedad en el evangelio. Es el evangelio que fue recibido y transmitido.

VI.             El Evangelio es Universal
“Porque o sea yo, o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.”
No es que haya diferentes evangelios. Solo hay un evangelio y sea que lo prediquen unos o que lo prediquen otros, es el mismo.
Siempre podemos asegurarnos del evangelio en la pluralidad de testimonios, tanto en la historia como con la comunión con iglesias contemporáneas.

Tengamos cuidado de grupos o movimientos religiosos que creen haber descubierto alguna verdad hasta entonces desconocida por el resto de los cristianos, y que hacen de ella la piedra de toque para distinguir entre los verdaderos creyentes y quienes no lo son.

VII.          El Evangelio es Personal
“…el cual también recibisteisperseveráissois salvos… así habéis creído.”
Es un evangelio que nos lleva no solo a conocer los hechos, sino también a una declaración o confesión de fe.
Nos lleva a considerar nuestra propia vida delante de Dios, nos lleva a la fe, al arrepentimiento, a la perseverancia, a la transformación, a la adoración.

VIII.       El Evangelio es Proclamado
“el evangelio que os he predicado… os he enseñado… así predicamos…”

El evangelio avanza por medio de la proclamación porque así le ha placido a Dios. Él podría mandar ángeles a anunciar el evangelio, o ponerlo en las mentes de las personas mientras duermen, o hacer sonar su voz desde el cielo; pero le ha pacido encomendarnos a nosotros el ministerio de la reconciliación.
Nuestro papel en el evangelismo consistir en comunicar a otros el evangelio esperando que el Espíritu de Dios los convenza de su verdad, nosotros solo somos mensajeros del gran Rey, sus heraldos, solo nos debemos limitar a transmitir lo que así mismo recibimos, con fidelidad, trabajar según la gracia de Dios en la proclamación del evangelio.
“No actuamos con engaño ni torcemos la Palabra de Dios.” (2 Co. 4:1-6)
“No nos predicamos a nosotros mismos.”

IX.             El Evangelio es transformador
“…sois salvos…
…por la gracia de Dios soy lo que soy y su gracia no ha sido en vano para conmigo…”

            La principal transformación efectuada por el evangelio de Dios, es la salvación.

            Pero la vida en el evangelio transforma la vida entera, no es en vano y nos lleva a un crecimiento en la comunión con Dios y con los hermanos, y a una vida de santidad, amor, gozo, paz, confianza y generosidad.