La cultura y la capacitación de los ministros de culto
(Fuente: García - Tesis de Maestría en Divinidades, FTSA)
La iglesia ha
nacido y se ha desarrollado dentro de una cultura existente, una cultura
occidental, que en México, transita entre lo que llaman la modernidad y la postmodernidad;
en una cultura globalizada y con un fuerte énfasis individualista. Una nación
que ha sido descrita como confinada en un laberinto
de soledad91, de donde ni puede,
ni quiere salir.
La iglesia está
llamada a desarrollar su ministerio en esta cultura; ha de entrar en medio de
la sociedad, con una visión cristiana del mundo; aunque, también, al mismo tiempo,
recibe cierta influencia de ella.
Pero, aunque el
enfoque de la iglesia y de su ministerio, puede ser la ciudad e impactar a la
comunidad, tiene que tener mucho cuidado de que esta no sea su principal motivación,
de otro modo, puede terminar perdiéndolo todo.
Como lo ilustra Svensson en su Mirada
a través de C. S. Lewis:
Si
amamos nuestra sociedad y verdaderamente queremos hacerle un bien, lo primero
es no amarla sobre todas las cosas… Cada vez que preferimos un bien de segundo
orden por sobre uno mayor, o un bien parcial por un bien total, perdemos también
el bien menor o parcial por el cual habíamos hecho el sacrificio.92
Como también,
Agustín de Hipona, citado por Svensson, consideraba en su obra De Libero
Arbitrio, que el pecado es el amor desordenado: “fundamentalmente, amar a
las criaturas antes que al Creador”.
Es decir, quizá la
sociedad actual quedará impactada por la iglesia, cuando a la iglesia le
importe algo más que impactar a la ciudad; como, por ejemplo, glorificar a Dios
como un bien mayor. Vivir para él y disfrutar de su comunión. Esto es, un
ministerio desarrollado teocéntricamente, antes que centrado en el ser humano y
sus dilemas.
Con esto, no estoy
diciendo que no le deba importar a la iglesia la justicia social, como
menospreciando las circunstancias sociales, políticas y económicas que hacen sufrir
a las personas de la comunidad que le rodea. Pero sí, que este enfoque social
esté en su apropiado lugar de prioridades.
En otro aspecto,
es necesario que el nuevo ministro de culto estudie la cultura en la cual ha de
ministrar. Normalmente, los misioneros que van a ministrar en otras culturas,
se preocupan por estudiar la cultura a la cual se dirigen; sin embargo, los ministros
que van a servir en su propia cultura, muy pocas veces se preocupan por analizarla
y tratar de comprenderla.
Emery93 nos dice que para
los cristianos la comprensión del mundo en que vivimos es decisiva, primero
para analizarse a sí mismos y tratar de identificar la manera en que este mundo
está viviendo en ellos; es decir si sus valores, afectos, y prioridades
son los del mundo o si son acordes a la Palabra de Dios. Y segundo, para
conocer la vida de los que les rodean.
91 PAZ, O.(2004) El laberinto de la
soledad. Posdata. Vuelta a El laberinto de la soledad.
92 SVENSSON, M. (2005), Ética y
política. Una Mirada desde C. S. Lewis. p.127
93 EMERY, J. (2007) Tiempos serios.
Cómo hacer que su vida importe en un día urgente. Editorial Patmos,
Downers Grove, IL.
pp. 44-45
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