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lunes, 29 de abril de 2013

¿Cómo puedo saber cuál es la interpretación correcta de un pasaje de la Biblia?


Estimado hermano:

Recibe un afectuoso saludo de mi parte, es para mí un placer el poder compartir
esto contigo, con respecto a la pregunta que me has formulado:

¿Cómo puedo saber cuál es la interpretación correcta de un pasaje de la Biblia?

Primeramente, me da gusto saber que te encuentras interesado por conocer la
verdad, esto es muy importante, pues para poder interpretar correctamente las Sagradas
Escrituras, primero que nada uno debe acudir a ellas con la actitud correcta, con un espíritu
de humildad y obediencia. De otro modo, no importan las reglas o métodologías
empleadas, jamás podremos llegar a tener un entendimiento adecuado de la Palabra de
Dios. Uno debe de llegar ante la Palabra de Dios con un profundo aprecio hacia Dios, su
Palabra, su iglesia y su Hijo Jesucristo. Además, hemos de acercarnos con reverencia,
con fe y oración, dependiendo del ministerio de enseñanza del Espíritu Santo, el cuál nos
enseñará y nos guiará. Solo hasta que la Palabra de Dios transforme nuestras vidas,
podremos decir realmente que la conocemos.

Por otro lado, también hemos de reconocer que la Palabra de Dios tiene un
aspecto humano, es decir, ha sido escrito en diferentes idomas, con transfondos
culturales, históricos y sociales. Los cuales demandan de nosotros que nos acerquemos a
ella con una mente atenta, dispuesta a aprender y haciendo uso de las reglas de la
hermenéutica.

Para que puedas empezar a estudiar la Biblia personalmente, a continuación te
comparto algunas de las principales reglas de interpretación para que puedas conocerlas y
aplicarlas cada vez con mayor pericia.

Regla 1. Lea siempre con cuidado.
Parece demasiado simplista proponer esta regla, pero en la práctica podemos observar
que muchos errores doctrinales son debidos a que las personas no leen con cuidado,
ponen en el texto cosas que éste no dice u omiten otras que el texto contiene.

Regla 2. La Biblia debe de leerse como cualquier otro libro.
Esto es, de acuerdo al sentido literal del escrito. La Biblia es única, es inspirada por
Dios, no es como cualquier libro, pero ha de interpretarse de acuerdo a las características
propias del lenguaje, tomando en cuenta la estructura gramatical.

Regla 3. Lea la Biblia existencialmente.
Es decir, al leer la Biblia debemos encontrarnos pasional y personalmente envueltos en lo
que leemos. Para lograr una mejor comprensión debemos “ponernos en los zapatos” de
los personajes.

Regla 4. Determine cuidadosamente el significado de las palabras.
En algunas ocasiones, las palabras toman su significado de acuerdo a su etimología, pero
en otras, las palabras toman su significado de su “uso local”; más aún, existen algunas

palabras que tienen un uso especial en la Biblia. Para ello, entonces será necesario tener a
la mano un diccionario bíblico, un manual de usos y costumbres de los tiempos bíblicos.
Pongo mi biblioteca personal a tu disposición para cuando lo requieras.

Regla 5. Tome en cuenta el contexto.
La conexión de los versículos con el pasaje donde ocurren, es lo que le da su significado
verdadero; así pues, debes estar atento al contexto inmediato, el capítulo o libro en que se
encuentra, así como al contexto remoto, es decir lo que dice la Escritura en otros libros
del mismo autor, o en todo el resto de la Biblia.

Espero que estás reglas puedan serte de ayuda en tu descubrimiento de la Palabra
de Dios. Existen otras reglas de interpretación que tienen que ver con la interpretación de
profecías, poesía hebrea, símbolos y algunas aparentes contradicciones. Pero espero que
con éstas reglas puedas emprender tu estudio y si lo deseas en otra ocasión podríamos
vernos para ver éstos otros principios, o para cualquier aclaración incluso si lo deseas
podemos estudiar juntos la Escritura.

“Desed como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis
para salvación.” 1ª Pedro 2:2

El Señor te bendiga,

José Luis García.

miércoles, 17 de abril de 2013

Acumulación de cosas

"...porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee." 
Lucas 12:15

Vivimos en una sociedad donde la vida parece tener sentido por la acumulación de cosas y el éxito son cosas, cosas y cosas... ¿quién tiene más cosas?
Y los pecados más graves son las que atentan contra las cosas. Incluso la vida humana es vista como un tipo de propiedad, una cosa. Que puede ser productiva, valiosa o una pérdida, en términos financieros.

Para estar a salvo de esta corriente, algunos pretenden enfocarse en personas, en lugar de cosas. Aunque es un mejor enfoque, aún así, terminarán envueltos nuevamente en el fastidio y la vanidad.

Hay que aceptarlo. El hombre está hecho con miras a la eternidad y es necesario que encuentre su sentido de la vida en Su Creador. Solo entonces podrá disfrutar de las personas y cosas que tenga en el tiempo y el espacio.

lunes, 8 de abril de 2013

Mostrar toda mansedumbre para con todos los hombres (Tito 3)


Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. 

Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.

Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,  nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. 

Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.” (Epístola de San Pablo a Tito, capítulo 3)

El trasfondo: Sobre la sociedad cretense.
Glotones ociosos, reprobados en cuanto a toda buena obra, malas bestias.
Ambiente hostil. La mansedumbre se expresa en un medio hostil.

La responsabilidad: Mostrar toda mansedumbre para con todos los hombres.
“una gracia arraigada en el alma cuyas expresiones se dirigen en primera y suprema instancia a Dios. Es aquél temple del Espíritu en el cual aceptamos su trato hacia nosotros como bueno, y por ende lo hacemos sin quejas ni resistencias… El corazón humilde es el único que también es manso y que como tal, no pelea con Dios ni lucha o contiende con Él. Esta mansedumbre, no obstante, siendo primero que todo una mansedumbre completa para con Dios, también es de tal carácter ante los hombres, incluso los hombres malvados, en vista de que ellos en cierto sentido, con los insultos y prejuicios que infligen, son permitidos y empleados por Dios con el fin de disciplinar a sus elegidos” (W.E. Vine)
Notemos los absolutos: toda, todos.

El recordatorio: La condición de su vida antes de conocer el evangelio.

El agente transformador: El Dios Trino, Su bondad, amor, misericordia, regeneración, salvación, renovación, justificación, herencia y esperanza.
El ejemplo de Jesucristo –
Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo…” (2ª Corintios 10:1)
“…he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.” (Zacarías 9:9)
“…aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón…” (Mateo 11:29)

La Misión: Ocuparse en buenas obras.
Vivir de tal manera, que sin resentirnos con las personas, seamos libres para realizar actos genuinos de virtud que beneficien a los demás, provenientes de un corazón amoroso investido de poder del Espíritu Santo.