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martes, 5 de marzo de 2013

Efesios 4:1-16 - Lino Medellín

Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
Lino Medellín - Efesios 4:1-16
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lunes, 4 de marzo de 2013

El Alto Llamado de Ser Mujer - Betty Miller de Medellín

Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
Conferencia para damas
El alto llamado de ser mujer - Betty Miller de Medellín
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Una historia de amor - Carlos Astorga

Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
Una historia de amor - Carlos Astorga - Febrero 2013
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Sobre los Afectos Religiosos - Carlos Astorga

Iglesia Bíblica Unidos en Cristo
Sobre los afectos religiosos - Carlos Astorga
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¿Quién es este hombre a quien seguimos? - Carlos Astorga

Mensaje compartido en Iglesia Bíblica Unidos en Cristo.
Carlos Astorga - 27 enero 2013
Video: https://plus.google.com/u/0/102134399306041492880/posts/eEjbybm8HzY


viernes, 1 de marzo de 2013

Animándonos unos a otros... con palabras.


Animándonos unos a otros con palabras
“Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” 1° Tesalonicenses 4:18
En ocasiones es necesaria la doctrina bíblica para animar a otros creyentes, como era el caso de este pasaje donde necesitaban conocer qué era lo que les esperaba a los creyentes que había dormido en el Señor.

“La congoja en el corazón del hombre, lo abate;
Mas la buena palabra lo alegra” Proverbios 12:25
Notemos que así como hay congojas que se anidan en el corazón del hombre y le llevan al desánimo; así también hay palabras que llegan hasta el corazón para infundir esperanza y alegría.
¿Cómo puedo decir esas buenas palabras?

“El corazón del sabio hace prudente su boca y añade gracia a sus labios.
Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos.” Pr. 16:23-24
Observemos que es en el corazón donde empieza la sabiduría, primero debe existir la sabiduría en el corazón, para que luego se expresen palabras prudentes y con gracia. Es el corazón el que hay que llenar de palabra buena, para que ahí, se pueda hablar el bien y de buena manera. Esto requiere trabajo. No debemos ser perezosos en cuanto a nuestra manera de hablar y dejar que salgan las palabras sin haber trabajado en ellas, porque lo más natural es que saldrán palabras ásperas y sin gracia. Si queremos que nuestras palabras alienten a otros, debemos prepararlas para que sean medicina y suavidad al alma.

“Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene.
Como zarcillo de oro y joyel de oro fino es el que reprende al sabio que tiene oído dócil.” Proverbios 25:11-12
Las buenas palabras se comparan a joyas de bella figura y obviamente finamente trabajadas. Estas joyas nos da la idea de trabajo esmerado, al igual con las palabras, si queremos que sean bellas y apreciadas, sea que animemos o que reprendamos a alguien, es necesario que trabajemos en ellas con esmero. No puedo dejar salir mis palabras “en bruto” aunque vayan repletas de verdad. Hay que trabajar en ellas para que sean recibidas como joyas, valiosas y bellas.

¿Quieres animar a otros con tus palabras?
Empieza por atesorar la sabiduría que viene de la Palabra de Dios. Ella limará tus asperezas y quitará la rudeza de tus palabras. Cuando vayas a hablar con alguien, ya sea para animarle, consolarle o reprenderle; prepara tus palabras y que el Señor te dé de su gracia.