¿Debemos
Celebrar la Navidad?
Por estas fechas, cada año, escucho
de algunos Cristianos que no celebran la Navidad, o algunos aspectos que culturalmente
asociamos con la Navidad, como las luces, el pinito, Santa Claus y los regalos.
Quisiera dar algunas razones por las cuales yo sí celebro la Navidad, algunos
aspectos que no me gustan o no celebro, y una palabra para aquellos que no la
celebran.
¿Qué es la Navidad?
Es importante tener una definición de
lo que es la Navidad. Navidad viene del latín nativitas, [1] que quiere decir
“nacimiento”. Así que, básicamente, la Navidad es la celebración de la
encarnación; es decir el nacimiento del Dios hecho Hombre, nuestro Señor
Jesucristo. En la Navidad se celebra algo que ninguna otra religión alega: que
Dios se hizo carne con el propósito de salvar a sus criaturas de su pecado y su
destino, el infierno.
Esa es, entonces—idealmente—la razón
por la cual existe la Navidad. No son los regalos, ni las luces, ni el pinito,
ni dar amor. Principalmente es una celebración. Es una fiesta de cumpleaños.
Sin embargo, muchos alegan que no
debemos celebrar la Navidad. Me parece interesante que la mayoría de las
personas que proponen esto no son ateos o personas de otra religión (ellos
simplemente ignoran la razón y disfrutan de la época), sino Cristianos,
normalmente conservadores, y con buenas intenciones. Una de las principales
alegaciones es que no sabemos si Cristo nació el 25 de diciembre, y que más
bien ésta es una celebración Católica con orígenes paganos que no tienen nada que
ver con el deseo Cristiano-Protestante de ser regulados solamente por la
Palabra de Dios. Démosle, entonces, un vistazo al origen de esta celebración.
El Origen de la Navidad[2]
Dejemos en claro algo: la Biblia no
dice cuando nació Jesucristo. La mayoría de los teólogos hoy en día están de
acuerdo que muy probablemente Cristo no nació el 25 de diciembre, y no voy a
discutir las fechas que se proponen porque al final es hacer lo mismo, tratar
de poner una fecha cuando simplemente no sabemos.
El registro histórico muestra que la
primera persona en asociar el 25 de diciembre con el nacimiento de Cristo fue
un historiador Cristiano llamado Sextus Julius Africanus, y esto fue en el año
221 después de Cristo. Estamos hablando, entonces, que esta asociación entre el
nacimiento de Cristo y el 25 de diciembre comenzó hace más de mil setecientos
años. Igualmente, hay registro histórico de algunos de los primeros teólogos de
la iglesia postularon esta fecha como el nacimiento de Cristo.
¿Pero qué no era la Navidad, específicamente
el 25 de diciembre, una festividad romana/pagana que celebraba el dies
solis invicti nati, es decir, “el día del nacimiento del sol
inconquistable”? Hay que dejar otra cosa en claro: esta alegación no es
segura. ¿Una posibilidad? Sí. Pero el registro histórico no es claro
al respecto, hay historiadores que niegan esta asociación, y hay otras teorías
del porqué de la Navidad; así que decir con toda certeza que la Navidad no es
más que una tradición pagana no es correcto.
Pero vamos a suponer que sí, la
Navidad es la “cristianización” del dies solis invicti nati. ¿Entonces
qué hacemos? Esto que voy a decir ahora es mi opinión.
El Reino de Dios, representado por
los hijos de Dios, es superior al Reino Terrenal. Por lo tanto, los Cristianos
tenemos el deber y el poder de “redimir” ciertos aspectos de nuestra cultura,
siempre y cuando se haga con cuidado y con el propósito de expandir el Reino.
Un ejemplo contemporáneo sería cómo muchos Cristianos celebran el Día de la
Reforma el 31 de Octubre, en lugar de celebrar el Halloween.
Si hace mil quinientos años, los
Cristianos, cuya Fe se expandía vorazmente por el Imperio Romano y hasta los
lugares más remotos del mundo conocido, decidieron cambiar esa tradición pagana
por una tradición Cristiana... ¡bien por ellos! Hicieron una buena labor,
porque hoy en día nadie sabe lo de la tradición pagana, y
todo mundo sabe de la tradición Cristiana.
