Buscar este blog

domingo, 8 de noviembre de 2020

La parábola de Jotán - Jueces 9


8/noviembre 2020

Jueces

La Gracia de Dios cuando somos derrotados

MD. José Luis García A.

 

Sermón 1 - Parábola de Jotán

 

Proposición: Cuando fracasamos en traer honra, dulzura y alegría a Dios y a los hombres, y en su lugar traemos hostilidad y violencia; Cristo viene a traernos honra, dulzura y alegría restaurando nuestras vidas de pura gracia.

 

Lectura

Jueces 1:1-2

Aconteció después de la muerte de Josué, que los hijos Israel consultaron a Jehová, diciendo: ¿Quién de nosotros subirá primero a pelear contra los cananeos? Y Jehová respondió: Judá subirá; he aquí que yo he entregado la tierra en sus manos.

Jueces 20:18

Luego se levantaron los hijos de Israel, y subieron a la casa de Dios y consultaron a Dios, diciendo: ¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín? Y Jehová respondió: Judá será el primero.

 

Antecedentes

El libro de Josué no deja un panorama de victoria, de conquista. Josué manda y el pueblo obedece, la nación está unificada y el culto al Señor también.

Pero

El libro de los jueces nos va a dejar un panorama de derrota, sombrío; con un pueblo dividido en tribus y el culto al Señor olvidado.

El libro de los jueces nos presenta historias cíclicas en espiral, donde el pueblo de Dios se aparta del Señor, es infiel al pacto, causa la ira de Dios y es oprimido por un enemigo, luego el pueblo de Dios clama al Señor, Dios los escucha y en su gracia viene a socorrerles levantando a un juez, que es un tipo de libertador, el cual trae paz por algunos años pero después el ciclo se repite.

Pero cada vez, el libertado es de una menor calidad moral y la nación se va habituando a la violencia. Hay un gran énfasis en la violencia sin sentido y la violencia se normaliza.

Escenas grotescas son presentadas; a un rey le cortan los pulgares de manos y pies, a otro le clavan una navaja hasta el fondo, a un general le atraviesan el cráneo con una estaca, un libertador mata a su propia hija, otro se mofa contando sus muertos por “un montón, dos montones” y cuando se piensa que ha llegado al límite, la mujer de un levita es violada y muerta; descuartizada y se desata una guerra civil.

Es tan habitual la violencia, que incluso en el tiempo de David, las mujeres celebran cantando: “Saúl hirió a sus miles y David a sus diez miles”. Son incapaces de tener otro parámetro de evaluación que no sea la violencia. No pueden ver si hacen lo bueno o lo malo delante del Señor, sino, solamente si son matones. Eso es lo que quieren de sus reyes. La violencia se ha normalizado que Dios tiene que abrirles los ojos. Incluso cuando David quiere edificar templo al Señor, Dios le dice que sus manos están manchadas de sangre.

 

La parábola

Vamos a empezar con la parábola de Jotán en Jueces 9. Éste no es un juez, pero en medio del libro nos explica qué es lo que está mal, qué es lo que sucedió en este periodo de unos 400 años desde Josué a Samuel. Un período que se puede parecer mucho a nuestros tiempos.

Jueces 9:1-20

Abimelec hijo de Jerobaal fue a Siquem, a los hermanos de su madre, y habló con ellos, y con toda la familia de la casa del padre de su madre, diciendo:

Yo os ruego que digáis en oídos de todos los de Siquem: ¿Qué os parece mejor, que os gobiernen setenta hombres, todos los hijos de Jerobaal, o que os gobierne un solo hombre? Acordaos que yo soy hueso vuestro, y carne vuestra.

Y hablaron por él los hermanos de su madre en oídos de todos los de Siquem todas estas palabras; y el corazón de ellos se inclinó a favor de Abimelec, porque decían: Nuestro hermano es.

Y le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló hombres ociosos y vagabundos, que le siguieron.

Y viniendo a la casa de su padre en Ofra, mató a sus hermanos los hijos de Jerobaal, setenta varones, sobre una misma piedra; pero quedó Jotam el hijo menor de Jerobaal, que se escondió.

Entonces se juntaron todos los de Siquem con toda la casa de Milo, y fueron y eligieron a Abimelec por rey, cerca de la llanura del pilar que estaba en Siquem.

Cuando se lo dijeron a Jotam, fue y se puso en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando su voz clamó y les dijo: Oídme, varones de Siquem, y así os oiga Dios.

Fueron una vez los árboles a elegir rey sobre sí, y dijeron al olivo: Reina sobre nosotros.

Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles?

Y dijeron los árboles a la higuera: Anda tú, reina sobre nosotros.

Y respondió la higuera: ¿He de dejar mi dulzura y mi buen fruto, para ir a ser grande sobre los árboles?

Dijeron luego los árboles a la vid: Pues ven tú, reina sobre nosotros.

Y la vid les respondió: ¿He de dejar mi mosto, que alegra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles?

Dijeron entonces todos los árboles a la zarza: Anda tú, reina sobre nosotros.

Y la zarza respondió a los árboles: Si en verdad me elegís por rey sobre vosotros, venid, abrigaos bajo de mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano.

Ahora, pues, si con verdad y con integridad habéis procedido en hacer rey a Abimelec, y si habéis actuado bien con Jerobaal y con su casa, y si le habéis pagado conforme a la obra de sus manos (porque mi padre peleó por vosotros, y expuso su vida al peligro para libraros de mano de Madián, y vosotros os habéis levantado hoy contra la casa de mi padre, y habéis matado a sus hijos, setenta varones sobre una misma piedra; y habéis puesto por rey sobre los de Siquem a Abimelec hijo de su criada, por cuanto es vuestro hermano); si con verdad y con integridad habéis procedido hoy con Jerobaal y con su casa, que gocéis de Abimelec, y él goce de vosotros. Y si no, fuego salga de Abimelec, que consuma a los de Siquem y a la casa de Milo, y fuego salga de los de Siquem y de la casa de Milo, que consuma a Abimelec.

 

La esperanza de bendición

Jotán – Honesto, completo, inocente

Monte Gerizim

                Los montes Gerizim y Ebal

                Deuteronomio 11:29; 27:1-13

                Josué 8:30-35

 

                Lo proclaman rey – algo civil sin unción, pero quieren la bendición de Dios

 

Honra, dulzura y alegría

                Deuteronomio 8:8

 

La seducción de la violencia

Abimelec – Mi padre es rey

Elimelec – Mi Dios es rey

Querer obtener la bendición de Dios por la fuerza

Querer obtener la bendición de Dios sin ser justos, sin atender a las necesidades reales de las personas, sin honrar a Dios y a los hombres.

 

APLICACIÓN

Como ciudadanos

[Un día vendrá el reino de un rey que sí será justo – Mateo 25:21-46]

Como iglesia

Como familias

Salmo 128

El fracaso

 

Cuando fracasamos, viene la gracia de Dios

 

La gracia de Dios en Cristo

Aplicación de salvación

Aplicación de discipulado

Aplicación como ciudadanos

 

Cierre con el salmo 128


No hay comentarios:

Publicar un comentario