Buscar este blog

viernes, 7 de octubre de 2016

La adoración que NO agrada al Altísimo

La adoración que NO agrada al Altísimo
José Luis García A.

Existen ocasiones en las cuales, aunque la persona que adora piensa que agrada a Dios, realmente no lo está haciendo. Las Escrituras nos muestran casos a través de los cuales podemos ver principios de adoración que no le agradan, que no le exaltan y que por el contrario, traen deshonra a Su Nombre.

1. La adoración que no agrada al Altísimo es la que proviene de un corazón orgulloso. (Lucas 18:10-14; Jeremías 13:1-11)
Cuando nuestra adoración está más enfocada en nosotros mismos, y en cómo la gente nos ve, es evidencia de una adoración proveniente de un corazón orgulloso. No debemos olvidar que Dios, al altivo mira de lejos. Cuando alguien enfoca su adoración sobre sí mismo, se está poniendo en alto en lugar de enaltecer al Altísimo. Es necesario, pues, que nos veamos a nosotros mismos con humildad, postrándonos ante la grandeza y majestuosidad del Altísimo para que nuestra adoración sea en la perspectiva correcta y pueda agradarle.

2. La adoración que no agrada al Altísimo es la que proviene de un corazón rebelde. (Éxodo 32:8; 1 Samuel 15:22-31)
Cuando en nuestras vidas estamos deliberadamente desobedeciendo a Dios, a Su Palabra, nuestro corazón no estará en posición de adorar a Dios. En tal caso, nuestra adoración a Dios le será tan abominable como la adivinación o la idolatría. Esto es porque cuando somos rebeldes a Su Palabra y nos obstinamos en andar según nuestros propios caminos, en realidad estamos honrándonos a nosotros mismos, nos estamos exaltando en lugar de Dios, no le estamos reconociendo como nuestro Señor. La adoración agradable a Dios ha de verse manifestada por actos de obediencia y sumisión a Él y a Su Palabra.

3. La adoración que no agrada al Altísimo es la que proviene de un corazón dividido. (Deuteronomio 4:16-18; 1 Reyes 11:33; Salmo 106:19; Jeremías 1:16, Ezequiel 8:16; Isaías 2:8, 20; Hechos 10:25-26; Apocalipsis 22:8-9)
Si en nuestro corazón existe, a parte de Dios, otro objeto de adoración, nuestra adoración no será agradable al Altísimo. Nuestro Dios no comparte su gloria con nadie, Debemos guardar nuestra vida de la idolatría, ya que nuestro corazón puede ser fácilmente "deslumbrado" por algo o por alguien y podemos vernos tentados a adorarle. Los ídolos pueden ser incluso hombres piadosos o ángeles a los cuales pudiéramos vernos tentados a adorar. Solo Dios es digno de ser adorado. Si nuestro corazón está dividido con varios objetos de adoración, será mejor que decidamos hoy a quién servir, a quién dedicar íntegramente nuestra adoración.

4. La adoración que no agrada al Altísimo es la que proviene de un corazón que no ama lo que Dios ama. (Mateo 5:22-23)
Hemos de tener los mismos afectos que nuestro Dios, amar lo que Él ama y aborrecer los que Él aborrece, Cuando queremos adorar a Dios, y estamos odiando a aquellos a quienes Dios ama, Dios nos invita a que tomemos las acciones necesarias para la reconciliación y luego le adoremos. La manera en que yo trato a mis hermanos y a los que no son creyentes evidencia si realmente estoy adorando a Dios con un corazón que le ama y que ama a aquellos a quienes Él ama. Por tanto, la adoración a Dios me llevará a edificar a mis hermanos en amor y unidad, y a compartir el evangelio con los no creyentes.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario