Apocalipsis 21:1-7
Vi un cielo nuevo y
una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y
el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y
oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los
hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará
Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y
el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las
cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y
me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que
tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El
que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
“Vi” – Lo que nos relata el apóstol Juan es una visión divina.
La visión humana solo nos permite ver lo pasajero, lo que está delante de
nuestros ojos… pero lo que a continuación nos describe el apóstol Juan es una
visión divina.
“Un cielo nuevo y una tierra nueva” – Lo que vio es algo NUEVO.
“porque el primer cielo y la primera tierra pasaron” – Hay algo
que estaba primero, pero que ha pasado, ha dejado de ser.
“y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo,
de Dios” – Lo NUEVO proviene del cielo, de Dios.
“Y oí una gran voz del cielo” – Esta es una voz de autoridad,
es una gran voz que proclama algo que es totalmente seguro.
La Presencia de Dios
“que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los
hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con
ellos como su Dios.” – Esto es lo más grandioso de la visión: La
presencia de Dios mismo con ellos. ¡Dios con nosotros!, Una vida de comunión
con él. Su vida misma, su gracia y su perdón de una manera plena.
v Una
presencia de gracia.
v Una
presencia que da vida.
v Una
presencia de perdón.
v Una
presencia de comunión.
La Acción de Dios
“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos” – El consuelo
de Dios en donde hubo lágrimas. Ahí está Dios consolando.
“y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor”
– En esta visión, las primeras cosas han pasado. Esto es algo seguro y esto nos
debe ayudar en esta vida a enfrentarla con esperanza.
v Su
acción trae consuelo.
Las Palabras de Dios
“y el que estaba sentado en el trono” – El Dios SOBERANO y
Todopoderoso es el que va a pronunciar ahora las siguientes palabras.
“dijo: He
aquí, yo hago nuevas todas las cosas” – Solamente Dios puede hacer
nuevas todas las cosas. Solo él puede restaurar, solo él puede redimirnos, solo
él puede otorgar vida.
“Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.” –
Dios cumple sus palabras.
“y me dijo: Hecho está” – Gracias a la obra de Cristo en la
cruz, todo está hecho. La salvación es consumada cuando Cristo clamó en la
cruz: ¡CONSUMADO ES!
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas
viejas pasaron, he aquí, todas son hechas nuevas.” (2° Corintios 5:17)
v Su
palabra es la del Soberano del Universo.
v Su
palabra es Segura – fiel y verdadera.
v En
Jesucristo hay salvación, perdón, vida, restauración, ¡COMUNIÓN!
“Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin.” – Cristo
asegura la salvación pues él es quien “se las sabe de todas, todas”. Nada puede
frustrar su plan eterno, ni nadie, ni siquiera la muerte.
El Llamado de Dios
“Al que tuviere sed, yo le daré
gratuitamente de la fuente del agua de la vida… heredará… y yo seré su Dios, y
él será mi hijo.” – El llamado de Dios y su ofrecimiento de vida,
perdón, comunión.
v La
necesidad del hombre: SED.
v La
invitación: A todos.
v El
ofrecimiento de Dios: GRATIS
v El
ofrecimiento de Dios: De VIDA
v El
ofrecimiento de Dios: Para COMUNIÓN
v El
ofrecimiento de Dios: es de DIOS
Sólo él puede hacer este llamado y ofrecer comunión por
medio de Jesucristo.
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