El Hijo de David
“Y la gente que iba delante y la que iba detrás
aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo
de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” (Mateo 21:9)
“Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó, diciendo: ¿Qué pensáis del
Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David. Él les dijo: ¿Pues cómo
David en el Espíritu le llama Señor, diciendo: Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo? Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día
preguntarle más.” (Mateo 22:41-46)
¿Por qué Jesucristo fue llamado Hijo
de David?
¿A qué se refiere este título que le
dan?
En primer
lugar, diré que el título hace referencia al rey David quien reinó sobre la
nación de Israel alrededor del 1011-971 a.C. Inmediatamente podemos concluir,
por causa de que David y Jesús vivieron en épocas distantes, que la referencia
no es a que David sea el padre directo de Jesús, sino su ancestro.
Además, el
título “Hijo de David” con el que fue identificado Jesucristo durante su
entrada triunfal a Jerusalén, no era solo para hacer referencia a un
descendiente de David, sino para distinguirlo de entre todos los descendientes
de David, la referencia era a un descendiente particular de David, por ello el
uso a manera de título.
Dios hizo un
pacto con el rey David que incluía la promesa de un descendiente al cual
afirmaría en el trono con un reino para siempre, según está registrado en el
segundo libro de Samuel 7:12-16.
El hecho de
que la gente aclamara a Jesús como Hijo de David pidiéndole salvación, muestra
que ellos esperaban el cumplimiento de esta promesa de Dios, de un rey
descendiente de David.
El mismo
ángel Gabriel al anunciarle a María sobre el nacimiento de Jesús, le dijo que “…el
Señor Dios le dará el trono de David su padre.” (Lucas 1:32)
Así que,
debido a las evidencias que la gente vio en la vida de Jesús, lo pudieron identificar
plenamente con el Hijo de David, el Mesías; en quien se cumplirían las promesas
antiguas y fieles de Dios.
3. A un descendiente particular del rey
David, quien además es el Señor de David.
Este título,
no solo hace referencia a la humanidad de Cristo como descendiente de David y
como aquel en quien se cumplirían las promesas de Dios que incluían a toda la
nación de Israel; este título hace referencia también a la deidad de Cristo. Esto
queda claro cuando observamos el tipo de reino que tendrá, el cual será “por
siempre”, la posición de honor que ocupará “a la diestra de Dios Padre” y la
adoración de que será objeto, la cual es digno de recibir, no solo de parte de
David, de los israelitas, de su iglesia, sino además de sus propios enemigos
postrados a sus pies.
Aunque los
fariseos consideraran a Cristo como Hijo
de David, no veían las implicaciones que esto tenía, pues no tenían en sus
mentes que Cristo era también el Señor de
David. Solo estaban enfocando un rango muy limitado del título dado.
Dios mismo
le dice al Hijo de David, siéntate a
mi diestra, en un lugar privilegiado de autoridad, identificándose con Dios
Padre y distinguiéndose de toda la humanidad, incluso de David mismo; pues el Hijo de David es Dios sobre todos.
(Hebreos 1:13)
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