Es increíble que la celebración de la
Navidad tiene casi dos mil años, cuando hoy en día nadie sabe ni se acuerda de
la tradición pagana del dies solis invictinati. Es decir, los
Cristianos ganamos, si pudiera ponerlo de esa manera.
¿Pero... qué del pinito, las
decoraciones, y Santa?
Es verdad que antiguamente algunas
naciones paganas adoraban árboles. Igualmente, algunas civilizaciones (incluida
la Hebrea) veían el árbol como símbolo de la vida eterna. Pero eso a decir que
el pinito es lo mismo que la práctica pagana es otra cosa muy
diferente.
El uso del pinito como decoración
navideña se remonta a aproximadamente el siglo 16, en Alemania. En el siglo 17
se introdujo a los EUA a través de colonos alemanes, y en el siglo18 era una
tradición muy popular entre los Luteranos alemanes. Para el siglo 19 y 20 ya
era una tradición Cristiana popular alrededor del mundo, y algunos argumentan
que la figura del pino representa la Trinidad por su forma triangular; y por
supuesto, la estrella en la cima representa la estrella de Belén.
Aunque puede ser que el pino venga de
ciertas tradiciones alemanas no-Cristianas, para los Cristianos alemanes era
ciertamente una tradición Cristiana.
La tradición de las luces es
relativamente moderna por el obvio motivo de que la electricidad es una
invención moderna. Sin embargo, esta tradición se remonta al siglo 17, en donde
los Cristianos decoraban sus casas con velas para celebrar la Navidad.
La tradición de dar regalos data de
los finales del siglo 18, y es un recordatorio de que, así como Dios dio a su
Hijo, y como los Magos trajeron presentes a Cristo, los Cristianos debemos
igualmente ser dadivosos y dar regalos a los demás. Un regalo siempre es
inmerecido, al igual que Cristo.
En cuanto a Santa... no tiene nada
que ver con la Navidad, en mi opinión. Yo no soy uno que demonice a Santa
Claus. No me "rasgo las vestiduras" cuando veo a un Santa en el
centro comercial, o en la TV tomándose un refresco popular. Sin embargo, creo
que aquellos que incluyen a este personaje en su celebración deben de hacerlo
con cuidado. Yo, personalmente, no tengo problema con ponerme un gorro rojo de
vez en cuando, ya que lo hago en broma. Sin embargo, no tengo pensado decirles
a mis hijos que Santa les dio los regalos. No señor, si yo los compré entonces
yo se los regalé, no un hombre de barba larga con extraña vestimenta.
A mis hermanos que no celebran la
Navidad
Ya di algunas razones por las cuales
yo celebro la Navidad. Una última: la gran mayoría de la gente está
espiritualmente un poco más sensible en esta época. Es más probable que acepten
una invitación a la reunión de la iglesia, que lean algún folleto, vean una
película evangelística, escuchen villancicos o acepten una lectura de los Evangelios
en Nochebuena.
Además, no celebrar la Navidad es
visto con desconfianza por los que no creen. “¿Qué no son Cristianos? ¿Y no
celebran el nacimiento de Jesús? Han ser de alguna secta”. Es decir, no
celebrar la Navidad resulta muchas veces contraproducente.
Pero si tú, mi hermano, por motivos
de conciencia, o por cualquier otro motivo (por ejemplo, la secularización de
la Navidad, lo cual a mí también me preocupa), no celebras la Navidad... estás
en tu derecho. La Biblia dice que tenemos la libertad, y también la
obligación, de no ir contra nuestra conciencia. Igualmente, ya que la
celebración de la Navidad no es mandada en la Biblia, no estás obligado a
celebrarla. Los Puritanos no la celebraban, y tú no tienes qué hacerlo. No me
molesta ni me enoja, aunque no creo que sea la mejor decisión.
En cuanto a mí, sí celebro la
Navidad. Me gustan las luces, el pinito, y dar regalos (¡y recibir también!). Y
es verdad que el verdadero motivo de la Navidad se está perdiendo y está siendo
suplantado por otras cosas. Pero por la gracia de Dios, no será así en mi casa,
ni tampoco creo que se soluciona con actitudes a la Grinch.
Así que... ¿debemos celebrar la
Navidad? No debemos (no es una obligación), pero podemos (es
una oportunidad).
Sin más qué decir...
¡Feliz Navidad!
por Emanuel Elizondo