6 razones para celebrar la
Reforma
ÓGiancarlo Montemayor
Hoy día, algunos
cristianos tienen dudas en cuanto a celebrar la Reforma Protestante. Ellos
señalan las divisiones, guerras y fragmentaciones que surgieron en la iglesia a
partir de la Reforma. Sí, eso es lamentable. En cada evento humano, siempre
está el factor del pecado. Sin embargo, al pesar la balanza, yo sostengo que la
Reforma Protestante ha sido el avivamiento más grande de la historia de la
iglesia desde Pentecostés. Si eres cristiano, yo creo que harías bien en
celebrar la Reforma—¡por lo menos en el corazón!
Aquí te doy seis
razones para celebrar la Reforma:
1.
Si aprecias tener una copia de la Biblia
en tu idioma, deberías celebrar la Reforma
¿Los nombres
Cipriano de Valera y Casiodoro de Reina te suenan familiares? Son los
traductores de la Biblia en español Reina-Valera, que es la versión más leída
en todas las iglesias hispanas. Aunque, como dice mi amigo David Sills, la
reforma nunca cruzó los Pirineos como un movimiento masivo, también es verdad
que hubo pocos, pero grandes reformadores españoles como Valera y Reina que se
dieron a la tarea de proveer una traducción magistral al castellano. Si esta
mañana has leído tu Biblia en español, dale gracias a Dios por la Reforma.
2.
Si eres pastor y estás casado, deberías
celebrar la Reforma
Antes de la
Reforma, los clérigos tenían prohibido. Roma enseñaba—y aún enseña—que el
celibato es el estado civil más santo y que es requerido para todos los
sacerdotes, monjas y monjes. Lutero, tras leer la Biblia detenidamente,
escribió: “No existe nada en la Escritura que requiera el celibato. De hecho,
la Biblia quiere que la gente ‘se fructifique y multiplique ‘“[1].
Lutero no solo abogó por la abolición del celibato para los clérigos, sino que
ayudó a una monja a escaparse de un convento y se casó con ella para probar su
punto. ¡Bendito Lutero!
3.
Si sabes que tu trabajo secular glorifica
a Dios tanto como el trabajo de un pastor, deberías celebrar la Reforma
Un ingeniero
cristiano que hace su trabajo con excelencia es tan amado por Dios como John
Piper. Ambos tienen una tarea que hacer en el reino de Dios. Los Reformadores
se esmeraron mucho en elevar las tareas cotidianas que son hechas para el
Señor. “No solo son las personas dentro de la iglesia las que hacen la obra de
Dios “, comenta Lutero sobre 1 Pedro 2:9. “Oh, no. Todos somos sacerdotes. Por
tanto, todos hacemos la obra de Dios “.[2]
4.
Si aprecias la predicación expositiva de
las Escrituras, deberías celebrar la Reforma
Una de las
historias más fascinantes durante la Reforma es la de Juan Calvino. Cuando
Calvino fue exiliado de Ginebra por el concilio de la ciudad a causa de sus
múltiples reformas, se fue a Estrasburgo, Francia, donde hacía lo que más le
gustaba hacer: leer y escribir. Tres años le duró el gusto, porque Ginebra lo
llamaba de vuelta. Al volver, en vez de reprender a los que lo habían exiliado,
comenzó a predicar en el verso en el que se había quedado hace tres años. El
mensaje era claro: Calvino no tenía ninguna agenda personal, sino predicar
expositivamente la Escritura. ¡Gracias a Dios por hombres como Calvino que se
dedicaron a predicar todo el consejo de Dios!
5.
Si estás acostumbrado a escuchar el
evangelio de la justificación por gracia a través de la fe, deberías celebrar
la Reforma
La Reforma era
necesaria porque recuperó el evangelio. La pregunta fundamental para la
humanidad es ¿Qué debo hacer para ser
salvo? y la iglesia medieval titubeaba al responder. Aunque siempre debemos
orar por una reforma pacífica, el evangelio siempre debe ser retenido a todo
costo. ¿Cuántos han entrado a la eternidad pensando que su posición delante de
Dios estaba bien debido a sus rituales y compra de indulgencias? La Reforma
recuperó la proclamación clara de que podemos ser reconciliados con Dios solo a
través de la fe en Cristo.
6.
Si te regocijas al ver el evangelio
predicado por todo el mundo, deberías celebrar la Reforma
La Biblia fue
traducida al vernáculo para que la gente tuviera acceso a la Escritura. Esto, a
su vez, provocó un imperativo misionero, el cual fue testigo de muchos predicadores
enviados a toda Europa, Norteamérica, India y hasta Sudamérica. Hay registros
de que alumnos de Juan Calvino fueron enviados como misioneros primerizos a
Brasil.
Por estas razones
y muchas otras, celebremos la Reforma Protestante. Celebremos que el evangelio
ha llegado hasta los confines de la Tierra.
(si vives es Monterrey, México y deseas unirte a la celebración este 31 de marzo y 1 abril 2017, encontrarás la información en www.ibuc.mx)
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